Lunes 14 de mayo de 2012
Visitó el Senado una delegación del Consejo Consultivo de Arabia Saudí. La presidía Ibraheem Mobarak Moussa Aljowair y estaba formada por siete miembros del Consejo Consultivo, un director del Comité de Amistad y un encargado de protocolo. Todos hombres. De la embajada saudí, les acompañaban el encargado de negocios, el primer secretario y el jefe de protocolo. Esto del protocolo lo llevan a rajatabla. Y todos con sus blancas chilabas, cubiertas por una capa negra bordada en oro.
Uno de ellos había impartido cursos académicos, sobre la “Definición dela Herejía”. Otro era presidente dela Comisiónencargada de “Promoverla Virtudy Prevenir el Vicio”. Y otro había investigado sobre “crímenes verbales”.
En marzo del año pasado estuvimos en un viaje parlamentario en Ryad acompañando a Javier Rojo presidente del Senado. Y el actual presidente Pio García Escudero acaba de estar allí en una reunión de presidentes de parlamentos del G-20.
El miércoles tuvimos una reunión enla Comisiónde Exteriores. Uno de ellos habló de los abogados. Quiso hacer un chiste y tuvo que meter la marcha atrás. Me quedaron las ganas de contarles como en Gernika ni a los clérigos, ni a los abogados les dejaban entrar a las discusiones en aquella, democracia rural, «porque lo complicaban todo». Me contuve. Había muchos clérigos presentes por parte de los árabes y muchos magistrados del PP. Sí les hablé de que además del Real Madrid y Barça había otros equipos y les pregunté por el proyecto del tren de alta velocidad entrela Mecay Medina. Todo esto con muchas referencias a su rey y a Juan Carlos por parte de ellos. Realmente fue una reunión muy formal, donde no se pudo tocar nada sobre la situación de los derechos humanos y entre ellos los de la mujer. Sí estaban empeñados en que estudiantes árabes se formen en universidades españolas. Debe haber unos quinientos.
Al día siguiente acudí en el comedor de cristal del Senado a una comida ofrecida por García Escudero. Iba a venir el ministro Gallardón, pero mandó a su secretario de estado. Me llamó la atención. EI martes, sin tener ninguna pregunta que contestar, allí estuvo en el pleno aplaudiendo a Rajoy. El jueves que tenía que ir, no fue.
Toda la comida fue para hablar de la justicia, si justicia puede llamarse a la sharia. No toman vino. Se bebieron su jugo de naranja y dieron cuenta de una buena lubina. En la comida había tres jueces españoles que contaron sus experiencias y dijeron lo de siempre, que una justicia lenta no es justicia sino injusticia. Un juez socialista canario habló del profeta Isaías y recordó una de sus frases: “La justicia y la paz se besan». Y les preguntó que les parecía la frase. «Si es de un profeta no podemos opinar».
Me da la impresión, que asustados en un principio por la primavera árabe, están ahora más tranquilos y poco hacen para consolidar las reformas.
Arabia Saudí es una monarquía basada en las reglas que gobiernan una sociedad islámica en su interpretación más estricta. Declara que solamente el Corán es su Constitución, carece de Parlamento propiamente dicho, y los partidos políticos y sindicatos están prohibidos. El Poder Ejecutivo reside en el Rey, quien nombra y dirige el Consejo de Ministros. El actual Jefe de Estado y Primer Ministro es el Rey Abduilah bin Abdulaziz Ai Saud y el Príncipe Heredero es el Príncipe Naif bin Abdulaziz Al Saud.
Los ministros son responsables ante el Monarca, el cual puede vetar cualquier decisión adoptada por el Consejo en un plazo de treinta días. Los principios políticos son los tradicionales islámicos, fundamentados en la familia islámica, la jerarquía, y los derechos y deberes de los musulmanes.
No obstante, existe una estructura administrativa que podría decirse que es, en los aspectos básicos, la propia de un Estado moderno. Dicha estructura, incluyendo los Ministerios,la Función Públicay el procedimiento presupuestario, ha sido constituida aceleradamente durante los últimos cincuenta años dentro de la pretensión de no apartarse de los principios islámicos, y tiene su fundamento teórico, hoy en día, en las tres Leyes Básicas de 1992.
Las Leyes Básicas definen el país como una monarquía en la persona de los descendientes de Abdulaziz bin Saud. La primera y más importante Ley Básica es la «Ley del Sistema de Gobierno», en la que se definen los principios generales que rigen el Estado Saudí.
