Los catalanes deberían protestar por el trabajo de Cristina en la Caixa

Jueves 30 de agosto de 2012

Iñaki Urdangarin no quería dejar el Consejo de Telefónica. Sus cuatro millones  de cesantía y su millón anual, la casa en uno de los mejores barrios de Washington, la escolta, sus viajes y la respetabilidad que le daba su adscripción a esta multinacional eran demasiado golosos para renunciar a ellos. Y ha hecho falta una campaña de sms para que Cesar  Alierta, el muy dudoso presidente de Telefónica, haya tomado la decisión de dejarlo caer. Con las cosas de comer no se juega y por muy juancarlista que  se sea, lo primero es la cuenta de resultados y los milloncejos que se lleva anualmente de esta compañía este Alierta que le dio salida a un presunto delicuente que en cualquier país estaría en la cárcel. Hoy, sin redes sociales, ésto no se hubiera producido y la impunidad habría seguido campando por sus respetos en esta España Juancarlista y Campechana, donde la injusticia es  desigual para todos porque nadie pone en duda que si Urdangarin no hubiera pertenecido a esa Familia Irreal, Don Iñaki estaría hace mucho en prisión y solo la aparición del forense Etxeberria diciendo que los  huesos aparecidos en Córdoba eran de los niños desaparecidos, ha hecho que la evasión fiscal de Urdangarin-Torres a Andorra, no haya sido la noticia del verano.

El propio Peñafiel, que tiene sus fuentes, lo ha escrito: «Nadie se lo podía imaginar después de que en julio se le renovara el contrato por un año más, mejorándolo con una cláusula de rescisión  de cuatro millones de euros……¡Toma ya!. Fue un gran escándalo que dividió incluso, al consejo de administración. La decisión de echarle se ha realizado según Eduardo Inda, que de este tema sabe más que Dios «en contra  de la voluntad del marido dela Infanta …incluso se opuso abiertamente a dicha posibilidad cuando se lo plantearon».

Bueno, pues ya están en Barcelona y ahorala Sra. Cristinade Borbón, me niego a llamarle Infanta, va a trabajar enla Fundacióndela Caixa.

Y cuento como me enteré de la forma como fue contratada.

Un día me encontré en el aeropuerto de Bilbao a Luis Reverter que fue el jefe de gabinete de Narcis Serra en su época de ministro de Defensa. Un tipo simpático y hábil, droguero, que trabajó  además en la organización de los Juegos Olímpicos, organizó el funeral de Don Juan de Borbón y es persona conocida y apreciada. El caso es que hablando con él me contó que un día le llamó el rey y le dijo lo siguiente:

-«Oye Luis, consígueme trabajo para la hija, tu que estás enLa Caixa». Eso fue todo.

Y dicho y hecho. Luis Reverter la introdujo  a dedo en  esta  canonjia que ahora reivindica  esta señora tan corta en luces, ya que ni se enteraba lo que hacía su marido, y  viene para volver a trabajar en una institución modélica y representativa de la catalanidad y de Catalunya.

Pero es que esta señora es tan responsable de lo que hizo su marido como su propio marido. Nadie en su sano juicio cree que no se enteraba del latrocinio de su querido esposo. Nadie. Y hay indicios suficientes para que, para esta hora, debería estar imputada. ¿Por qué entonces tiene que seguir enLa Caixacuando su marido no sigue en Telefónica?.

CIU, ERC, el PSC, el partido de Laporta, no pueden ni deben tolerar que un emblema de Catalunya  como esLa Caixasea manchado por la hija de un rey inmersa en semejante caso de corrupción.

 Y es noticia mundial. «La hija del rey de España, inmersa en un escándalo de corrupción, trabaja en una institución representativa de Catalunya cuando además su gobierno, por problemas de financiación al no tener un Pacto Fiscal, solicita a Madrid ser rescatada». Un poco fuerte. Catalunya no se merece esta nueva afrenta.

Y que los sms empiecen a funcionar. Como en Telefónica. La política tiene que limpiarse de estas excrecencias y si los  partidos republicanos y nacionalistas catalanes permiten este abuso de poder, que no se ha permitido en la tan española Telefónica que luego no se quejen. ¿O es que alguno de ellos cree que Dña. Cristina es tonta?. Si lo es no debe trabajar enla Fundacióncon semejante sueldo y en puesto tan relevante y además introducida por la parte de atrás solo por ser la hija de un descendiente de Felipe V y si no lo es, y nadie duda que es tan corrupta como su esposo, que no se permita esta borbonada. ¡Ya está bien de los Reverter metidos a conseguidores reales!. ¡Y ya está bien de la impunidad de esta familia!. ¿O la justicia no es igual para todos?.

