Miércoles 11 de septiembre de 2013
En 2009, por segunda vez, Madrid perdía su posible sede olímpica. Entonces escribí esto:
“A pesar de los cohetes que oí tras la decisión del Comité Olímpico Internacional al elegir a Río de Janeiro como sede olímpica en el año 2016, mucha gente con la que hablé estaba de acuerdo con que Madrid tuviera su oportunidad ya que está al lado de casa. Otros criticaban la millonada que se ha gastado en la promoción de ésta ciudad, con semejante paro, y otros decían que Madrid no, que no podía tolerar que Barcelona hubiera sido sede olímpica y ellos no. Y luego hablan de que el nacionalismo español no existe. España es Madrid, por si alguien no se ha enterado.
No sé qué pintaba Samaranch y su hijo, ¿por qué su hijo?, defendiendo la candidatura madrileña. ¿Alguien se imagina a Leni Riefenstahl, la cineasta nazi que filmó los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, defendiendo en 2009 la candidatura del nuevo Berlín?. Pues no. ¿Y por que aquí un fiel servidor de una dictadura criminal como éste camisa azul de Samaranch, al que el rey hizo marqués, si?. Pues porque la transición política española y la falta de educación democrática permiten estas cosas.
Habrá que lamentar que los nietos del rey no puedan ejercer de voluntarios. Lo dijo en su discurso: “Algunos de mis nietos ya se han presentado voluntarios para Madrid 2016”. Seguramente para estar en el palco, y no en la puerta acompañando ancianitas. En fin.
El viernes, previendo lo que iba a pasar, en ”Público”, Isaac Rosa escribió este sabroso artículo. He de aclarar que no es un nacionalista vasco. Decía así:
Los que más van a llorar si no hay juegos
Por: Isaac Rosa
“A los miembros del COI voy a venderles la luz y el espíritu deportivo de Madrid para convencerlos”
Esperanza Aguirre (Presidenta de la CAM)
Si como anuncian los pronósticos Madrid se queda sin Olimpiada para 2016, habrá muchos ciudadanos desilusionados, qué duda cabe. Pero su decepción no será nada comparada con la de quienes más ilusiones se habían hecho con el proyecto: aquellos a quienes, al oír hablar de olimpiadas, se les dibuja en las pupilas el símbolo del dólar, como en los dibujos animados.
Constructores, promotores inmobiliarios, concesionarios de servicios públicos, fabricantes de mobiliario urbano, empresas de parquímetros, especuladores del suelo, contratistas y comisionistas de toda condición… Todos aquellos que ya están acostumbrados a hacer buenos negocios en la capital. Y a la cabeza los bancos, a los que el Ayuntamiento, sin Juegos, ya paga casi 900.000 euros diarios (han leído bien, diarios) sólo en intereses, por la enorme deuda acumulada (que supera los 7.000 millones).
Todos ellos comparten el sueño olímpico, y tienen la botella de cava en la nevera por si hay suerte. Si se lo lleva otra ciudad su desconsuelo será, nunca mejor dicho, olímpico. Animo, campeones, que no pasa nada. Ya se nos ocurrirá otra cosa: un mundial de fútbol, una Expo, una capitalidad cultural, un centenario sonado, lo que sea con tal de seguir dando pedales, que si la máquina se para, se cae con todo el equipo.
La pena es que se haya reventado lo de la Gürtel, porque si no, imagínense lo que podrían hacer Correa y el Bigotes con unos Juegos. A espíritu olímpico no les ganaría nadie, y encima con subsede en Valencia (para la vela, claro). Bueno, si al final consiguiéramos celebrar los Juegos, no descarten que en 2016 estén ya en la calle nuestros héroes y puedan ponerse al frente del asunto.