Casualidades de la vida. A las pocas horas de anunciar ETA su desaparición, me he encontrado en la calle con la viuda de Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA en la calle Tívoli de Bilbao. A Joseba le conocí en la clandestinidad, tras su salida de la cárcel de Carabanchel, en nuestra detención cuando el 1 de abril de 1976 preparábamos el Aberri Eguna de aquel año en Iruña y posteriormente trabajando en el PNV y más tarde él, en la Ertzaintza, como sargento mayor.
Cuando ETA le mató no solo lo hizo contra un militante antifranquista comprometido sino con un vasco defensor de los valores de su pueblo. Eran años en los que valía todo.
Ya sé que cada uno de nosotros o conoce, o tiene, o ha oído hablar de una víctima de ETA pero para mí Joseba Goikoetxea fue la víctima más cercana, sin olvidarme de Genaro García Andoain. Pero como a mí, en más de veinte años, me ha tocado ser la voz del PNV en la condena a ETA, todas estas víctimas, las de ETA, las del Gal, las de las cloacas del estado, me son gente cercana. Y es verdad que los muertos y heridos de toda esta violencia durante tantos años son las perdedoras de ésta infernal partida que nos ha ido condicionando en nuestro día a día político y personal y que parece terminarse.
Ya sé que a partir de esta semana, metabolizada la noticia, vendrán análisis más sosegados y vendrá también la saturación informativa por lo que yo me conformaría con que este asunto no sea materia de tráfico electoral. Ni por parte de Felipe González que dice que los socialistas se han achicharrado en el empeño (me imagino no se referirá a sus compañeros que propiciaron el Gal), ni Ramón Jauregui que siendo Delegado del Gobierno no se enteró de nada y ahora solo habla de ETA, ni Mayor Oreja que por una vez no ha dicho que éste es un comunicado trampa aunque si el inicio de la secesión vasca tipo Kosovo, ni de un Aznar admirador de Gadafi, víctima de ETA pero a quien los definió como el Movimiento de Liberación Nacional Vasca y conversó con ellos en Ginebra, ni de los que tanto años han estado callados ante tanta sangre y tanta extorsión, ni ante un Rajoy presionado por la extrema derecha de su partido, donde no desentona la secretaria general Cospedal, ni de un Rubalcaba que ve con el rabillo del ojo que este asunto le puede subir algún punto en las encuestas, ni por unos medios que quieren hacerle la campaña gratis a Bildu, ni por Bildu que dice por lo bajo que la victoria de ETA será que Bildu y Amaiur ganen las elecciones, ni por unas asociaciones de víctimas que se salen de su respetable guión, ni por un Egiguren que pide a los suyos capitalicen el cese, ni por nosotros que solo queremos en las elecciones decir a qué vamos a las Cortes generales.
Ese es el deseo. Veremos si se cumple.
Muy buena la recopilación de sucesos en unas cuántas líneas.
Buena memoria Iñaki, refrescaste la mía, ezkerrik asko
Déjame añadir que disfruto mucho más de tus escritos cuando te pones ácido.
Ondo izan!
Sr. Anasagasti, hasta ahora en ETA todo ha sido trampa. quiero creer y deseo que este cese sea verdaderamente definitivo, pero, si alguien duda de ello no veo por qué hay que lapidarlo (figuradamente), motivos tendría más que suficientes.