 

Guillermo Ramos: This is Radio Euzkadi, the voice of the Basque underground

Miércoles 29 de agosto de 2012

Primero sonaba el primer compás del “Gora ta Gora” tocado en un viejo xilófono amarillo. Y después venía la presentación en cuatro idiomas. Durante trece años, éste fue uno de los indicativos de las emisiones clandestinas de Radio Euzkadi que transmitía en onda corta a las 8:30,9:30 y 10:30 de la noche desde Venezuela. Era, ”Radio Euzkadi,La Voz  de la ResistenciaVasca”. La identificación en  inglés la hacía Guillermo Ramos, en francés  Paul Aguirre, en castellano Iñaki Aretxabaleta y en euskera Xabier Leizaola. Fue  la labor de un gran equipo.

Guillermo Ramos nacido en la Plaza Nueva de Bilbao hace casi  71  años acaba de fallecer en Caracas. Hace dos meses nos visitó. Había superado  un fuerte bache en su salud y estaba encantado que su hija Aitzbea viviera en su ciudad natal y  por eso quiso visitar (y quizás despedirse) de todos los que con él tuvieron alguna relación en Venezuela tanto en el Centro Vasco como en el trabajo clandestino de La Txalupa (así conocíamos a nuestra Radio Euzkadi clandestina). Estuve con él almorzando junto a Mikel Arieta-araunabeña, Andoni Olabarri e Iñaki Erkoreka recordando aquellos viejos tiempos donde hacíamos mil cosas para acabar con el franquismo y que la llama del Gobierno Vasco en el exilio, la del PNV y de EGI, no se olvidara. La revista Gudari, la película “Los Hijos de Gernika”, la edición de libros, y sobre todo el mantener trece años una emisora clandestina que emitía desde los Valles del Tuy,  exigía una fuerte organización clandestina que requería muchas reuniones y toda una estructura económica para mantener aquella proeza.

Guillermo Ramos era uno de los incondicionales del Grupo EGI que se reunía todos los lunes en el barrio de la Candelaria de Caracas. Primero en el taller de reparaciones electrónicas  de Tomás Mitxelena, un comandante de gudaris de ANV y después en casa de Jokin Inza (el gordo Inza), que era quien nos dirigía militarmente para que todo funcionara. El bergarés no se andaba con chiquitas y gracias a su mando en plaza y a su olfato reunió un equipo de ingenieros, bogados, constructores, periodistas y gentes generosas que sabían que emitir todos los días con un programa clandestino, superando la interferencia que nos ponía el franquismo, recibiendo QSL de todos los marinos vascos de los siete mares, era una labor necesaria para que la otra voz de la resistencia vasca se escuchase. Reuniones los lunes, repartir las quinielas en los bares dela Candelaria, tomarse unos chiquitos y unos whiskycitos tras la reunión, arreglar el mundo, preparar acciones y seguir la vida del Centro Vasco era parte de la vida de un Guillermo Ramos que nunca dejó de ser un activista de causa tan lejana. Con sus camisas floreadas, sus dichos venezolanos, este bilbaino  sonreía y pensaba en su familia castellana que si supieran en quien se había convertido   Guillermo, morirían fulminados de un soponcio.

Ramos era uno de los miembros de un equipo que, los sábados, visitaba en Santa Lucia (Macuto la llamábamos) a Ixaka Atutxa un gudari del Jagi Jagi que vivía en una caseta  de esas de los mineros donde al lado de ella estaban los dos transmisores que J. J. Azurza había conseguido de la Shell. Los llamábamos Pedro y Pablo y habían servido para que desde Caracas, esta compañía petrolera se comunicara con sus refinerías de Curazao y Aruba. El equipo que iba a Macuto tenía la misión de entretener a Ixaka en su dura soledad, jugar al mus, dejarle ganar, llevarle cerveza y el play boy y escucharle sus historias de la guerra y dela Brigada Vascay las jaculatorias que le dedicaba a Franco cuando ponía en marcha aquellos equipos. Aquel gudari  era todo un personaje que había que cuidar y Guillermo con Jon Mikel Olabarrieta, Kepa Lekue, Iñaki Aretxabaleta, Paul Aguirre, Jon Gómez, López Mendizabal, Peio Irujo, Julian Atxurra, Félix Aranguren, Domeka Etxearte, Santi Guruzeaga, Ricardo Líbano, y varios más se turnaban en el empeño. Gracias a este trabajo, duró aquella emisora trece años funcionando todos los días. Solo dejó de hacerlo en junio de l977, tras las elecciones legislativas cuando se atisbaba la posibilidad de actuar democráticamente.

Guillermo era además un miembro muy activo del Centro Vasco de Caracas. Fue presidente de  Euzko Gaztedi, del Centro Vasco, así como dela JuntaExtraterritorialdel PNV y de ELA-STV. También de la FederaciónVenezolanade Pelota Vasca y locutor de Euzko Deya el programa radial semanal en Radio Tropical del Centro Vasco. Y allí donde había un acto, estaba él con su camisa tropical, su bigote chorreado, sus comentarios agudos y su capacidad para reírse de todo y todos y de si mismo. Tuvo además una empresa donde empleaba a discapacitados para hacer ramplús (tacos).

