Jueves 22 de mayo de 2014
Me gustan los premios Príncipe de Asturias como a Mafalda la sopa. Es decir, nada. Son una peana, pagada por todos, para preparar la llegada al trono de Felipe de Borbón. Sin embargo, de vez en cuando, aciertan, como con este premio a Quino. Lo merecía. «En este mundo hay más gentes que personas». «Paren el mundo que me quiero bajar» y cosas así dice una Mafalda que son verdades como puños. Y no creo que sea monárquico Quino, pero vendrá a recoger su merecido premio. Como le tocó al Lehendakari recibir el lunes al rey.
A pesar de que Mafalda está jubilada a sus cincuenta años, algo hubiera dicho de la melcochería de cierta prensa ante el décimo aniversario de aquella fastuosa boda en Madrid, entre Felipe y Letizia, con asistencia de la realeza de medio mundo y los secretarios generales de UGT y CC.OO. que todavía no sabemos lo que costó. Los ditirambos ante este décimo aniversario son de traca. Como lo fueron en su día con Juan Carlos y Sofía y ahí están, que solo se les ve juntos en actos oficiales. No es bueno para la diabetes leer estas cosas y menos en el ABC y La Razón.
También ha sido noticia la visita del rey a Barcelona y el tratamiento que le ha dado la prensa a cuenta de que Artur Mas ha estado cortés con él. ¿Qué querían?. ¿Que le pegara?. Los nacionalistas discrepamos, pero somos gente educada, porque aguantar un discurso del rey diciendo a los nuevos jueces catalanes que hay que respetar la Constitución, no me digan que no es de escribirlo en letras de oro. Se le olvidó decir aquello de «la justicia es igual para todos». ¿Por qué será?. Seguramente sabría que ese mismo día la Agencia Tributaria acusaría a su yerno querido Urdangarin diciendo que era un chorizo porque con su mujer Cristina, había ideado todo un montaje para defraudar a Hacienda. Lo curioso del caso es el empecinamiento en decir que la Sra. Borbón quedaba exculpada cuando compartía con su marido la empresa Aizoon y era cooperadora necesaria en todos sus chanchullos. Sigue el pacto de encubrimiento de sus delitos y de encubrir a una delincuente.
En ese clima, y por eso hay que seguir insistiendo en acusar a esta familia de corruptos, el equipo de la Casa Real ha decidido acceder a twitter con una cuenta. Fue gracioso que un twitero escribiera. «La Casa Real abre una nueva cuenta. Esta vez no es en Suiza sino en twitter». La transparencia real lo censuró, pero tuvo su gracia describiendo lo que sabemos.
Y también en este cima con tanto rey y tantos príncipes en campaña, nos sale Sortu diciendo que ·»es una vergüenza que el Lehendakari vaya de la mano de los Borbones » y le llama «sumiso» a cuenta de que fue un respetuoso anfitrión en el acto del lunes en Gasteiz en la fábrica Mercedes. ¿Qué querían que hiciera?. Pues hizo lo de Artur Mas y Errekondo e Idígoras cuando fueron a la Zarzuela. Ser cortés y sensato. Ser un educado anfitrión con el jefe del estado de España, porque igual estos de Sortu no se han enterado de que todavía no somos independientes.
Urkullu ha dicho siendo lehendakari que él es republicano, pero de los republicanos de República vasca y siempre ha actuado en consecuencia. Pero es como Garitano que pone la bandera española por imperativo legal. Pues sí.
Quizás Sortu quería desviar la atención del magnífico discurso del Lehendakari cuando alabó el modelo de concertación social en Mercedes. Si hubiera sido por Sortu o por Ela hoy Mercedes estaría en Polonia y la fabrica no daría trabajo a tres mil vascos haciendo furgonetas con contrataos para diez años.
¿Monárquico Urkullu?. Si. Como yo.