Dos Sorayas

Miércoles 8 de febrero de 2012

Soraya Rodríguez, diputada del PSOE por Valladolid, es la nueva portavoz del PSOE en el Congreso. Soraya Sáenz de Santamaría, es la Vicepresidenta del Gobierno español y diputada del PP por Valladolid. Dos Sorayas y un solo nombre verdadero. Nombre de princesa rechazada, nombre evocador de una historia de amor que no pudo ser. El Sha de Persia, Reza Pahlevi, después de una fastuosa boda con Soraya Sfandiari la rechazó porque no podía tener hijos y, madres españolas de la época pusieron el nombre de Soraya a sus hijas. Eso fue lo que me comentó la nueva portavoz del PSOE en el Congreso cuando era la portavoz de su partido en la Comisión Mixta para la Unión Europea y tenía una pelea diaria con la Presidenta de la Comisión, la exministra del PP, Ana de Palacio. El apellido Rodríguez, muy común, había que significarlo y si además se mostraba solidaridad por una princesa llorando en el exilio, pues quedaba todo bien.

Soraya Rodríguez es una mujer lista, aplicada, trabajadora y combativa. Lo hará bien. Ha sido Secretaria de Estado de Cooperación, tras la dimisión de Leire Pajín y comenzó su mandato con los presupuestos millonarios de la bonanza de un equipo Zapatero que les hacía a sus ministros y colaboradores reyes Midas en África, América y hasta en Asia. Vino después Paco con las rebajas y tuvo que someter su acción a la poca gasolina que le dejaron, pero a pesar de ello, hizo un buen trabajo.

Soraya Sáenz  de Santamaría nació de pie cuando Rajoy le echó el ojo y la nombró portavoz de su Grupo en la anterior legislatura. Hizo su trabajo aseadamente pero a mí siempre me pareció una niña resabiada y repipi. Hablé con ella una vez. No conocía físicamente el Senado y le llevamos a ver la Biblioteca. Y sin embargo, el martes, la primera pregunta que contestó en su vida política en el Senado fue sobre el Valle de los Caídos. Se había leído los papeles y aunque la respuesta no me gustó, demostró dominio sobre el tema. Posteriormente respondió a la primera interpelación que le hizo el PSOE sobre la reforma del Senado, y le ganó la batalla dialéctica al senador socialista. Demostró asimismo solvencia técnica y tablas parlamentarias. Gustó a los suyos y nos sorprendió a los contrarios.

Tenemos pues a dos Sorayas en el corral de pelea de las Cortes Generales. No deja de ser un dato curioso de cómo cambian los tiempos.

El primer pleno

Martes y miércoles hemos tenido el primer pleno de la décima legislatura. Los anteriores han sido de calentamiento de motores y designación de Mesas, comisiones y de momento con poco contenido. Entre que el Gobierno con su mayoría absoluta no desea control parlamentario alguno y entre que todavía no hay proyectos de ley, pero sí elecciones en Asturias y Andalucía, el caso es que la vida parlamentaria está todavía entumecida, y no sólo por el frío.

Zubía, como he dicho, preguntó sobre Franco y el Valle de los Caídos. Yo sobre el 75 aniversario del bombardeo de Gernika, en la primera pregunta que se le hacía al Ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert en el Senado. Por cierto, le recordé como nos habíamos conocido en 1986 en el Congreso y si había pasado del PDP, con lo difícil que es pasar de un partido a otro, que no me dijera que “El Gernika” no podía pasar de Madrid a Bilbao o a Gernika en ese 75 aniversario. Sonrió.

El senador de Amaiur, Unamunzaga preguntó muy cortésmente sobre el Puerto de Pasaia. Y Lore Leanizbarrutia en una moción habló en euskera por primera vez en esta legislatura. Los senadores del PP no tenían su pinganillo puesto. O todos saben euskera o siguen con el consabido desprecio hacia una iniciativa que dijeron iban a anular y sin embargo, la han ratificado. Me fui donde los de Amaiur y les dije: “Caramba, vosotros preguntando por Pasaia y nosotros por Franco y por Gernika. Nos dicen que los papeles están cambiados.” Y además en el Congreso, los diputados del PNV junto a diputados de la izquierda se salieron ante el homenaje que el PP y el PSOE y Rosa Díez le hicieron a Fraga. Bien hecho.

