O Escaño o Despacho, o a Setas o a Rolex

Se cumple este mes el aniversario del fallecimiento de Jorge Luís Borges. Este solía decir que los argentinos no son ni buenos ni malos sino incorregibles. Me recuerdan a las gentes del PP. No aprenden nada, ni olvidan nada. Van a los suyo.

Fue Rosa Díez quien hizo la primera denuncia sobre “los privilegios” de los parlamentarios. Se le contestó oficialmente diciendo que los diputados y senadores éramos los parlamentarios peor pagados de Europa junto con los griegos pero también que ella cobró su correspondiente cesantía cuando dejó de ser consejera del Gobierno de Ardanza y mantenía su millonaria pensión como ex europarlamentaria. Y tuvo que callarse. Pero fue Mariano Rajoy el de la gran denuncia. Enterado que Esperanza Aguirre iba a hacer demagogia con este asunto, quiso adelantarse y lo denunció en un mitin en Granada. Y la armó.

A raíz de aquello, Bono y Rojo nos solicitaron a los Grupos Parlamentarios que opináramos al respecto. Y lo hicimos. Sabíamos que se había hecho mucha demagogia con el complemento de pensiones que sólo afectaba a muy pocos de los elegidos que, por razones de exilio o clandestinidad, no habían podido cotizar; pero ¿quién de los políticos de cualquier grupo no había cotizado en su empresa o en su actividad en el transcurso de su vida laboral? Lo malo del caso es que se desvió la atención con este asunto, realmente menor, y que afectaba a una ínfima minoría y se eludía la verdadera madre del cordero, como es el sistema de incompatibilidades. Curiosamente, el martes pasado, Angel Acebes, ex ministro del Interior del Gobierno Aznar renunciaba a su acta de diputado. Solo iba al Congreso a votar. El resto de su tiempo lo ocupaba en su despacho de abogados y como  consejero delegado de Caja Madrid Cibeles S.A. También ejerce como patrón de la Fundación Faes.

Ante este caso, y el de la Sra. de Cospedal cobrando de tres sitios, el del propio Rajoy, el de Federico Trillo pasando minuta por los informes jurídicos que hace y el de tantos casos, enviamos a Bono y a Rojo nuestra opinión sobre las pensiones, la total transparencia y las incompatibilidades. Sobre ellas decíamos lo siguiente:

“a) Debería prohibirse a los diputados y senadores percibir sueldos públicos distintos a los que sirven para remunerar su actividad como tales. Esta incompatibilidad debería ser absoluta, de tal manera que, quien además del escaño ocupase algún otro cargo público representativo, como el de alcalde, concejal, diputado provincial, o parlamentario autonómico, tan sólo pudiera percibir la retribución correspondiente a uno de ellos, vigilándose, lógicamente, que la incompatibilidad retributiva no se viese burlada con pagos de dietas u otras soluciones similares.

b) Debería prohibirse, igualmente, a los diputados y senadores compatibilizar su mandato representativo con el desempeño de cualquier otra actividad privada, de carácter profesional o empresarial, con la sola excepción de la gestión del patrimonio personal o familiar. En este punto debería regir una máxima inexorable: o escaño o despacho.”

Esto no gustó nada al PP. El propio Mariano Rajoy, el día en el que Felipe de Borbón y su esposa visitaban el Congreso, se dirigió a mis compañeros Erkoreka y Beloki para decirles muy enfadado: “¿Qué queréis, acabar con el pan de mis hijos?” Y es que habíamos dado en el talón de Aquiles de toda la farsa que se había montado: la dedicación exclusiva al cargo.

Este pasado martes 14, en la Junta de Portavoces del Senado, Javier Rojo nos entregó a los grupos la propuesta de las Mesas de las dos Cámaras ante este debate abierto en la sociedad. En el documento se abordaba la necesaria transparencia con publicidad de bienes y rentas, las pensiones parlamentarias, eliminando el complemento y las incompatibilidades. Y ¿qué se decía sobre éstas?. Pues que no merece una reforma expresa ya que el tenor de la actual ley de incompatibilidades es tan claro y exigente que no se puede hacer nada más y que las excepciones se autoricen en la Comisión del Estatuto del Diputado o Senador. ¡Qué bien!

