¿Gracias Felipe?

Domingo 2 de diciembre de 2012

Este domingo en Madrid le han agradecido a Felipe González que hace treinta años ganara las elecciones a Landelino Lavilla, candidato de UCD con diez millones de votos. Aquel autobús lleno de grupos enfrentados no dio más de sí y UCD desapareció. Suárez se había salido del invento que creó y el entonces presidente, Calvo Sotelo, ni salió elegido diputado.

Hoy el PSOE es una sombra de lo que fue, fundamentalmente por no haber sido un partido socialista sino un partido muy acomodaticio con un líder, Felipe González, que antes que socialista es un adorador del becerro de oro.

Viendo en televisión el acto celebrado se podían colegir muchas cosas. La más llamativa era la pregunta que seguramente se harían ante su inanidad los verdaderos socialistas al verle a Zapatero siendo tan poca cosa política hoy. Parecía que estaba de prestado. El traje siempre le cayó grande.

1.- “Gracias Felipe” en castellano. En ninguna de las lenguas cooficiales. Y es que nunca el PSOE aceptó la pluralidad del estado. Propició la LOAPA, no desarrolló los estatutos, generalizó el proceso, no apostó por un encaje confederal y, treinta años después solo gobierna en Andalucía y Asturias con pactos con IU. Y sus jóvenes piden perdón por la gestión de Zapatero.

2.- La corrupción ha sido una de sus señas de identidad. Socialismo no es igual a limpieza, sino a Filesa, Mariano Rubio, BOE, desfalcos, Times Export, chapuzas varias.

3.- Felipe ha sido el responsable político del GAL y así pasarán a la historia. Bien por acción o por omisión, pero lo es.

4.- González le ha permitido al rey hacer de su capa un sayo. Es el gran responsable de que tras Juan Carlos pueda venir Felipe a cuenta de su permisividad y obsequiosidad. Y el PSOE teóricamente es un partido republicano.

5.- Felipe González se proclama gran europeísta, pero sin embargo nunca ha aceptado un puesto en la presidencia de la Comisión para echar una manita y hacer más Europa, sobre todo en tiempo de crisis.

6.- El referéndum de la OTAN fue una chapuza. Pasó “De entrada no”, a que Solana fuera secretario general de algo tan adversado. Increíble.

7.- Habla mucho de América y resulta que con el americano que mejor se lleva es con el hombre más rico del mundo Carlos Slim.

8.- González es asimismo responsable de un sistema judicial tan deficiente. Cuando se tiene una mayoría absoluta tan determinante como la tuvo el sevillano, y no haberle hincado el diente y haber sido tan prudente, lo que lleva es a ser un defraudador de esperanzas.

9.- González, amigo de Jesús Polanco, favoreció al Grupo Prisa de tal manera que parecía un dictador bananero. No fue fiel a los criterios de libertad e igualdad de expresión, sino de amiguismo.

Me parece bien que los socialistas se agarren hoy desesperadamente a Felipe González. No tienen hoy otra cosa. Pero esta es la historia de lo que pudo ser y no fue. ¿Gracias Felipe?

El Foro Extremadura de Rodríguez Ibarra pierde el tiempo hablando de la Constitución

Sábado 1 de diciembre de 2012

Con motivo de la celebración del aniversario de la aprobación de la Constitución en 1978, se organizan cada año reflexiones sobre la misma. Como se sabe al PNV se le excluyó de la ponencia y al final nos abstuvimos ante aquel texto que era un avance en derechos y libertades pero desaprovechó una ocasión de oro para haber logrado un cierto encaje de las singularidades nacionales.

