Lunes 6 de agosto de 2012
Ayer tres de agosto nos quedamos en el relato enla Cueva del Fraile de Cuenca. Al día siguiente, viernes cuatro salimos, tras pagar 35 euros por persona en el hotel, algo increíble, hacia Teruel. Comentarios sobre la victoria del Athletic contra Croacia. Menos mal. Que se vayan animando. Y carretera secundaria recorriendo un paisaje bello pero muy poco poblado. No sé como en estos lugares no se han rebelado más. España para los distintos gobiernos del PSOE y del PP, es Madrid y todo lo chupa Madrid. En el fondo son muy malos patriotas. Han diseñado un crecimiento ombliguista y radial descuidandola Españaprofunda, que existe y vale la pena.
Olite y su Palacio Real
Decidimos no salir en Teruel. La conocimos hace tres años en un viaje parecido, con mesa redonda incluida sobre la relación de la política y las redes sociales organizada por el senador del PAR, Jose Mari Mur. Recuerdo que clausuró la jornada el entonces presidente del partido y actual vicepresidente del gobierno aragonés J.M. Biel. Ambos se echaron muchas flores y se dijeron bellos cumplidos. Al poco Biel expulsaba del PAR a uno de sus fundadores y hombre respetado y querido enla Cámaracomo Mur. Nunca lo entendimos salvo en la clave de la crueldad de la política resumida en aquella cínica frase de que la política es «complicidad sin amistad».
Llegando a Cariñena me llamó Joseba Zubia. Había fallecido Joseba Aguirre el hijo del Lehendakari Aguirre. Lo lamenté y quedé en escribir un recuerdo sobre él. Ya lo he hecho. Y, de Teruel a Olite, con el GPS a tope y diciéndonos el camino. Paramos antes en Cariñena. El lugar recuerda a su vino, pero no había nadie en sus calles. El calor y el verano, lo habían convertido en un pueblo fantasma. Pero comimos en el hotel de la entrada. Plato del día por 11,5O. Estuvo bien. Y en el postre compramos lotería dela Once. Notocó. Mi hija ya había hecho sus cuentas de la lechera. Y al poco llegamos a Olite. ¿Por qué a Olite?.
Olite fue el lugar de residencia final de Carlos el Malo, de su hijo Carlos III el Noble, de su hija Dña. Blanca de Navarra y del Príncipe de Viana y en este 500 aniversario de la conquista de Navarra por Castilla, no estaba mal que Naiara escuchara estas cosas que la mayoría desconoce. Navarra fue reino y perdió su independencia gracias a la falsificación de unas bulas y a una conquista militar. A esto se le unió lo hecho por aquel descerebrado y aquel salvaje como fue general Espoz y Mina, quien con el cuento de que no quería que los franceses se atrincheraran en aquellos muros lo arrasó y acabó con aquel riquísimo patrimonio. Por eso la visita se imponía. En su día la hicimos con Pello Irujo, Arantza Amezaga, Jokin Inza, su mujer y Xabier Leizaola, en un recorrido histórico parecido yendo después a Ujué donde reposa el corazón de Carlos el Malo. Si, ya sé que hablar de estas cosas es hablar dela Edad Media, ¿y qué?. Es historia vasca sobre todo cuando escucho las imbecilidades patrioteras de algunos y cuando se me revuelve la sangre ante nuestra supina ignorancia. La historia siempre la escribe el vencedor y se la cree el vencido. Porque no es curioso. Anímese a conocer este Palacio.
Nos alojamos en un hotelito que fue restaurado hace cuatro años y que se encuentra en pleno recinto histórico y de nombre Hostal Rural Villa Vieja, absolutamente recomendable por el trato, su limpieza, modernidad y ubicación. Y, por su precio. Dejamos las cosas y esperamos hasta las seis, donde tras pagar una entrada de euros, fuimos en grupo a recibir las explicaciones de una solvente guía. Siempre me llama la atención lo bien que lo hacen. Será porque lo repiten mucho y porque lo viven.