Lo malo es que, Dios no lo quiera, si en la siguiente legislatura el PP obtiene la mayoría absoluta parlamentaria, en el pleno y en las comisiones, serán ellos quienes a sí mismos y con su mayoría se levantarán las incompatibilidades. Es una reforma bonita en las formas, con un agujerito que vemos todos los que sabemos los trucos. Y éste es uno de ellos.

Nosotros hemos deducido que José Bono ha pactado estos cambios personalmente con Mariano Rajoy, el preocupado por el pan de sus hijos y aprovechándose de que como la gente no conoce el paño, nos van a dar gato por liebre. Y verán ustedes pronto a los Michavila, Acebes, Astarloa, Rajoy y un larguísimo etcétera dedicándose a todo, menos al Parlamento. Es ahí donde está el verdadero fraude político. Y esta debería ser una de las reivindicaciones de los “Indignados”. Con toda razón.

He estado dos veces en la Puerta del Sol hablando con ellos. Lo hicimos de muchas cosas, y en algunas tenían toda la razón. Por mi parte les hablé de esta corruptela. Me parece fundamental cerrar el agujero para que quien se dedique a la política la asuma como un servicio y no como una canonjía. A su despacho o a su escaño. Y como decimos en Bilbao; a setas o a rolex.

Curiel. Una despedida sin emoción.‏

Conté como le llamé a Javier Rojo, presidente del Senado para que pusiera en marcha lo que aprobamos en la legislatura anterior cuando fallecía un miembro del Senado. Y eso se hizo al inicio del pleno de este pasado martes 8 de marzo, pero al acto le faltó emoción. Y Curiel no se merecía eso. Se merecía que hubiera sido una sesión conjunta Congreso-Senado, que hubiera estado Zapatero y Carrillo, que hubieran estado todos los medios de comunicación y que la noticia hubiera sido cabecera. Frente al desprestigio de la política y los políticos he aquí el ejemplo de que esto no es verdad. Se trataba de una vida dedicada al servicio público en el PC y en el PSOE y, en la hora de la muerte, recordar que Enrique vivía percibiendo un sueldo de 700 euros como profesor asociado. El cielo arriba y la tierra abajo.

El PSOE se ha portado muy mal con Curiel. Y al acto le faltó emoción. Joan Lerma estuvo bien, pero corto y es preciso señalar que al acto le faltaron los testimonios de otros portavoces porque todos los grupos apreciaban a Enrique Curiel. Y me dio pena su viuda en el palco. Mucho aplauso pero ¡que solos se quedan los muertos!. ¡Y los vivos!. Fue el caso de Enrique Curiel, un magnífico tipo.

He aquí la oración fúnebre de Lerma en recuerdo de Curiel:

Señor presidente. Querida Carmen, queridos familiares y amigos de Enrique.

La muerte se ha llevado pronto, muy pronto, a los 63 años, a Enrique Curiel, pero vivió una intensa vida que muchos tuvimos la alegría de compartir con él. Fue alumno comprometido en la lucha por las libertades en la Universidad Complutense de Madrid; fue y era profesor de Ciencia Política; fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid; diputado en Cortes y compañero nuestro en la anterior legislatura, y secretario general del Grupo Parlamentario Socialista del Senado. Pero fue sobre todo un gran dirigente de la izquierda española, de los que sufrieron personalmente la dictadura. Fue herido de bala en una manifestación y fue después capaz de construir una democracia para todos.

En estos momentos del adios nos vienen a la memoria muchos momentos compartidos: el día a día en este Senado y el diálogo con todos los grupos parlamentarios, con los que siempre tuvo una gran relación. Y también nos viene a la memoria su preocupación por la paz en el País Vasco, que fue una constante en su vida, o por las perspectivas de la izquierda internacionales que, como buen clásico, ocupaba muchas de sus reflexiones.

