Martes 13 de marzo de 2012
No es habitual que la Casa del Rey entre al trapo de informaciones controvertidas, pero esta vez su jefe, Rafael Spottorno, ha roto la norma. El pasado 8 de marzo remitió una carta al diputado de IU Gaspar Llamazares, en la que niega que Don Juan Carlos haya mostrado nunca una actitud comprensiva o empática hacia los golpistas del 23-F, como dejó por escrito el que fuera embajador alemán en España entre 1977 y 1982, Lothar Lahn.
El semanario “Der Spiegel” publicó hace poco más de un mes el contenido de un cable que había sido remitido en 1981 por el diplomático, fallecido hace ya 18 años, a las autoridades de Bonn. En él, Lahn hacía referencia a una conversación que mantuvo con el Monarca en La Zarzuela un mes después de la intentona militar. El diplomático aseguraba que Don Juan Carlos no sólo no había dado muestras de “antipatía o indignación” hacia sus principales responsables sino que, al contrario, había desplegado “gran comprensión, cuando no empatía”.
El conocimiento de esta información, desclasificada recientemente por el Gobierno alemán, provocó varias preguntas parlamentarias de Llamazares. Ninguna fue aceptada por la Mesa del Congreso y el diputado optó entonces por remitirlas directamente a la Casa Real, justo en el día del vigésimo primer aniversario de la asonada. La respuesta fue dada a conocer por IU. “Ni Su Majestad el Rey, ni esta Casa acostumbran a valorar escritos u opiniones de terceros que son responsabilidad exclusiva de sus autores y que, en el caso concreto al que se refiere Su Señoría, no se compadecen con la realidad de unos hechos cuyo desarrollo y corolario final son de público conocimiento”, puntualiza Spottorno.
Ha tardado más de un mes el Palacio de la Zarzuela en redactar este desmentido. Se ve que no todos en esa Casa estaban de acuerdo con hacerlo por el precedente que supone. Nunca lo habían hecho de esta manera, pero el desmentido no es creíble. El presidente Adolfo Suárez, a quien el rey acusó de ser el responsable del, 23-F no se puede defender y el propio Palacio no permitió que el general Sabino Fernández Campo compareciera en el juicio de Campamento contra los implicados en la intentona. Como siempre, se manipula la realidad. No se deja investigar y luego categóricamente se sale en defensa de un rey que le obligó al ministro de defensa Agustín Rodríguez Sahagún a nombrar como segundo jefe de estado mayor al general Alfonso Armada que había sido preceptor del rey y jefe de su Cuarto militar. Y Armada fue uno de los complotados. Que el embajador alemán, un tipo serio, escribiera lo que le oyó al rey es verosímil conocida la frivolidad del monarca. ¿Para qué un embajador alemán profesional iba a decir una cosa por otra?.
Entre un rey frívolo heredero del dictador, ligero, caprichoso y enfrentado con Suárez y un embajador alemán que hacía su trabajo usted ¿con quién se queda?. Yo con el embajador alemán. EI percal del rey lo conocemos y si es capaz de engañar a su señora, como lo ha hecho toda su vida, ¡como para no creerme lo que dice un teutón al que no le cabía en la cabeza semejante acusación de un jefe del estado hacia su primer ministro recientemente dimitido y que había tenido tan gallarda actuación dentro del hemiciclo durante el golpe!. ¡Vamos hombre!.
«¿A quién va Ud. a creer, a mí o a sus propios ojos?» Groucho Marx
El rey, casualmente, era el único que tenía garantizada su continuidad triunfase el golpe o no. Si triunfaba hubiese seguido con sus «amigos» golpistas al frente de un gobierno por España, si fracasaba al frente de un gobierno «democrático» salvado por él. Más que «golpe» yo lo llamaría «operación de imagen» de la monarquía.
Todo presuntamente, claro (¡Uff! ¡Casi se me olvida!). ¿Alguien me puede decir si el rey ha jurado la constitución o sólo las leyes del movimiento?
Por algo lo llaman algunos «El Zarzuelazo», en petit comité.
Y menos mal que no han creado una miniserie (por ejemplo, un golpe por década o algo así).
Al parecer ya no lo necesitan porque el guión original está escrito desde los años 60 y no ha habido alternancia en el poder ni capacidad real para cambiar de productores, aunque sólo unos cuantos ingenuos con enorme capacidad de autoengaño se crean esta película.
La Casa del Rey ha respondido a una carta que le había dirigido un diputado. ¿Le parece a usted mal, Senador, que haya sido asi?
A mediados de 1977 teníamos una inflación del 44 %, ¿añora aquellos años, quizás?
La verdad tarda en salir a flote. Los suecos siguen sin tener cerrado el caso del asesinato de su primer ministro Olof Palmer. No es un consuelo, es una evidencia de lo mucho que cuesta llegar al fondo de los asuntos graves.