Bien por Ecuador,el recuerdo de Marylinn y Elvis, Llorente y La Gomera

Jueves 16 de agosto de 2012

 —-No me gusta el presidente de Ecuador Rafael Correa, pero si lo que ha hecho con Julian Asange, es decir concederle en  su embajada de Londres, asilo político. Y no me gusta el tono chulesco del ministro británico de Exteriores. Un impresentable total. un facha, como sinónimo de mamarracho. Seguramente Asange no es un angelito pero descubrió la miseria de la diplomacia internacional, y su doble juego. Si le extraditan a Suecia, los norteamericanos no pararán hasta llevarlo a los Estados Unidos para que se ensañen con él y le condenen a todo lo condenable, incluso a muerte. Tengo para no olvidar el doble juego del eurodiputado López Aguilar cuando era ministro de Justicia del gobierno Zapatero. Nos decía a todos que no dejaría impune el crimen del cámara de Tele 5, José Couso, mientras en los papeles de wikeleeks aparecía asegurando al embajador USA que haría todo lo que estuviera en su mano para obstruir a la justicia. Este sinvergüenza sigue ahí, impartiendo doctrina y sin que el PSOE hubiera actuado nunca contra él. Luego se queja el PSOE de la mínima credibilidad que tiene. De ahí que el trabajo de Asange sea  tan perseguido. Descubrió la podredumbre  y la doble moral de  la diplomacia internacional y van por él. Y, en relación al ministro de exteriores inglés, ¡que tipo más desagradable y  que tipo más obsequioso al poder norteamericano!. ¡Que asco de tipo!. 

—-Resulta que se conmemora el 35 aniversario de la muerte de Elvis Presley. Hace poco el cincuenta de la muerte de Marylinn Monroe. Muy bien. Pero aquí nadie recuerda nada de lo que pasó hace setenta y cinco años en Euzkadi. Hechos silenciados durante cuarenta años. Viva la sociedad del espectáculo!! Y que viva la fiesta y la amnesia!!!.

 —-Vine el jueves al lado de Fernando Llorente en el avión. Un tipo muy correcto. Me saludó afectuosamente. El comandante le invitó a que  viera el aterrizaje desde la cabina. Mucho menos profesionales estuvieron las azafatas de Iberia empezando por la sobrecargo, pero bueno, es entendible. El chaval es un real mozo. Y le esperaban los periodistas en el aeropuerto y el entrenamiento en Lezama. Y allí se fue.

Me da pena lo que está ocurriendo. Pero tiene 28 años y ha de aprovechar este último tren y no se le puede exigir cosas que otros no harían. El futbol está enloquecido y como me dijo Ramón Mendoza, «Iñaki te equivocas, el futbol no es un deporte, es un espectáculo». Si, ya se que el Athletic es más que un club, pero  el hombre no tiene por que sentir lo mismo que siente uno de Gernika. Sin ir más lejos el propio Patxi López juega en la ejecutiva del PSOE en Ferraz. Y ahí está, diciendo en una entrevista que aquel impresentable de Mario Onaindia decía que ser vasco es muy «cansao». Si, para los que no se sienten vascos.

—-El Senado hizo un buen trabajo hace veinte años analizando los incendios forestales. Propusieron en el diagnóstico medidas que si se hubieran cumplido, el incendio deLa Gomerano se hubiera producido. Pero las metieron en un cajón. Y el ministro Arias Cañete, se fue con el rey a una corrida de toros. Máxima frivolidad, empezando por el rey que anda probando el Fortuna. Solo encenderlo cuesta veinte mil euros. Pero al tío eso no le importa nada. Y nadie dice ni mu. Seguramente nuestro senador Cazalis sacará aquellas conclusiones del cajón y les dirá a los amnésicos. «¿Para qué carajo se hizo este trabajo que ustedes han ignorado?».

 

Joseba Aguirre y Bidasoa

Miércoles 15 de agosto de 2012

El viernes 3 de agosto, pasando cerca de Cariñena, me llamó Joseba Zubia para comunicarme la mala noticia del fallecimiento de Joseba Aguirre Zabala, hijo del Lehendakari Aguirre. La noticia me entristeció y, dado que estaba fuera de Euzkadi, no pude acudir el sábado a su funeral en Algorta.

No sé cuando le conocí pero sí que era de esas relaciones “de toda la vida”. En Donibane, en decenas de actos, conferencias, manifas, presentaciones de libros, comunicándome por correo electrónico, en la calle. Mi aita era contemporáneo de su hermano Juan Mari, y el apellido Aguirre, además de por la política, siempre ha estado presente en casa, lo mismo que el de su muy querida esposa Mª Josepa Muñoa.

