Kili Kili y Leizaola

Aplika zaitez o el euskera para txikis tecnológicos. Es un aprendizaje que se reinventa para los más pequeños de la casa a través de los cacharros de última generación. De la mano de Monike, la protagonista del cuento Kili-kili, los niños podrán conocer los nombres de diferentes objetos en este idioma mientras recorren escenarios como una habitación, la cocina, el baño o la playa. Una experiencia interactiva, gracias a las actuales tabletas digitales, que permiten a los menores asimilar conceptos básicos como colores o animales, partes del cuerpo o los objetos cotidianos de la casa. Trece pantallas que constituyen una verdadera experiencia interactiva. «Al pulsarlas, sale un texto y una voz te dice el nombre de objetos básicos que comienzan a utilizar los niños cuando tienen dos o tres años», lo explicó su creador, el artista bilbaíno José María Martínez Burgos, Hafo.

Y es que Kili-kili es el primer cuento infantil interactivo para terminales móviles como iPad, iPhone y iPod Touch, que permite a los txikis comenzar a conocer las primeras palabras en euskera. Se trata de una aplicación para iPad, iPhone e iPod Touch que está disponible en las tiendas Apple de todo el mundo al precio de 2,99 euros.

Hasta aquí el último grito. Kili Kili cibernético. Pero volvamos al pasado. En diciembre de 1979, el Lehendakari D. Jesús María de Leizaola, volvió del exilio. Salió de París en un avión que fletamos y llegó al aeropuerto de Sondika, tras 42 años de exilio. Cuando salió por la portezuela con su sombrero de ala y su gabardina blanca, parecía la viva imagen de un espectro de otro tiempo.

De allí a San Mamés y, al día siguiente, a Gernika a entregarle las llaves de la delegación de París al entonces presidente del Consejo General Vasco, Carlos Garaikoetxea. Y, por esas cosas de la vida, a encabezar la lista del PNV en Bizkaia en marzo de 1980 y de ahí al Parlamento Vasco.

Fueron años duros, de puesta en marcha de instituciones, de cien muertos al año de ETA, de crisis económica, de secuestro del Parlamento por los trabajadores de Nervacero y allí estaba el viejo roble dando el callo, hasta que un día nos dijo que dimitía pues quería recorrer Euzkadi y dar paso a la juventud.

Como consecuencia de aquello, todos los grupos de la Cámara le organizamos una comida de despedida en el restaurant El Portalón de Vitoria-Gasteiz. A los postres le regalamos una bandeja de plata y cada uno de los presentes contó algo de, o, sobre Leizaola.

Y recuerdo vivamente la intervención de Mario Onaindia.

Éste contó que tras su salida de la cárcel, después del Juicio de Burgos, fueron «extrañados” a Francia y al final puestos en libertad. Y decidieron retomar la actividad política e ir visitando a los distintos protagonistas de partidos, organizaciones y entidades y como en París tenía su residencia el gobierno vasco en el exilio decidieron ir a visitarle al Lehendakari Leizaola.

Éste les recibió y sin apenas dejarles decir para que habían ido a visitarle empezó a hablar de la revista Kili Kili, una publicación para ir difundiendo el euskera y su aprendizaje para los niños en aquellos años de gran penuria editorial sobre estos temas. Y el hombre se alargó de tal manera que Mario Onaindia y otros dos antiguos miembros de ETA salieron de allí echando pestes. «Éste hombre está fuera de la realidad». «Vive en el siglo XIX». «Hablarnos a nosotros de Kili Kili una revista infantil para críos»,….y así todo.

Pasado el tiempo, Mario Onaindia en aquella despedida en El Portalón sacaba su conclusión. «Mire usted. Nosotros creíamos que usted estaba equivocado y fuera de la realidad, pero ha pasado el tiempo y tengo que decirle que quienes estábamos fuera de la realidad éramos nosotros que queríamos hablar de la revolución pendiente, de ETA, de la lucha en la calle, pero usted nos llevó al euskera, a los niños, a la escuela, al futuro. Se lo reconozco, Lehendakari».

Y todos aplaudimos aquella intervención de aquel barbudo inmenso en sus palabras dirigidas a aquel viejillo que parecía estar fuera de la realidad pero era de los pocos que pisaba tierra. No en vano había fundado la Universidad Vasca nada más llegar al gobierno en octubre de 1936 hace ahora 75 años.

Bueno pues esto es lo que me ha recordado la noticia sobre el Kili Kili cibernético, algo que no estaba ni en el pensamiento del viejo Lehendakari. ¿O sí?.

El bueno de Ramón

Martes 6 de marzo de 2012

Este lunes un escueto correo me informaba del fallecimiento de Ramón Agesta, el bueno de Ramón.

Tenía casi cien años y vivía con su querida esposa a la que conoció en el exilio inglés y con la que se casó formando una pareja entrañable.

Con su hermano Gabriel y como hijos de aduaneros de Irún formaron, a las órdenes de José María Lasarte, el embrión de lo que fue luego el Servicio de Información del Gobierno Vasco que, tras la caída de Bilbao, se residenció en Villa Endara donde desde allí y luego en París, trabajaron al servicio de la causa aliada y contra el franquismo.  El fue uno de los agentes más importantes ya que además le gustaba escribir y sus informes eran muy precisos.

