Jueves 12 de julio de 2012
Nueva imagen del PSE-PSOE en su III Congreso
Durante un fin de semana de marzo de 1982 se celebró en Bilbao el III Congreso del Partido Socialista de EuZkadi (PSOE) bajo el lema: «El compromiso socialista», lema que todos los participantes se esforzaron en hacer realidad a lo largo de las tres jornadas de reuniones. Cohesión interna, posibilidad de ofrecer una opción política de peso en Euzkadi y solución «sui generis» al tema Navarra -sin ninguna polémica-, fueron las conclusiones del congreso.
Al comienzo del mismo y dada la importancia de un asunto como era el de la separación entre los partidos socialistas de Navarra y Euzkadi se preveían ciertas tensiones que en ningún caso llegaron a hacerse patentes. Por el contrario una de las características del acto fue la tranquilidad en el desarrollo así como la impresión de que los temas candentes estaban previamente acordados como señalaba un asistente el primer día del congreso.
Las únicas quejas que se oían en los corrillos antes de la inauguración se referían a la escasa originalidad de los menús que la organización eligió para los representantes. Al parecer las lentejas o las patatas a la riojana y la consabida chuleta de cerdo no fueron del gusto de todos. Al margen de anécdotas algún otro pequeño problema apareció en la hora de discutir la ponencia de estatutos y organización. El PSE pretendía agilizar y dar mayor efectividad a sus estructuras internas, sobre todo de cara a las siguientes y próximas elecciones y los cambios propuestos por la ponencia oficial para conseguir aquella actualización, como son número máximo de afiliados en las agrupaciones y creación de un consejo político fueron entre otros, los puntos centrales de pequeños desacuerdos que se solventaron posteriormente sin dificultades con el 70% de los votos. El resto de las ponencias, política, cultural y económica se aprobaron con toda rapidez.
Por lo que se refiere a los cargos, fue elegido presidente de la entonces nueva ejecutiva Eduardo López Albizu (padre de Patxi López) en sustitución del histórico Juan Iglesias, Txiki Benegas como secretario general, Ricardo García Damborenea secretario del área institucional y Enrique de Las Casas como secretario de organización. Damborenea también estaba presente en el Comité federal, reforzando de esta manera la impresión de que todas las diferencias existentes a raíz del anterior congreso celebrado en 1979 se encuentran resueltas. Eso creía.
La situación de Navarra quedó definitivamente zanjada, al concluir que Navarra no formaba parte dela Comunidad Autónomade Euzkadi y por lo tanto tampoco es lógico que los socialistas navarros se encontrarán incluidos en el Partido Socialista de Euzkadi.
Navarra al fondo
Esta medida se vería ratificada en el siguiente congreso de los socialistas de Navarra que se iba a celebrar en los primeros días de mayo de aquel año 82.
Por otro lado, la propuesta de creación de un Consejo Vasco-Navarro enfocado hacia «la cooperación dela Comunidad AutónomaVasca conla Comunidad Foralde Navarra dejaba clara la postura de los socialistas en este asunto. Para Gabriel Urralburu «la colaboración en el seno de ese consejo depende de que se decidan unos y otros integrarse en este organismo». La mejor vía del problema para su partido era el diálogo puesto que «el asunto navarro no salía adelante por la vía de la integración ni hay que plantear totalmente la separación porque hay elementos comunes».
Pero no todos los miembros del PSE estaban de acuerdo con aquella medida. Durante los días del congreso Juan Iglesias dejó clara su «gran tristeza» por la solución elegida. Antonio Aguirre (cesado de la comisión ejecutiva en diciembre) manifestó por su parte como se había cometido un error que sería juzgado por la historia. Para este socialista parecía una equivocación política que el Consejo Vasco-Navarro se entienda como un fin en sí mismo, sin señalar el objetivo final de facilitar la integración de Navarra en Euzkadi. Punto éste propuesto en la ponencia política por Aguirre y que fue derrotado de forma contundente.
Expulsado en Navarra
A pesar de que la gran mayoría de los militantes navarros estaban de acuerdo con la política seguida por el partido socialista, existían algunas voces que como Antonio Aguirre en Euzkadi no compartían los planteamientos oficiales.
Para Gabriel Urralburu el tema de la ikurriña, inmerso en este contexto de separación Navarra-Euzkadi, se planteaba desde la perspectiva de una legislación vigente que hay que cumplir. «Hoy Navarra no pertenece a la comunidad autónoma vasca y la ikurriña es la bandera oficial de esta comunidad. Hay que cumplir la legalidad». El enfrentarse con estas tesis le había costado al socialista navarro Juan Manuel Pérez Balda, teniente de alcalde y presidente dela Comisiónde Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, la expulsión del PSOE y el posible abandono de su puesto municipal. Pérez Balda, rompió la disciplina de voto cuando en un pleno en que se trató la retirada de la ikurriña del Ayuntamiento de Pamplona mantuvo una postura favorable a la permanencia de la bicrucífera en el balcón del Ayuntamiento. La notificación escrita de su expulsión del PSOE fue recibida por Pérez Balda sin que hubieran transcurrido 24 horas de la clausura del Congreso Socialista de Euzkadi. En aquel documento se apuntaban numerosas faltas. La disciplina de voto a lo que el expulsado respondió que esto sólo ocurrió en el caso de la ikurriña «los demás cargos no son ciertos como puedo demostrar por las actas». Pérez Balda recurriría por su expulsión como concejal ante el Tribunal Constitucional.
Necesitamos votos
A lo largo del III Congreso lo que sí trascendió de manera importante fue el ambiente preelectoral. En la mayoría de intervenciones a puerta abierta, todos hacían llamamientos para conseguir votos en las siguientes elecciones. Se inyectaba optimismo a los delegados y el propio secretario general, a pesar del reconocimiento de la ejecutiva del descenso de militantes en los últimos dos años, declaraba a la revista Euzkadi como según sondeos en su poder el PSE obtendría un «ascenso espectacular» en las próximas generales. A renglón seguido lanzó un reto a toda la clase o política vasca «que tendrá que reconocer con el tiempo como la solución que nosotros proponemos en el tema navarro es la única salida razonable». «El PNV se va a dar cuenta de esto cuando vea el bajísimo número de votos que saca en Navarra», señaló por último en los pasillos del hotel en que se celebraba el encuentro socialista. Las conclusiones del III Congreso no estuvieron lejos de unas elecciones en las que se decidirá quién debe gobernar el Estado Español, si la derecha o el PSOE y éste no puede arriesgar los seguros votos navarros por un, cuando menos, problemático ascenso en el resto de Euzkadi. No fue así.La UCDdesapareció y Felipe González, arrasó.