Y un apunte. Los nuevos ministros ocuparon el banco azul. Allí estaban Guindos y Montoro, pero no Elena Salgado y Pedro Solbes. Allí estaban Ana Pastor, pero no Pepe Blanco. Contestaba Ana Mato (menudo apellido para una Ministra de Sanidad), pero no Leire Pajín. Allí estaba Jorge Fernández, pero no Rubalcaba. Allí estaba Soraya Saenz de Santamaría, pero no María Teresa Fernández de la Vega. Me contestaba José Ignacio Wert, pero nadie se acordaba ni de Gabilondo, ni de Sinde. La perdedora Carmen Chacón lamía sus heridas en el Congreso, pero el Ministro de Defensa es Morenés. No acudió Margallo, pero nadie se acordaba de Trinidad Jiménez y menos de Moratinos. Valeriano Gómez, el Ministro del paro desaparecía con la que tenía que trabajar era Fátima Bañez. Ese día era noticia Ruiz Gallardón por su opinión como Ministro de Justicia del matrimonio gay, pero a Caamaño, el anterior, sólo le veían como un perdedor del Congreso de Sevilla y finalmente, nadie se acordaba de Sebastián, el Ministro de Industria, porque las preguntas las contestaba el nuevo Ministro del PP, Soria.

Y es que la política es una trituradora. Estás hoy, desaparecen mañana y nadie te pone una flor en tu tumba. Es lo que me decía un antiguo senador, muy movido en la anterior legislatura, en paro total, con cincuenta años, sin perspectiva de trabajo, enamorado de la política y sin horizonte fijo. Así es esta vida que, en principio, solo tiene cuatro años de duración. Y el martes empezó así.

Lo del café para todos no es de ahora

Martes 7 de febrero de 2012

Catalunya tiene un serio problema de financiación. No negociaron un Concierto Económico en 1979 y en la actualidad Artur Mas plantea un pulso con la Administración del Estado. O Pacto Fiscal, o ruptura. El ejemplo del Concierto Económico vasco y del Convenio de Navarra está ahí, de momento, como telón de fondo. Digo de momento, porque de ponerlo como ejemplo a hablar de él como privilegio y de ahí a pedir la uniformización de la Haciencia, solo va un paso.

De hecho Alfonso Alonso el ex alcalde vitoriano y hoy portavoz del PP en el Congreso se ha visto en una situación incómoda por tener que convencer a los suyos y a los demás de la necesidad del “impuestazo”, porque él no tendrá que asumirlo en su bolsillo. Alfonso Alonso es residente fiscal en Vitoria-Gasteiz.

Pero estas peleas con lo que ahora se llama agravio comparativo, una mistificación de la palabra envidia, no es de ahora. En el Senado en el siglo XIX, hay mil ejemplos de estos importantes hechos que me ha refrescado la lectura estos días de un trabajo del P.  Bernardino de Estella.

Tras la primera guerra carlista la administración central seguía filtrándose poco a poco en el paisaje vasco; las leyes se sucedían sin cesar. Los ex-territorios vascos de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, aunque perdida su foralidad, continuaban sin la obligación de pagar tributos y dar soldados al ejército. Esta situación era muy enojosa para la clase política española. El senador andaluz Manuel  Sánchez Silva  llevó la cuestión vasca al Senado en Junio de 1864. En las sesiones de los días 13, 14 y 15 pronunció un largo discurso, combatiendo rudamente los restos de la  foralidad. Sánchez Silva es quizá quien con más saña ha combatido el derecho de los vascos. Su ilustración histórica, su brillante imaginación y facilidad de palabra, le convirtieron en paladín contra la causa de la  foralidad vasca.

Su intención lo manifestó con claridad: “Mi objeto es que las provincias vascongadas den dinero para los gastos de la nación y den hombres para el ejército“. Todo lo demás eran accidentes de la cuestión, que sólo servían para probar la tesis general. Los Fueros que los vascos alegaban siempre, tenían su origen, según Sánchez Silva, “en la apatía de los gobiernos” que no se atrevían a extirparlos. Para Sánchez Silva, la independencia que en siglos anteriores habían gozado los vascos, sólo era un privilegio. Comparaba el derecho vasco con el privilegio que un rey antiguo de España concedió a su pueblo natal (Utrera, donde también nació Caparrós), según el cual Utrera “tenía el privilegio de no pagar nada por siempre jamás”. Y así como tal privilegio de Utrera “era una plaga” que había desaparecido, así los fueros vascos debían cesar. Acusaba a los vascos de que no defendían sus fueros, sino con el único fin de vivir, completamente desligados de todo poder del estado. Aludiendo a que los vascos no iban al ejército, pues sus fueros no les obligaba a ese deber, decía: “Más ¿por qué no han de dar los 1030 hombres que les corresponden?. Pues qué, aquellas madres ¿son más tiernas que las de Castilla, Andalucía o Aragón?. ¿Tienen quizá una fibra más sensible o un origen más alto, más noble, más excelso?. ¿No serán al menos todas iguales?. Yo no concibo, señores, que haya pueblos que digan: “Tengo fueros” para no compartir las cargas del Estado, y mucho menos puedo comprender en los pueblos hidalgos como el vascongado”. Al hablar del juramento en Gernika por sus Señores, se expresó así: «Don Carlos ¿por qué no juró?. Porque no quiso, porque no está en el derecho moderno de los pueblos que un monarca vaya a sentarse sobre un pedrote debajo de un árbol especial a jurar los fueros de un pueblo”. España tenía además, según Sánchez Silva, derecho perfecto sobre el País Vasco, pues al fin de la guerra contra la primera república francesa (1795) rescató para España el país vasco de  manos de los franceses, cediendo la isla de Santo Domingo.