Se ha ido pronto, muy pronto, pero nos ha dejado mucha tarea hecha por la que él creía: la democracia, la libertad y la igualdad de oportunidades para todos. Le quedaban sin duda todavía muchas cosas por decir; las iremos averiguando poco a poco. Entre tanto, que sepa su familia y sus numerosos amigos que compartimos su dolor y su tristeza por esta enorme pérdida, y sobre todo, que sepan los ciudadanos que se ha ido un gran servidor público. En la memoria estará siempre con todos nosotros.

Gracias. (Fuertes y prolongados aplausos de la Cámara puesta en pie.)

Derrota o negociación, Vencedores o vencidos.

Estuve el domingo en San Mamés. Jugó bien el Osasuna, pero ganó el Athletic en el último minuto. El gol lo metió el navarro Gurpegi. Las cosas son así. Y ganó por goleada CIU. Buena noticia, aunque en Madrid nuestras acciones bajen algún entero. Y la izquierda abertzale dijo cosas el sábado  que suenan bien, pero siguen sin dar el paso definitivo. Si ésto lo hubieran hecho hace treinta y tres años, otro gallo nos cantaría a todos.

Y estuve el miércoles en el Colegio Mayor de la Universidad San Pablo Ceu. Habían organizado el VII Seminario que bajo el título de «Información, Víctimas y Terrorismo» habían elegido como tema «El final de ETA: derrota o negociación”.

El Seminario estaba dirigido a alumnos de la Universidad CEU, aunque habían invitado como asistentes a víctimas del terrorismo que residen en Madrid o en ciudades cercanas.

La Mesa redonda la moderaba Ángel Expósito que a su derecha tenía a Antonio Basagoiti y a su izquierda a Rosa Diez. Faltaba Ángela Romero, presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, del partido socialista, que hacía poco había tenido un incidente con algunas víctimas hasta el punto que les había dicho que si la mataban no fueran a llorarle. Total, que no fue.

Mis compañeros de mesa eran partidarios de la derrota de ETA. Yo no y lo argumenté. ETA está derrotada, la primera manifestación contra ETA la organizó el PNV en 1978, el balance de ETA es desolador y lo que interesa es que desaparezca, no proclamar una victoria que dé paso en diez años a otra ETA. Les argumenté que si en 1977 se hubiera utilizado la misma argumentación contra el franquismo no hubiera habido transición. Tanto Basagoiti como Rosa Diez coincidían en la necesidad de la derrota de ETA y que paguen por todo lo hecho y que sirva para que no se vuelva a repetir. Y hubo preguntas del público.

Yo era, lógicamente, el interviniente a batir. Una señora me dijo que cómo habiendo nacido en Venezuela me metía con el rey. Le dije que el rey había nacido fuera, en Roma y que en un país libre uno puede argumentar lo que quisiera. Otro que no le gustaba mi corbata. Otro que era uno de los 200.000 exiliados, otro que el PNV se apoya en ETA con el lema del árbol y las nueces. Así todo. En el caso de las víctimas, entendí su postura. Una señora, con la cara cicatrizada me dijo que ETA había matado a su madre y a ella le había herido y ante eso no hay argumentación que valga. Diga lo que diga, tiene razón, pero su ira que la centre en ETA no en el nacionalismo, aunque Rosa Diez dijo que había que combatir los medios, pero por sobre todo los fines. En fin, un plato de poco gusto llamándome la atención la confusión mental de una chica joven. Pero es lo que hay.

Basagoiti (muy obsesionado con Cascos) y  Angel Expósito agradecieron la presencia, lo mismo que Cayetano González quedándole a uno la rara sensación de si mis argumentaciones habían servido para algo porque cuando ya la matriz de un pensamiento está consolidada es muy difícil cambiarla o someterla a una cierta  duda. No sé. Al final tres chavales, muy jóvenes y con mucha timidez, me esperaron para darme la mano. Me dio que esos tres chavales algo de lo dicho les había hecho pensar.