Un Jelkide en Nueva York

Martes 10 de junio de 2014

584.14 comprimidoLa segunda legislatura (2000-2004) de José María Aznar fue un horror. Con su mayoría absoluta y la Brunete Mediática a su servicio quisounir nacionalismo vasco con violencia y terror. Con el PSOE aprobó la ley de partidos y con Astarloa cambió el código penal para encarcelar al lehendakari Ibarretxe por si a éste se le ocurriese convocar una consulta. Este clima se reflejaba sobre todo en los medios de comunicación y en las librerías. La larga mano de Mayor Oreja propiciaba ediciones sobre el “peligro” nacionalista y los Juaristi, Fernández Savater, Azua, Onaindia, San Sebastián, Amando de Miguel, Isabel Durán… y un muy largo etcétera decían, urbi et orbe, lo terribleque había sido Sabino Arana, las mentiras que repetíamos, lo peligrosos que éramos para la Unidad de España. Desgraciadamente ante semejante artillería nuestra respuesta editorial fue débil.

Un día, en el avión que nos llevaba a Madrid, con Josu Erkoreka que había hecho un informe sobre lo que estaba pasando, decidimos iniciar una réplica organizada que llevaría el título genérico de «La fascinación del Pesebre» ya que la mayoría de los artilleros eran vascos trasladados a Madrid que para hacer méritos nos zumbaban a base de bien. Y de ahí salió el primer libro dedicado a Areilza y a Manuel Aznar, que tuvo cuatro ediciones, otro de entrevistas “Somos Vascos” y en el tintero se nos quedó un atractivo estudio dedicado al “carguista” Lequerica y al trabajo de Irujo en las Cortes Republicanas. El día a día, nos comió el tiempo para haber seguido disparando desde nuestro pequeño tirachinas.

Estando en ello, encontramos un informe singular. Se trataba del descargo que un joven alavés llamado José Luis de la Lombana había hecho tras su viaje a Nueva York en 1938 enviado por el EBB del PNV a un Congreso de la Paz en plena guerra civil. El informe nos pareció muy sugestivo, lo contextualizamos y nos salió un librito interesante que no encontró editor hasta que el historiador Xabier Irujo que da clases y estudia en la Universidad de Reno en Nevada, lo tradujo al inglés quedando nuestro título original de “Un Jelkide en Nueva York” en “A Basque Patriot in New York”.

Este libro lo presentaremos en los salones de la Fundación Sabino Arana, el próximo once de junio, miércoles, a las siete siendo Juan Mari Atutxa nuestro anfitrión y Xabier Irujo, nuestro editor. Erkoreka y yo contaremoslas peripecias de éste original jelkide que contrató los servicios de un intérprete y visitó varias universidades explicando las razones de la lucha de un pueblo vasco sin armas ante aquella brutal ofensiva.

Le comenté a Xabier Aguirre la posibilidad de dar a conocer en Gasteiz la vida de este vitoriano valiente y abertzale, toda una personalidad, fallecido y enterrado en su exilio de Bogotá donde trabajó mano a mano con el Delegado del Gobierno Vasco en el exilio Patxi Abrisketa. Landaburu, Galíndez, Álava, Ramírez Olano, los Aguirre, Unzueta, Urrestarazu, Eleizalde, son parte de ese nacionalismo reflexivo del que hablaba Landaburu al que incorporamos a Lombana por derecho propio.

Como valor histórico éste trabajo tiene, a nuestro juicio, los siguientes aportes:

-Añadir al conocimiento de lo ocurrido aquellos años lo que se hizo en los Estados Unidos en relación con el catolicismo y la guerra civil española.

-Dar a conocer las relaciones existentes en Nueva York en 1938 entre los republicanos y los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos.

-Ofrecer información sobre las difíciles relaciones entre aquellos que han de recaudar fondos para causas «perdidas».

-Exponer las relaciones entre el catolicismo francés, y los católicos vascos y la estrategia del PNV para asentar una presencia en Estados Unidos sustentada en este sector de la sociedad norteamericana.

-Sacar a la luz el viaje de un joven intrépido como Lombana que sin saber una palabra de inglés tuvo la osadía de viajar a Nueva York en plena guerra y con un discurso muy nacionalista trabajar con los republicanos españoles así como el complicado viaje que hizo por distintas universidades y centros de estudio de aquel inmenso país cargado de ilusión, certezas y una buena dosis de ingenuidad. Y todo ello en el año 1938.

En resumen. Nuestro trabajo quiere ser una aportación a la hora de describir un contexto histórico sobre lo que ocurría en los Estados Unidos, en Europa y en la España republicana en guerra. Dar a conocer quien fue José Luis de la Lombana. Estudiar la política de no intervención del gobierno Roosevelt. Analizar el clima de confusión en el que vivía el catolicismo norteamericano. Describir los primeros pasos de la Delegación del Gobierno Vasco en Nueva York, tres años antes de la llegada del Lehendakari Aguirre escapando de la guerra mundial. Enumerar las instancias republicanas y vascas que funcionaban en aquellos años, para terminar con el Informe Lombana que habla por sí mismo y al que hemos, simplemente, dotado de un índice así como ordenado sus cuentas.

El trabajo pues aporta como novedad el estudio de una época absolutamente desconocida de la que empezó a hablarse gracias a la edición por parte del Gobierno Vasco del libro «The Basques Archives». (Vascos en Estados Unidos 1938-1943), pero de forma muy episódica.

Hemos de agradecer a la hija de José Luis de la Lombana, Miren, que vive en Bogotá, las referencias que nos ha suministrado de su aita para confeccionar su biografía así como los documentos de los archivos del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Reno, y otros con aportes inéditos, hoy desconocidos, del trabajo de Lombana en Barcelona y del informe Barandiarán tras la caída de Gasteiz en 1936.

Los familiares de D. Manuel de la Sota nos han suministrado invalorable correspondencia sobre este período donde deseamos destacar la carta escrita por el Lehendakari Aguirre al embajador republicano Fernando de los Ríos así como todo un cierre de esta historia, cuando publicamos la carta que el Delegado, Antón Irala le escribe al Secretario, Pedro de Basaldua sobre el informe Lombana y la necesidad de que lo conozca el Lehendakari. Posiblemente lo conoció pues el que obra en nuestro poder llevaba una carta dirigida al Lehendakari Aguirre, cuyo texto reproducimos. En definitiva y gracias a Xabier Irujo que nos ha abierto este surco, deseamos se conozca como en 1938 un joven nacionalista vasco pidió en Nueva York que todas las libertades fueran solidarias y que la paz debía asentarse en la vieja Europa.

 

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