La Paz de Basilea “es un hecho en virtud del cual las provincias vascongadas han perdido todo el derecho a esa autonomía, un hecho en virtud del cual hemos adquirido esas provincias a título oneroso”.

Sánchez Silva protestaba de que los gobiernos extranjeros distinguieran a los vascos de los españoles. “Aquí voy a decir una cosa por mi cuenta. Tienen los vascongados a mucha gala el llamarse vascongados, y éste nombre se va haciendo tan propio que ya nadie les llama españoles: hasta el presidente de la república del Perú, no creo que con intención, sino por dulcificar la responsabilidad de los acontecimientos, los considera como extranjeros, dice: “Una colonia de vascongados”. . . ¿Y saben los señores senadores de qué procede eso?. Pues de ese capricho injustificado y de ese espíritu de orgullo que no tiene fundamento”.

Los discursos de Sánchez Silva apasionaron a la opinión. El senador español dijo públicamente lo que todos los días se repetía por Madrid al tratar de la situación de las llamadas Vascongadas.

Y es que el Concierto y el Convenio son derechos históricos preconstitucionales y haría mal hoy el PP en hacer alguna finta con ellos. No lo creo, a pesar de su voto negativo al llamado blindaje en la anterior legislatura.

Sin embargo ante la magnitud de la crisis económica y ante la brutalidad de los ajustes que hay que hacer algunos Sánchez Silva de los muchos que pululan por la Villa y Corte han vuelto a sacar a pasear la palabra «privilegio» para algo que es un derecho y un residuo foral que, eliminado por Franco para Gipuzkoa y Bizkaia, logramos recuperarlo en 1980 tras durísimas negociaciones.

Por eso es bueno de vez en cuando mirar hacia atrás pero solo para coger impulso y lograr que de los Sánchez Silva hoy nadie se acuerde porque afortunadamente fracasaron.

Un Lehendakari con dos sombreros

Lunes 6 de febrero de 2012

Alfredo Pérez Rubalcaba terminó el discurso de presentación de su candidatura en Sevilla diciendo que quería cambiar el PSOE para que siguiera siendo el PSOE. Previamente había dicho que no renunciaba a ninguna de sus letras. P de Partido. S de Socialista. O de Obrero y E de español. Un partido que en Euzkadi tiene un apéndice que es el PSE.

En la nueva ejecutiva estarán Patxi López y Eduardo Madina del PSE. Legítimo y comprensible. Lo deja Rodolfo Ares y extrañamente no está Txiki Benegas que ha sido el representante de la candidatura de Rubalcaba.

Pienso que el análisis que han hecho tanto López como Rubalcaba es que López no ganará las siguientes elecciones autonómicas vascas y su entrega y el marchamo de lo vasco merecían una presencia en la ejecutiva del lehendakari y, en el fondo, darle una salida personal para cuando el año que viene pierda las elecciones y tenga todavía un espacio para la actuación política. Lo que se llama el trampolín madrileño. Pero también hay que decir que en la cultura política de un país como el nuestro, no se entiende bien que un Lehendakari esté en la ejecutiva y en el máximo nivel de un partido que se presenta como vertebrador de España. En un conflicto de intereses parecería que López, aun siendo Lehendakari, velaría por los intereses generales de lo español, algo que colisiona con lo vasco. Pero vuelvo a repetir, es legítimo hacerlo.

En el caso de Eduardo Madina, la cosa no deja de sorprenderme sobre todo por lo airado que estuvo una tarde en el avión que nos llevaba a Madrid diciendo que él vivía en Euzkadi y su vida política estaba dedicada a Euzkadi. Le dije que no lo veía así, aunque él podía hacer lo que consideraba pertinente como yo opinar sobre lo mismo.