Le conocí cuando trabajaba en el servicio de prensa de la embajada venezolana en París y daba asistencia  a la Delegación del Gobierno Vasco y a los Lehendakaris Aguirre y Leizaola.  Miembro de la Junta Extraterritorial del PNV en París, representó a ésta, con D. Manuel de Irujo, cuando el PNV salió de la clandestinidad en 1977.

Escribía para El Alderdi, Euzkadi, Deia, revistas europeas y unía a su condición de abertzale la de sindicalista de ELA-STV.  Y era tan buena persona que en sus años en París si veía la esquela de un vasco, allí se iba al funeral y daba el pésame a su familia.  Sus amigos de la Delegación le llamaban cariñosamente “el sepulturero”.

A mí me escribía continuamente dándome consejos y pidiéndome tuviera cuidado pues había mucha gente mala.  Y yo le contestaba que él había vivido en un mundo revuelto y ahí estaba vivito y coleando tras dos guerras y un exilio.

En quince días se nos ha ido Iñaki Durañona y ahora Ramón Agesta y bien que lo siento.  Eran rocas sobre las que se construye una sólida casa y eran además la conciencia de un nacionalismo ético, respetuoso, trabajador y apto para la convivencia.  Mucho cariño a su encantadora viuda y a la buena gente de Irún.

Un documental y un libro de la Asociación Sancho de Beurko

Lunes 5 de marzo de 2012

El jueves pasado asistí a un acto de los que me gustan. La Asociación Sancho de Beurko (Luís Ruiz de Aguirre) y Ediciones Beta organizaban en la gran sala de la Biblioteca de Bidebarrieta el libro «Los Soviéticos en el Gobierno Provisional de Euzkadi» y proyectaban la película, con estilo de noticiario, «Con el Cuerpo Disciplinario en Ubidea». En total estuvimos unas cincuenta personas, la mayoría gente joven.

Guillermo Tabernilla y Julen Lezamiz, con humor, entrega y datos junto al director del documental, Fran Logoria pusieron los parlamentos. Primero la película, sobre algo que desconocía y que fue ese cuerpo disciplinario montado por el Secretario de Defensa, Joseba Rezola, fundamentalmente dirigido por anarquistas que cuidaban a gentes no afectas al Gobierno Vasco y que formaban parte obligada en ese cuerpo disciplinario hasta la batalla del Sollube.

La idea de reproducir hoy, escenas de aquella guerra en blanco y negro y con el ambiente de la época, es muy pedagógico porque no hay como la imagen para dejar grabado un recuerdo y si a eso le añadimos el hecho del blanco y negro y la voz aflautada del locutor, el producto, que es corto, queda muy bien.

Del libro nos hablaron Tabernilla y Lezamiz, libro que compré a la entrada y que recomiendo. Es un buen trabajo el hecho por estos dos entusiastas miembros de la Asociación Sancho de Beurko. En él aparece Astigarrabia, consejero comunista depurado por el PC por su «compadrazgo con el gobierno Aguirre» y a quien conocí en Donosti y la figura del asesor Gorev, fusilado por Stalin cuando volvió a Moscú.

Para que se vea el interés del libro, aquí va su índice:

Exposición para establecer un «Soviet» en España

Los soviéticos en Euzkadi

Tumanov y un consulado que no era tal

Un traductor llamado Brusiloff

Una eficaz labor propagandística y política

La llegada de los militares soviéticos

El asesor Gorev

La visita de Koltsov

Negocios con el consulado

El Andréiev y la operación X

Los barcos con armamentos

El Comité de Ayuda a Bilbao

El Komintern intenta hacerse con el control de la República

El final del gobierno de Largo Caballero

La posición de los comunistas vascos

Las Milicias Vascas Antifascistas

El PNV aliado de conveniencia con el Frente Popular

La Iglesia redobla sus intentos de mediación

Una forma de hacer la guerra desconocida hasta la fecha

El PNV negocia con los italianos

La ayuda soviética que nunca llegó

Peña Lemona, cénit de la resistencia vasca y elogio comunista

La evacuación de niños a la URSS

Bilbao no será Madrid

La última reunión

Índice onomástico

Fuentes y bibliografía

Guillermo Tabernilla, leyó al final del acto la contraportada del libro que había sacado del ABC republicano. Dice así:

“Madrid, 1 de octubre de 1936. Rosemberg, embajador de la URSS, sigue con extraordinaria atención desde la tribuna diplomática del Congreso de los Diputados el desarrollo de la histórica sesión. Entre todos hay un discurso que se sale del molde.

“El nacionalista vasco Aguirre termina con la frase “Hasta vencer al fascismo, el patriotismo vasco, el nacionalismo vasco, seguirá firme en su puesto”.

El discurso de Aguirre es aplaudido con entusiasmo y frenéticamente, destacando en el aplauso al sector comunista. Es el premio que los comunistas conceden siempre al valor y a la sinceridad”.

Recomiendo el libro.