Esta semana pasada la Fundación Extremadura organizó un coloquio muy sesgado para hablar de estos asuntos. Con un Rodríguez Ibarra que cerró el acto diciendo tonterías, con una Dolores de Cospedal que quiere poner en mármol que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, con un Miguel Herrero que estuvo muy apagado, con un Felipe González que no aportó solución alguna, con un Miquel Roca que en 1978 no planteó el Concierto para Catalunya ni logró se consagrara la distinción entre Nacionalidades y Regiones, el Foro no pasará a la historia por aportar nada sustancial. Y como era de esperar ese gran español, apeliidado Rodríguez Ibarra, nos excluyó de foro tan parcial. Las cosas fueron así:

Felipe González, Miquel Roca, María Dolores de Cospedal y Miguel Herrero de Miñón se reunieron el miércoles 28 de noviembre en un acto en el que clamaron por la recuperación del consenso en el debate territorial y económico, pero sin poder ocultar sus diferencias, en algunos aspectos sustanciales. Los ponentes constitucionales y el expresidente abogaron por volver a intentarlo, y la secretaria general del PP les pidió concreciones. En esto tuvo razón, porque tanto Roca como Herrero se fueron por las ramas y al final no aportaron nada concreto.

Pudo parecer que el corte era más generacional que ideológico. Pero de todo había. González reivindicó su derecho a decidir si alguna vez se plantea la pregunta de la posible separación de Catalunya. ¿Lo cree en serio? Cospedal reclamó que de una vez por todas se grabe en mármol que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español. Roca recogió el guante. Dijo que la Constitución prevé dos tipos de referéndum vinculante. Uno, para cambiar la propia Carta Magna. Otro, para reformar los estatutos de autonomía. Su queja implícita fue que la consulta del Estatut en Catalunya dejó de ser vinculante porque el Tribunal Constitucional (TC) lo echó abajo «con magistrados interinos». Pero la pregunta es: ¿Roca quiere ese referéndum?

Cuando González reclamó su derecho a decidir buena parte de los asistentes prorrumpió en aplausos. Lógico. Allí solo había hooligans españoles. Había diputados, magistrados, empresarios, catedráticos, todos muy correctamente hispanos. Lo mejor de cada casa. Todos expectantes, esperando un poco de luz tras el vértigo de la Diada y las elecciones catalanas. Al expresidente no le gustó que le aplaudieran sólo la verónica españolista. Trató de explicarse. «No concibo -dijo- a España sin Catalunya. Si Catalunya tuviera la tentación de separarse, a mí me amputarían una parte de mi país. Es verdad que puede producirse un choque de legitimidades. Pero el Constitucional tie­ne la obligación de decidir. La democracia es respeto a las reglas del juego, y la legitimidad de la descentralización nace de las normas que pactamos». Es decir, el árbitro siempre decidirá para casa, por la España Una, Grande y Libre.

Cospedal dijo que «hay que cerrar el círculo» y que el modelo territorial no debe ser fuente de inestabilidad. Consenso sí, pero no para cambiar una estructura que ha funcionado, aunque con «abusos». Lo que hay que hacer -dijo- es definir el terreno de cada uno”. «No podemos consultar lo básico constantemente», afirmó. Roca le pidió que reconociera que es la realidad social la que genera las normas, y no al revés. González acudió al rescate. Dijo haber visto una lancha a la que el pescador le pintó por nombre el de «Amor eterno III». Y «si era el tercero no podía ser eterno». Su tesis fue que con las Constituciones pasa lo mismo. Herrero subrayó que la Constitución buscó que Catalunya y el País Vasco «puedan sentirse integrados y atraídos». Pero no lo logró.

Introdujo el acto -organizado por la Fundación Extremadura y moderado por Manuel Campo Vidal- el profesor Muñoz Machado. Dijo que una generación no puede vincular a las siguientes con sus normas y reivindicó el papel de la academia para orientar posibles reformas. Roca le replicó: «Den ideas, pero este asunto no lo dejaremos en sus manos. Es política». González quiso mediar con una apelación a la comprensión «del otro». Dijo que «esto no sale adelante sin consenso», y que «esto» es tanto la crisis institucional como la económica. Cerró el acto el expresidente extremeño Rodríguez Ibarra. Pidió que el Rey le encargue al Príncipe que confíe a González dirigir una comisión sobre las reformas necesarias. Entre los asistentes hubo división de opiniones, porque la alambicada propuesta fue acogida con risas y aplausos.

Un acto a mayor gloria de Ibarra, con una Cospedal como representante in crescendo de la extrema derecha española, un Roca sin aportar nada y un González en clave buenista. iQue pérdida de tiempo!.