Ha sido elegido miembro de la ejecutiva de Pérez Rubalcaba, cuestión ésta que le amarra aún más a sus obligaciones madrileñas y estatales. Y si además vive en Madrid con su familia, tenemos a un líder político español a tiempo completo y que tiene lo vasco como apelativo, pero sus esfuerzos están en otra parte. Simple constatación.

En tiempos de la República el PNV pactó con la minoría tradicionalista y carlista navarra bajo la premisa de neutralizar los ataques al catolicismo de aquellas izquierdas y para lograr involucrar a las mencionadas fuerzas navarras en la defensa de un estatuto de autonomía que incluyera a Navarra en aquel Estatuto de Estella que incluía la posibilidad, como tenía Baviera, de pactar directamente con el Vaticano. De ahí surgió la descripción del líder socialista Indalecio Prieto de que el PNV quería hacer de Euzkadi un Gibraltar Vaticanista.

Pues bien. Si eso les alarmó en su día a los socialistas, no pueden extrañarse que nosotros pensemos que la presencia de López en la ejecutiva del PSOE españoliza al PSE y por conclusión al absurdo digamos que desean reforzar un Gibraltar españolista en Euzkadi con un Iehendakari con dos sombreros. O con un sombrero y una txapela.

Todo pues, un poco raro.

Jaime o Jaume. Ignacio o Iñaki

José Castro Aragón, el magistrado que ha imputado al yerno del rey Iñaki Urdangarin por prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude a la Administración y falsedad documental, no habla el idioma farragoso de los jueces. Sus autos son sencillos e inteligibles; sus interrogatorios, feroces y directos. A veces, dicen sus críticos, demasiado pues a su verbo no le hace falta dictar sentencia para sentenciar.

Es 15 de abril de 2010. Juzgado de instrucción número 3 de Palma. El juez Castro es un trueno con toga y frente a él, el ex president del govern Balear Jaume Matas balbucea a duras penas sus argumentos e insiste en que durante el proceso se le llame Jaume, no Jaime, como el juez se le dirige.

-¿Usted me puede leer esos documentos?. Dígame qué nombre le ponen aquí (mostrándole un documento de la defensa de Matas).

El ex president, acusado de corrupción, tiembla privado de la coraza de impunidad con la que actuaba cuando se sentaba en su despacho:

-Jaime Matas Palou, Jaime Matas Palou, Jaime Matas Palou.

Pero Castro contesta:

-Yo no quisiera ser irrespetuoso hacia esas islas y bautizar a nadie con un nombre que no tiene. Soy muy respetuoso y quiero mucho a esta tierra. ¿Puede usted decirme qué nombre se pone usted?. ¿Se autolesiona usted cuándo se autotitula, cuando se pone Jaime?. Dígame ¿qué nombre se pone aquí?.

Es difícil precisar si el próximo 25 de febrero Castro interrogará a Urdangarin con ese estilo “tabernario” que caracteriza las instrucciones de sus casos. Sin embargo, es de prever que el juez imperturbable no se arredrará. Ni siquiera en la primera pregunta.

-¿Don Ignacio Urdangarin Liebaert?

-Perdone, es Iñaki.

Pregunto sobre Gernika

Mañana martes hay pleno en el Senado. Tenemos dos preguntas en el Pleno. Zubia inquiere sobre los restos de Franco en el Valle de los Caídos. Zapatero y Jauregui no se atrevieron a rematar la faena. Y yo preguntaré sobre lo que piensa el Gobierno hacer para recordar el 75 aniversario del bombardeo de Gernika. Seguramente nada, pero es que en otros países, estas cosas no se dejan pasar así como así.

Asamblea en Matiko

Estuve el jueves en la Asamblea ordinaria de mi organización municipal que es la de Matiko.

Se trataba de elegir una nueva Junta municipal y a los miembros del Tribunal. Miren  Sacristán Araneta hizo el descargo del último año y se votó. Fue elegida como nueva presidenta Olatz Aretxabaleta. Había 85 personas presentes. La sala llena. Y se produjeron los distintos descargos del Consejo Escolar, del Funicular, de las empresas paramunicipales como Mercabilbao y varias más. Todo transcurrió en paz y armonía. La Junta Municipal saliente y Miren la presidenta han hecho un buen trabajo y yo aplaudo la entrega de gentes que sin ningún relumbrón ni compensación económica hacen una labor de hormiga absolutamente encomiable. Cuando el PNV gana las elecciones lo hace por muchas cosas, pero por sobre todo por este trabajo anónimo y eficaz.