El palacio, que no castillo, fue uno de los palacios medievales más importantes de su época. Construido añadiendo estancias y parcelas es irregular y curioso. Solo quedan sus paredes. Los bajos, el jardín de la reina Trastamara, la estancia del rey, la pajarera, el zoológico, la nevera de hielo, las almenas, la torre del homenaje y la atalaya, la vista de Unjué, y la necesidad de ponerle imaginación a aquellas estancias y paredes absolutamente vacías, nos enseñaron parte de la historia de Navarra sin que en los últimos años se haya nada serio para ir recuperando parte de ese capital histórico y sentimental. Que los navarros vieran que allí hubo un recinto de poder propio, es fundamental. Los alemanes han recuperado en Berlín el palacio del Kaiser para que no se olvide, lo mismo que los polacos en Varsovia, su viejo palacio real destruido por la guerra. A los navarros de UPN, tan navarristas ellos, y a los del PP, este dato no les interesa nada. Lo suyo esla Villay Corte madrileña. Tiene que venir cuanto antes el nacionalismo vasco para seguir la estela de aquel Iturralde y Suit con cuyos planos y trabajo se comenzó una modesta recuperación.
Desde las almenas se veía a la izquierda un antiguo e inmenso convento de frailes hoy con solo cinco, y una gran explanada que tuvo que ser un frondoso bosque real. A Carlos III le tocó una época relativamente tranquila y se dedicó a darle a su poder la majestad del atrezzo palaciego, pero no solo en Olite, sino en Tafalla y en Iruña. Así como el Carlos III de Madrid, con su puerta de Alcalá y el palacio de Oriente, este debía ser un rey inquieto por lo público.
Tras la visita y, a las ocho, a dar una vuelta por un precioso casco histórico bastante bien conservado y con la animación de la gente en la calle y en la plaza, tomando su refresco de la tarde. Y en uno de estos restaurantes decidimos cenar. Paseando me llamaron para preguntarme que me parecía la propuesta del PP de rebajar de25 a20 los parlamentarios del Parlamento Vasco. En su día se había dado paso de20 a25, para facilitar la entrada de EE, aunque nos perjudicó grandemente y Mario Onaindia no dejara de insultarnos siempre que podía. Nunca lo agradecieron. Pero es más democrático. A menor representación, menos democracia. Y la democracia hay que pagarla. Y no hay que perder el norte por el debate actual. Lo que hay que criticar es el abuso y a los malos políticos y sus posibles malas decisiones. O si no juguemos al populismo y al gendarme necesario sin control.
Museo Jorge Oteiza en Alzuza
Pasando Iruña, a ocho kilómetros en dirección a Aoiz, subiendo por una carretera se llega ala Fundacióndel oriotarra y gran artista Jorge Oteiza fallecido en el 2003. Estuve con él solo una vez en una comida en el restaurant Balliak de Bilbao y me fascinó. Era un genio. Teatrero, irónico, narcicista, lo que nos dijo de la entonces su bicha, el archivador Sesmero y del nacionalismo vasco es para no olvidar. Sus teorías sobre todo lo divino y humano hacían que la gente le escuchara embobada y aquel debió ser un buen día. Ayudó en la campaña para la adquisición del solar de Sabin Etxea con su busto, que no gustó demasiado, porque decían nos se parecía en nada a Sabino, pero ahí quedó como una gran obra. El nos decía que no había que construir un edificio sino dejar el solar vacío que debía ser la gran referencia simbólica del fundador del nacionalismo vasco, con una llama ardiendo, frente ala Injusticiadela Audienciacontigua, del banco de Vizcaya enfrente y de la jerarquía eclesiástica asimismo contigua en San Vicente. Y todo esto lo argumentaba con grandes frases, sonoras risotadas y ocurrentes imágenes. Todo un tipo.
