Miércoles 25 de julio de 2012
Martín Garitano, Diputado General de Gipuzkoa, ha nombrado al defenestrado diputado foral Alduntzin como su jefe de gabinete. Sustituye a Errazkin, al que ha nombrado para el departamento que tan prepotentemente llevó adelante Alduntzin a cuenta de su empecinamiento en la política de reciclaje y eliminación de basuras del territorio y en su terca decisión de no apostar por la incineración de los residuos sólidos de este territorio. Toda Europa lo hace, pero en Gipuzkoa, por mor de Bildu, han decidido que ellos son más sensibles a las dioxinas y a los furanos que los demás y tratan de engañar al personal diciendo que no es conveniente apostar por algo que se ha demostrado produce menos contaminación que los puros y cigarros en un frontón. Pero como son de no dar el brazo a torcer, prefieren ir sometiendo a sus diputados al desgaste de presentarse ante las Juntas Generales solos, absolutamente solos, ante una decisión conjunta de l todos los partido políticos, que reconocer que si la incineración es buena en Londres, en Alemania, en Austria, en Francia y en Bilbao (Artigas), también lo puede ser en Donostia-San Sebastian. Pero no. Ellos a colgar las basuras en la calle. Bonito e higiénico paisaje de postal.
Tanto Alduntzin en sus tiempos de alcalde de Pasaia como Errazkin, ex alcalde de Azpeitia, jamás condenaron ningún atentado de ETA y, en el caso de Errazkin, tampoco lo hizo cuando asesinaron a su vecino Inaxio Uria cuando iba a jugar su partidita diaria en el Kiruri. Con semejante palmarés, no tiene Garitano que digamos mucha autoridad moral para criticar al PNV de mala gestión a raíz de la condena hecha por el juez a José María Bravo y a su ex esposa a cuenta del robo que hicieron ala Haciendade Irun.
Porque es preciso recordar una cosa que contradice las palabras de Garitano y demuestra que las conductas de los dos partidos en nada tienen que ver.
Efectivamente, Bravo era afiliado al PNV y fue designado a dicho puesto por una administración regentada por el PNV. Pero todo el probatorio y la denuncia hecha sobre este cobro de impuestos que se quedaba el Sr. Bravo lo hizo el Diputado General de Gipuzkoa, Joxe Joan González de Txabarri, su diputado de Hacienda, Mujica y el Director de la Haciendagipuzkoana, Iñaki Rika. Los tres afiliados al PNV. En cuanto detectaron semejante irregularidad fueron al juez y todo el probatorio que le llevaron ha sido el basamento del que el juez se ha servido para dictar sentencia.
En todas partes cuecen habas pero la diferencia estriba en que en unos partido el robo que suponía el mal llamado «impuesto revolucionario» , y los atentados a la vida sin denunciar realizados por ETA, se resolvían mirando hacia otro sitio. En el PNV, al revés. En cuanto se acreditó el daño, fueron directamente al juez. Y el sistema ha funcionado.
Para que ahora el Sr. Garitano acuse al PNV de falta de ejemplaridad y mala administración de los bienes de los gipuzkoanos. Dos conductas en el ejercicio de la representación popular que nada tienen que ver el uno con el otro.