A la muerte del anterior Príncipe Heredero Sultán bin Abdelaziz, el 22 de octubre de 2011, se llevó a cabo una remodelación ministerial. Los cambios reforzaron en particular la posición del nuevo Príncipe Heredero, Naif bin Abdelaziz, que pasó a ser Vicepresidente único del Gobierno y a ostentar la cartera de Interior. Como Viceministro se mantuvo a su hermano Ahmed, mientras que su hijo Mohamed continuó al frente de la lucha antiterrorista.
También cabe destacar la incorporación como Jefe de Gabinete del Príncipe Heredero, con rango de ministro, de su otro hijo y ex Embajador saudí en Madrid, el Príncipe Saud bin Naif, que se sitúa como uno de los favoritos para el momento en que el trono pase de la generación de los hijos del fundador del Estado moderno -Abdelaziz Ibn Saud- a la de los nietos. La remodelación se completó con cambios técnicos en algunos ministerios.
Por otro lado, levantó gran expectación a nivel internacional el discurso del Rey en la apertura del periodo de sesiones de 2011 del Majlis Al Shoura -la Asamblea Consultiva-.El Monarca anunció que a partir de 2015 las mujeres podrían votar y ser candidatas a las elecciones municipales. Paralelamente, señaló, sin precisar fecha, que las mujeres se incorporarían a las tareas dela Asamblea Consultivacomo miembros de pleno derecho.
El 29 de septiembre de 2011 se celebraron las elecciones a los 285 concejos municipales, destacaron por la escasa participación de los votantes (alrededor de un 14%), su celebración de forma pacífica y sin incidentes resaltables.
Primavera árabe. En el ámbito regional, Arabia Saudí ha seguido con preocupación los acontecimientos en la zona, especialmente en Egipto, Bahrein y Yemen, por su cercanía geográfica y su estrecha vinculación. En relación con un posible contagio de las revueltas dentro de su frontera, hay que señalar que en Arabia Saudí no parece existir una opinión pública dotada de una conciencia política como la egipcia o la tunecina; además, el Monarca goza aún de amplia popularidad entre sus súbditos. Tras el regreso del Rey Abdallah al Reino, el pasado 23 de febrero, se aprobaron diversas medidas destinadas a los más desfavorecidos. Destaca la aprobación de préstamos para vivienda, aumento de la seguridad social y del salario de los funcionarios, compensación del coste de vida, reparación de viviendas, aprobación de nuevas becas y la puesta en libertad de 10.000 presos de un total de 49.000 internos.
Sin embargo, se han registrado diversas manifestaciones en la localidad de Qatif (provincia del Este), área en la que se concentra la minoría chií del Reino.
Derechos Humanos. En el ámbito de la participación política, los ciudadanos saudíes de sexo masculino tienen derecho al sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales. Por otro lado, la libertad de asociación se encuentra fuertemente restringida, ya que es preceptiva la aprobación gubernamental y no se permiten asociaciones de naturaleza política ni los sindicatos. En lo que se refiere a la pena de muerte, Arabia Saudí es uno de los países con un índice más alto de aplicación. Ésta se aplica a un amplio catálogo de delitos, incluyendo delitos que no comportan violencia. Sin embargo, durante los últimos años, el Rey Abdullah ha fomentado que las familias de las víctimas eximan a sus asesinos de la pena capital, reconociendo la importancia del perdón.
Caso del bloguero Hamza Kashgari. Ha sido acusado de apostasía por poner en duda al profeta Mahoma y condenado a la pena de muerte.La Unión Europea ha mantenido un papel activo en esta cuestión mostrando el rechazo de dicha condena. Las autoridades han defendido que el asunto está ahora en manos dela Justicia y han señalado que, al haber mostrado el bloguero arrepentimiento, se podría justificar su perdón y evitar de este modo su ejecución, de acuerdo conla Ley islámica.
Situación económica
Arabia Saudí es el mayor país del Golfo, con una población de 28,7 millones de habitantes, de los cuales el 27% son extranjeros. Es el mayor productor y exportador mundial de petróleo, y cuenta con el 20% de las reservas mundiales de crudo. Sus reservas de gas natural son, a su vez, las cuartas más grandes del planeta. Se trata de la mayor economía del Golfo y su creciente proyección económica internacional ha quedado constatada con su pertenencia al G-20.
El sector público saudí es una de las principales fuerzas de la economía, a pesar del esfuerzo sostenido para estimular un mayor papel del sector privado. El Estado continúa monopolizando la producción de crudo, si bien algunas empresas tienen un cierto papel en la exploración de nuevos yacimientos de gas y en las refinerías. Los ingresos petrolíferos constituyen el núcleo principal de los recursos fiscales.