Sábado 17 de noviembre de 2012
El jueves, tras llegar de Madrid, fui a la celebración del 35 aniversario de Deia. En el camino me encontré con Félix García Olano quien fuera director de este periódico de 1981 a 1987. Y hablamos de aquellos años tan complicados pero tan ilusionantes. Félix fue un buen director en los peores momentos de la actividad de ETA y siempre era de los que buscaba el consenso y el acuerdo. Le sustituyó el hoy fallecido Antón Eguía. A éste Juanjo Baños. El primero fue Ignacio Iriarte que entraba en La Alhóndiga cuando yo salía y, el actual, Bingen Zupiria era el anfitrión. Allí estaba también Iñigo Camino que lo fue de 2009 al 2012.
La celebración fue original. Se trataba de una exposición con 35 portadas de estos años. Su salida al mercado, las primeras elecciones, la llegada de Leizaola, los triunfos del Athletic, el 23-F, atentados, la tragedia de Ortuella, el asesinato de Joseba Goikoetxea, los gobiernos Ardanza e Ibarretxe, y así hasta 35 portada que luego se editaban en un logrado cuaderno con opiniones de gentes de todo tipo. A mí me la pidieron y dije sobre Deia: “Pequeño, influyente, abertzale, picantemente periodístico y sobre todo nuestro, muy nuestro”. La exposición está abierta en La Alhóndiga.
Deia salió a trancas y barrancas para las primeras elecciones legislativas el 8 de junio de 1977, una semana antes de la cita electoral. Había tenido que superar mil barreras, doscientos permisos, una campaña de fondos para adquirir la rotativa y los locales, contratar profesionales sin apenas experiencia de trabajo en un medio para la democracia, e improvisarlo casi todo. Recuerdo haber ido a Iruña con Gorordo para contactar con Mirentxu Purroy que era la directora de “Punto y Hora de Euskalherria” y de cómo nos llevó el coche la grúa. También de haber propuesto el nombre de Euzko Deya, revista del Gobierno Vasco, que se quedó en Deia. Recuerdo además la campaña de Aurman con la figura de un trompetero que Enrique Ibabe sacó del dibujo en una kutxa y de la salida del periódico una noche boreal. Recuerdo también cómo anunciamos su salida en el Euzkadi y de la molestia que ésto originó en el grupo que trabajaba para sacar adelante EGIN y de cómo fuimos los primeros. Recuerdo tantas cosas… Y sobre todo a tantos que ya no están.
Hablaba este jueves con un periodista de El País y me comentaba las dificultades que tiene hoy la prensa escrita. Falta de anunciantes, reducciones de plantilla, competencia salvaje de los medios digitales, vivir solo de la venta de ejemplares, periodistas en paro sin poder ubicarse en nada, defensa de la cabecera que tiene un determinado prestigio, una juventud que no compra ni lee la prensa escrita. Todo un cúmulo de dificultades que hay que superar para, al final, ver como gana lo digital.
Pero ahí sigue Deia que ha vivido siempre en esa angustia y que como las truchas ha tenido que superar ríos muy fríos y a contracorriente y que seguirá siendo un medio »pequeño, en una familia grande, influyente, abertzale y nuestro, muy nuestro”. Gure lurraren Deia.