En 1977 Juan Ajuriaguerra y Carlos Garaikoetxea viajaron a Venezuela para reconocer el trabajo que se había hecho Y estuvieron en Macuto viendo la vieja caseta desde donde se había transmitido todos los días noticias, editoriales, música y consignas parala Euzkadiperseguida. El Grupo de EGI y Guillermo agradecieron aquel gesto. No se había trabajado en balde. Posteriormente Iñigo Camino, en su  época de director de Radio Euzkadi promovió la edición de un libro sobreLa Txalupa escrito por los historiadores  Leyre Arrieta y Rodríguez Ranz. La actual no ha reseñado la pérdida de Guillermo.

Su hija, Aitzbea Ramos Barreda me ha escrito y dicho lo siguiente:

 “Hoy fue un día hermoso, mi ama y yo estuvimos arropadas por un montón de gente bella que fue a despedirlo y a apoyarnos en tan triste momento.

Entiendo la muerte como parte de la vida, y yo tuve la inmensa suerte de tenerlo en mi vida durante todos estos años, como padre y amigo.

Hoy me quedo con la satisfacción de que se ha marchado de este plano sin sufrimiento, lleno de amor, y por sobre todo con un gran «check mark» en la lista de sus últimos deseos «VOLVER A SU AMADO BILBAO, SU PATRIA», un Bilbao que se ha convertido también en mi hogar .

Lamentablemente no llegué a darle un beso de despedida, pero tengo la certeza de que de ahora en adelante no existirá distancia entre nosotros, llevaré su amor para siempre en el corazón.

Mi ama y yo estamos tranquilas, rodeadas de todo el amor posible en este mundo.”

No hay que añadir ni una letra más.

El bermeano monseñor Carlos Anasagasti, obispo de “El Beni” (Bolivia)

Sábado 25 de agosto de 2012

Bermeo tuvo su obispo, un hijo del pueblo: monseñor Carlos Anasagasti Zulueta, nacido en la barrio de Demiku. La vocación antipublicitaria de monseñor y su actividad en las selvas de El Beni (Bolivia), son causas de que su figura no sea suficientemente bien conocida. El acto íntimo que le ofrendó su pueblo en 1978, al día siguiente de su fiesta patronal de Santa Eufemia, consiguió resaltar su figura en cuanto lo merecía.

Nacido en 4 de noviembre de 1919 ingresó niño en el Seminario de Aránzazu, profesó en la Orden Franciscana y se ordenó sacerdote en 1934. Durante la guerra, sirvió de capellán al ejército vasco en campaña. Tras unos meses entre rejas, pasó a fines de 1939 a Paraguay. Actividades parroquiales, con distancias hasta de 80 kilómetros a caballo para llegar a tiempo a sus ministerios; actividades sociales, con el corazón siempre inclinado a todas las miserias humanas; actividades constructivas de edificios, de carreteras, de puentes, en una región subdesarrollada. Su nombre no pasó desapercibido a la Santa Sede.

Fue nombrado administrador apostólico en Beni (Bolivia), una misión de la selva evangelizada por los Franciscanos. El 13 de setiembre de 1953 fue consagrado obispo.

Con una veintena de misioneros franciscanos -la mayoría vascos- verificó una acción sorprendente en la formación de grupos humanos (un nuevo pueblo, nacido bajo su dirección, se llama Bermeo de los Moxos, por deseo. expreso de los mismos indios moxos, en señal de gratitud a su Prelado); se empeñaron en la formación de profesores de religión para maestros y educadores, en la creación de muchos y buenos líderes seglares que realizaran su papel de apóstoles entre los suyos, edificaran templos y capillas (en la actualidad son cinco los proyectados y comenzamos en la misión), se preocupan de la culturización de todos los estamentos, sobre todo de los niños, para los que crean escuelas erigidas y pagadas por la misión. Todo ello muy lejos de la civilización casi en pleno anonimato, pero con un éxito apostólico arrollador.

Bermeo, pueblo siempre entusiasta para los homenajes cordiales, acudió en masa al acto principal, de hace treinta años, en una solemne misa concelebrada y presidida por monseñor Carlos Anasagasti. Bien merecía un Prelado así el homenaje de su pueblo.

Pero han pasado treinta años y monseñor falleció. No está mal recordarlo ahora cuando Bolivia está pasando momentos difíciles.

 

 

 

 

 

Pie de foto. 1966. Visita del obispo Carlos Anasagasti al Colegio Santiago Apóstol. Koldo, Jon e Iñaki Anasagasti con el obispo.