Por eso, en la hora de la despedida, permítanme un breve comentario no solo sobre su personalidad sino sobre un trabajo que llevaba haciendo los últimos cincuenta años, con gran eficacia.

Uno de los grandes déficits de la mal llamada “democrática transición” fue el no haber asumido ningún Gobierno Vasco y de manera seria la recopilación de la historia oral de aquellos años de plomo y hierro. Años de silencio, de persecución, de oprobio, de muerte, de tal manera que parecería que la historia de la guerra del 36 es la historia de pequeñas batallas y la historia del franquismo, algo menor. Triste balance para quienes deberían haber sido los promotores o los sostenedores de un trabajo singular emprendido en su día bajo Franco, por Luís Ruíz de Aguirre (Sancho de Beurko), Jose Mari Ganboa, Eugene Goyenetche, Jean Claude Larronde y Joseba Aguirre. En casa de Eugenio, en Ustaritz, recopilaban el material fotográfico y lo reproducían con los pobres medios de la época, archivaban documentación y hasta editaron un folleto de lo que querían hacer en aquel recién nacido Instituto de Investigación Bidasoa. Yo, de Venezuela, les traje varias entrevistas hechas a viejos gudaris y resistentes que ellos transcribían. Todo modesto y amateur.

Con el tiempo fueron editando pequeños folletos y libros de gestas de la guerra como la de la batalla Matxitxako. Asimismo encargaron a un pintor inglés experto en escenas bélicas la pintura de esta desigual batalla, así como la de las Intxortas,la Brigada Gernika, la biografía de Aguirre, la biografía de D. Manuel de Intxausti y algunas más. Libros de tapa roja con una fotografía en su mitad y escritos en euskera, castellano y hasta en francés.

La división del PNV, el fallecimiento de Ruiz de Aguirre y el paso del tiempo hizo que aquel esfuerzo se mermara por la escasa y esporádica ayuda del Gobierno Vasco y su falta de priorización y en un intento por tomar aquella quijotesca idea, cada cierto tiempo, en invierno nos llamaba Jose Mari Ganboa a Josu Jon Imaz, Josu Erkoreka y a mí para mantener una reunión en la que erala Casa Torrede su mujer en Laurgain, cerca de Zarautz. Allí, al calor de la hoguera, rodeados de cuadros y documentos, pisando una crujiente madera, como si estuviéramos en el Pentágono, Jose Mari Ganboa llevaba la reunión como si del general Patton se tratara. Había estado en el desembarco de Normandía como soldado y había sido herido allí. Cumplía el orden del día y realizaba el seguimiento de los acuerdos e invitaba a personalidades de acuerdo a la efemérides por caer. Recuerdo una con el secretario general de la presidencia de Ibarretxe, Chus Peña, tres con el Diputado General de Gipuzkoa, José Juan González de Txabarri de la que salió la edición de la obra de D. Jose Miguel de Barandiarán con las encuestas que hacía en Villa Endara a los que pasaban la muga en plena guerra y con Jose Mari Muñoa, alguna vez.

Jose Mari no quería que el recuerdo de la figura de los gudaris del 36 se mezclara con los miembros de ETA, a quienes Monzón llamaba “los Gudaris de Hoy”. Deseaba que en el monte sobre Gernika se inaugurara un monumento como Dios manda en el 75 aniversario del bombardeo. La idea era muy simbólica y plástica. Y siempre quiso que se erigiera, como hacen los países serios, un monumento al gudari como Dios manda y no quedaran como tales los dos actuales que no reflejan lo que fue aquella figura irrepetible.

Tras la reunión venía la comida en un comedor adornado con pinturas murales con una vista espectacular, el seguir con planes, y para terminar, pasábamos al cuarto de la chimenea donde dábamos cuenta del café con algo de malta como antiguos lanceros de Bengala. Lo bueno del caso es que de allí algo salía y algo se hacía. Un ejecutivo motivado hubiera hecho maravillas.

Todo eso acabó con el fallecimiento de Ganboa y ante el vacío en estos años han sido varias las veces que hemos hablado con Joseba para retomar aquella semilla, laminada por el tiempo. El cincuenta aniversario del fallecimiento de su aita y los actos a los que hubo que hacer frente, el inicio de su enfermedad y lo poco que interesan estos temas, fue logrando hacer languidecer el Instituto. Queda como último mohicano un ciudadano ejemplar como Jean Claude Larronde, pero es la última referencia. En eso estamos.

