Domingo 27 de julio de 2014
Bueno, ya están todos en casa de vuelta del Congreso del PSOE que ha elegido un nuevo secretario general, tras las primarias, y una nueva ejecutiva donde destacan dos cosas.
La primera es que Eduardo Madina y Pérez Tapias no están conformes con la presencia proporcional que tienen en esa nueva ejecutiva. Como se ve, una cosa es criticar y otra dar trigo. Palabras de campaña que tienen fecha de caducidad y quien pierde es la política por la falta de seriedad.
Lo segundo es que Pedro Sánchez dijo lo que iba a derogar: la nueva ley del aborto, que todavía no está aprobada y la reforma laboral. Muy bien. Pero ¿qué propone usted de nuevo?. Nada con sifón. Bellas palabras de unidad, de realismo, de «somos el partido de siempre pero renovado», pero nada más. Todo lo que de mejor le ha pasado a este país ha sido gracias al partido socialista. ¿Y el Gal, monarquismo, rescate bancario, corrupción…?
Y con un curioso slogan de Congreso. «Cambiando el PSOE. Cambiando España». ¿No es un poco pretencioso y totalitario dicho lema?.
Y de presidenta a Micaela Navarro, andaluza. Suresnes consagró el pacto andaluz-catalán. Pero los vascos pintan ahora muy poco. Patxi Lopez, está como loco por irse a Madrid pero no mejora en nada su situación anterior. Pierde peso el socialismo vasco. Y aunque Patxi diga que su trabajo será transversal, tiene pinta que será tan transversal que no va a pesar nada. El navarro Enrique Jiménez, perdedor en las últimas elecciones en toda regla y desautorizado ante Barcina, entra en la ejecutiva. Y repite Pedro Zerolo. Nació en Caracas. Tuve una dura discusión con él a cuenta del chavismo. Era más chavista que Pablo Iglesias. Igual ha cambiado, pero lo era.
Y Griñan a casa. Lo mismo que Rubalcaba. Y Micaela de presidenta. Es como Madina. Persona antipática. De las que te cruzas en un pasillo y no te saluda. Pero es afín a la tribu. Y ahí está.
En resumen. Me recuerda el Congreso en el que ganó Rodríguez Zapatero. Buenas y bonitas palabras, pero muy poco contenido.