El museo vale la pena. Lo diseñó el arquitecto navarro Sáenz de Oiza y está hecho para un Oteiza que vivía en un caserío al lado con su fiel Itziar Carreño, fallecida en 1991 y con la que tenemos una fotografía del Alderdi Eguna de Ayegi, vendiendo bocadillos en una txozna para promocionar estas obras. Muerta ella, Oteiza vagó por el mundo como alma en pena. Y allí vimos su despacho como lo dejó, sus tizas, sus obras. El premio de la Bienal de Sao Paulo, los apóstoles de Arantzazu y el proyecto completo. Y una carta espléndidamente escrita por Oteiza al Nuncio vaticano Hildebrando Antoniutti por la postura de la jerarquía eclesiástica en una España donde solo al individuo se le dejaba como libertad el silencio. Magnífica. Escribía muy bien.
Poco euskera y al preguntar sobre los bustos de Sabino, ninguna de las presentes tenía ni idea y alguna ni que existieron. ¿Casualidad?. No sé qué pensaría hoy de su museo el genio gipuzkoano. Pero de todos modos, la vista es preciosa y el museo vale la pena. Hay que conocerlo.
Con la escritora Amezaga
Bajando, en la urbanización contigua llamada Errikotxiki vive Arantza Amezaga con su hijo Enekoitz, y la visita de cartero se imponía. Mantenemos una vieja relación de gran amistad desde la época caraqueña, conocí a sus aitas y conozco a sus hermanos Bingen y Xabier, trabajé mucho y conspiré con Pello Irujo su marido y somos hijos de familias del exilio recaladas en Venezuela. Hoy Arantza viuda, escribe y edita, está presente en actos abertzales y ve crecer el roble en su jardín nacido de una bellota que le regalaron a Pello cuando se aprobó la devolución del Concierto Económico para Gipuzkoa y Bizkaia. Y como la tierra es fértil, el roble está muy robusto, como sus once nietos que le visitan constantemente.
En la fotografía en la que se les ve mirando al ordenador, Arantza nos enseñaba el texto de su libro dedicado a la «Conquista de Nabarra», en clave divulgativa y sin encontrar, por la crisis, una editora potente que se haga cargo de este interesante y necesario trabajo. Trabaja mucho en esta labor de divulgación, tratando de humanizar a los personajes. Y está culminando otro libro dedicado al exilio del barco «Quanza» que llegó a México. Me comentó que de momento había llegado aLa Habana. Yle sacamos estas fotos en las que está muy bien. Nos obsequió con su libro y el de su hijo, Xabier, historiador enla Universidadde Nevada que acaba de editar un libro distinto con datos inéditos sobre el bombardeo de Gernika y que presentará el próximo 10 de agosto enla Villamártir. Allí estaré.
Visita de cartero, rápida y fructífera.
En el Iruña
De allí a Iruña. Aparcar en Baluarte, su gran centro de arte. A una pareja tras su boda le sacaban las clásicas fotos. Pasar por enfrente del Parlamento y por el paseo Sarasate detenernos ante la estatua de los Fueros. Leí las placas que tiene en sus bases. Aluciné. ¿Se conservaron durante el franquismo?. Es pólvora de identidad.
Una decía:
«Se erigió éste monumento para simbolizar la unión de los navarros en la defensa de sus libertades aun más dignas de amor que la propia vida». ¡Ostras!.
Otra:
«La incorporación de Navarra ala Coronade Castilla fue por vía de unión principal reteniendo cada reino su naturaleza antigua, así en leyes como en territorio y gobierno. Esto es dela Ley VIde las Cortes de Olite del año 1648».
Y la tercera:
«Juramentaban nuestros reyes guardar y hacer guardar los fueros, mejorándolos siempre y nunca empeorándolos y que toda transgresión a este juramento sería nula, de ninguna eficacia y valor. Dela L.I. TítuloI, libro I dela NOVREC».
Casi nada.
¿Y cómo los navarros de verdad leyendo esto que está en el ADN navarro pueden votar al PP y al PSOE?.No lo entiendo.
