Jueves 9 de agosto de 2012
Decía D. José Bergamin que “si tratáramos entre objetos, podríamos aspirar a ser objetivos. Siendo sujetos, como somos, solo podremos ser subjetivos”. Es decir, mientras hablemos de cosas, de gentes, de seres humanos, todos tendemos a la subjetividad y la objetividad pura es imposible. De acuerdo. Pero de esta realidad a la subjetividad manipulada de la actual RTVE, dada de alta como forma de actuación, va un trecho. El trecho que traspasan los directivos de RTVE. Y el gobierno del PP.
Lo que se esperaba ha terminado por ocurrir. Aprovechando la agostidad, el nuevo jefe de los informativos de RTVE, Julio Somoano, procedente de Telemadrid, metió mano a su nuevo cometido y relevó a los responsables de programas y áreas, entre otros a Ana Pastor del matinal “Los Desayunos de TVE» y a Xabier Fortes de «La Nocheen 24 Horas». Ha prescindido asimismo de Alicia G. Montano, directora del emblemático «Informe Semanal». De estos tres, me quedo solo con Alicia G. Montano. Los otros dos llegaron de la mano del PSOE y aunque han hecho un periodismo más vivo, éste ha estado mediatizado por los cupos, las presiones, su propio sectarismo, la subjetividad y el centralismo.
Y digo que mis Iágrimas son por RTVE porque éste debería ser un medio neutral profesional, plural, equilibrado y cuyos directivos deberían acceder a la dirección de los mismos por su profesionalidad y no por su adscripción. El estado, con un gobierno u otro, es la administración profesionalizada y para servirla no hacen falta militantes de todas las ideologías, sino periodistas lo mas objetivos posibles, lo más serios posibles, lo mejor pagado posibles y con largos contratos de permanencia para que no se casen con nadie. Esa debería ser la tónica de un Ente que se dice Público, pero que solo obedece siempre a criterios del partido en el gobierno. De ahí que cuando cambia un gobierno se cree con derecho a cambiar toda la cúpula directiva del tal Ente, y ya se sabe lo que va a pasar.
Pasará como en su día pasó cuando llegaron Ana Pastor y Xabier Fortes. Desplazaron a otros y, en su balance, solo veo claroscuros, muchos silencios sobre temas candentes, la monarquía intocable, la corrupción intocable, lo que era noticia, intocable, y hecho con periodistas amigos haciendo la ola y cosas así. Y eso, aunque sea mejor que la nefasta época Urdaci, no es periodismo institucional, plural y objetivo. Ha sido otra cosa.
Lloro por éste Ente Público al servicio del PP, como antes lo fue al servicio del PSOE. Ni una lágrima por Ana Pastor ni por Fortes.
La democracia brillando por su ausencia.
Echo en falta alguna mención a EITB: aunque claro, de la ETB de la etapa peneuvista mejor ni hablamos. Aparte de sectaria (al igual que lo son las de PP y PSOE) trataba muy cariñosamente al mundo batasuno-etarra, e ignoraba a las víctimas de los mismos. Incluía zonas como Navarra que ni son parte de la C.A. Vasca, ni pagan con sus impuestos la EITB. Sus locutores deportivos gozaban cuando «informaban» de la derrota en algún evento de España. La palabra España estaba prohibida salvo cuando era para asociarla con algún circunstancia negativa. Es decir, además de adoctrinar al pueblo vasco, insultaba y ofendía a los que no comulgamos con la fe nacionalista, y nos sentimos españoles en mayor o menor medida.
Vamos, que una cosa es predicar, y otra dar trigo.