Haciendo gestiones, dentro de Bidasoa allí estaba Joseba animando el cotarro, llamando, yendo y viniendo, llevando a uno y otro, recordando algunas vivencias con su aita y siendo elemento dinamizador del proyecto. Ya fallecido su pérdida la echaremos en falta por esa doble dimensión. Su calidez humana, con sus bromas y apuntes y la histórica. Toda una pérdida. G.B. Joseba.

 

El libro de Xabier Irujo y el Museo de la Destrucción de la Villa

Sábado 11 de agosto de 2012

El viernes 10 de agosto nos había convocado  Xabier Irujo a la presentación de su libro “El Gernika de Richthofen” un buen  trabajo de investigación histórica que le ha llevado tres años hacerlo y en el que ha tocado todo lo ya tocado y lo tocable en relación a lo dicho y escrito sobre el bombardeo con una tesis de fondo: Los trescientos y pico muertos que dice el parte oficial en relación con las  víctimas  no se atiene a la verdad. Por lo  menos son cuatro veces más. Al franquismo no le interesó divulgar una cifra que respondiera a la realidad pues  nadie mejor  que ellos sabían lo que había debajo de una   Villa derruida tras el pase de cinco batidas de  aquellos Junkers con  bombas incendiarias y destructivas. Si solo en Durango hubo esa cantidad de víctimas, en Gernika, hubo el cuádruple.

Lo malo es que los franquistas entraron tres días después y si bien Gernikazarra, trabaja con datos constatados de los informes en hospitales, en el cementerio y personales la tesis de Xabier Irujo va más allá y saca sus propias conclusiones en este interesantísimo libro que recomiendo. Yo mismo aporté al archivo dela Fundaciónla carta de Leizaola con el número de muertos que hizo oficial el Gobierno Vasco. La traje de los archivos de París.

Lo malo del acto es que estaba organizado en  la antigua fábrica de pistolas Astra hoy convertida en espacio cultural pero como aún no está inaugurada, el   Gobierno Vasco y su departamento de Cultura prohibieron se hiciera, allí y la tal presentación se realizó a sala llena en el Museo dela Pazde Gernika. Con este trasiego llegué tarde y estuve, como están muchos en los funerales, fuera del pórtico de la iglesia. Y allí pude hablar con concejales del PNV de Gernika.

Les comenté mi parecer personal sobre el Museo. No soy partidario de Museos dela Paz. La  idea es loable, pero Gernika fue destruida porla Legión Cóndoral servicio de Franco y su sublevación. Y el Museo debería estar dedicado  a  este hecho singular e histórico. La gente quiere ver lo que ocurrió en copias de los  bombarderos, de  los pilotos alemanes, cómo era un día de Mercado  enla Villa Foral, qué pasó después y no frases de Gandhi que  lo ocupan todo, aunque hay un breve apartado dedicado al bombardeo que no está mal, pero  debería, estar mejor y sobre todo con más elementos. En su día hice una gestión con el Ministerio de Defensa para que un Junker, igual que los de la masacre, se exhibiera en Gernika. Había uno igual en “Cuatro Vientos”. Aquello se interrumpió y nada más se ha  hecho. Y lo dela Pazestá bien para las  esculturas al aire libre, para otro museo, porque sitios hay pero no para este Museo que debería estar dedicado ala Destrucciónde una Villa,  en día de mercado como banco de pruebas, y no para ese buenísimo, que nos invade y que edulcora la historia. ¿Por  qué los judíos en el Museo del Holocausto solo exhiben lo que fue  aquel horror?. Fundamentalmente para que no se olvide, y, sin embargo, nosotros nos pasamos en nuestro pacifismo simbólico.

Cuando Eduardo Vallejo fue alcalde de  Gernika le di la tabarra para que ocupara una pared con la  réplica del “Guernica” de Picasso. Me hizo caso. Hoy, me lo comentaron los concejales, esa cerámica es uno de los sitios más visitados y fotografiados. Pues claro. La gente no quiere que le adoctrinen. La gente quiere hechos, y la destrucción de Gernika fue un hito en la historia de la humanidad.

Pero, así son  las cosas. La  presentación de  este libro me permitió hablar con Arantza Amezaga de sus libros, con un hijo de Juanita Beistegui a quien hacía años no veía, con el historiador Agirreazkuenaga que trabaja en el segundo libro  de las cartas de amor de Sabino a su novia Nikolase, con el hijo de Javier Epalza, con Txomin Saratxaga que prepara la  reedición del libro de Ramón  Galarza «Diario de un gudari condenado a muerte», y con gentes varias del pueblo. Aunque no me enteré de nada de lo que dijo Xabier, sabía de qué iba pues he seguido su encomiable trabajo. Ojalá hubiera en Euzkadi más historiadores jóvenes como él.