Enfrente, el restaurant cerrado de las Pocholas. En su día estuve comiendo allí durante la visita del ex presidente de Venezuela Rafael Caldera con D. Manuel de Irujo y Carlos Garaikoetxea. Recuerdo todavía aquellos potentes discursos tan cargados de buena oratoria. Debía ser la pera, de bueno este restaurant familiar, que fue referencia de toda la vida de la ciudad.
Tras ésto llegar a la Plazadel Castillo. Me acordé de mi ama que me contaba sus paseos bajo los arcos en 1937, tras ser expulsados ella, su ama y hermanas de Zarautz por nacionalistas y antes de escaparse por monte, vía Elizondo. Y ver el estratégico edificio del Elkartetxe donde antes de la división del PNV, nuestro partido tenía allí la sede del Napar y donde celebrábamos de vez en cuando reuniones del EBB. Y comer en el viejo Iruña, café restaurant histórico sin que la plaza del Castillo no se entendería, ni tampoco las estancias de Hemingway y las conspiraciones de Mola. El menú del día, variado, abundante y recomendable, hacía que durante dos horas el trasiego de los viandantes fuera continuo. Y, tras esto la clásica visita por el Casco. Sacarnos fotos ante un ayuntamiento que visité por primera vez en 1977 cuando D. Manuel de Irujo llegó del exilio y le recibió el entonces alcalde Tomás Caballero, posteriormente asesinado por ETA, y tras esto dar la vuelta en la curva de Estafeta y comprobar cómo San Fermín sigue, pasadas las fiestas, dejando su huella y siendo objeto de compra de ropa y recuerdos cada vez más originales y mejor hechos en comercios repartidos por todas partes. Está claro que cada ciudad debe tener una excusa para ser visitada
En el Museo de Santxotena
En la recta final de esta escapada, decidimos visitar el parque-museo de Xabier Santxotena, en Bozate, Arizkun. A Xabier le conozco de cuando regentaba el Portalón de Gasteiz y siempre nos hablaba de sus esculturas cuando le visitábamos tras las sesiones del Parlamento Vasco y nos daba aquel arroz tan especial y abundante. En uno de estos almuerzos me regaló una reproducción muy pequeña de su obra dedicada a Juan de Ajuriaguerra que conocí en esta visita en su versión original donde en la entrada se hace mucho hincapié en que hay que tocar las obras y que no pasa nada.
No estaba Xabier y nos atendió su hijo. Había dos familias haciendo el recorrido por las bordas donde su guardan por materias sus obras dedicadas a temas específicos, junto a obras de arte convertidas en puente, calvarios, fuentes y demás. Tiene allí su monumento a la paz, bustos de Unamuno, Oteiza, Sancho el III el Mayor, San Francisco Xabier, Ignacio de Loyola, Lope de Aguirre, genios femeninos, columna caos, hechos con árboles centenarios tallados por el tiempo, el rayo, el hielo, el viento. Discípulo de Oteiza me maravilló todo lo que este hombre ha hecho en estos años de duro trabajo y de búsqueda de financiación para mantener este parque temático Santxotena. Es una obra increíble y altamente recomendable ir allí para verla y para deleitarse con el paisaje de un Baztan tan seductor. Muy, pero que muy recomendable. Precioso. Xabier ha hecho un buen trabajo. En su día fui con Atutxa, Bergara y Urkullu a su estudio de Arceniega. La cosa, pues, viene de lejos.
Y ya, puesto el GPS, a Bilbao para llegar a las ocho y media, pero ya lloviendo. Euzkadi es diferente. De ahí su verdor, y su mágica belleza.
Y el resumen de una salida que por su corta duración y la intensidad de la convivencia siempre sabe a poco. Habrá que repetirla. Y, al final, un recuento de gastos para demostrar que se pueden hacer cosas sin grandes dispendios y pasarlo muy bien, si uno resiste esos cinco minutos que cada día tiene su bronca por lo que sea. El agua, la parada, las ventanas, el despiste, el capricho, la comprita. Si se supera, todo es una delicia, como lo fue este viaje agosteño en plena crisis y con Rajoy diciéndonos que veranee el que pueda.