Al Ruiz de Olabuenaga que conocí

Martes 16 de diciembre de 2014

OlabuenagaNo voy a repetir el curriculum de José Ignacio Ruiz Olabuenaga sobre su vertiente profesional  y académica como sociólogo, ni sus premios, que fueron muchos. Me voy a centrar en otra parte de su desconocida personalidad.

Las elecciones para el primer Parlamento Vasco se convocaron para marzo de 1980.El estatuto de Autonomía de Gernika se había aprobado por referéndum el 25 de octubre de 1979.El Lehendakari Leizaola había vuelto del exilio en diciembre de ese año.

Teníamos como candidato a Carlos Garaikoetxea. Bueno, era quien encabezaba la lista de Araba, pero no había experiencia de que una campaña debía pivotar sobre solo una persona. Y me tocaba dirigir aquella campaña. Lo primero que hice fue pedir permiso al EBB para centrar la campaña en Garaikoetxea. Me lo dieron. La agencia Danis así lo solicitaba. Garaikoetxea reunía todas las condiciones  para ser un buen candidato. Navarro, joven, euskaldunberri, promotor de ikastolas, buena presencia y sobre todo el bagaje de su paso por el Consejo General Vasco y la negociación estatutaria, de tú a tú, con Adolfo Suarez. Y era muy conocido.

Al lehendakari Leizaola lo incluimos en la candidatura de Bizkaia, encabezándola. Era la legitimidad histórica. Y estaban también los Diputados Generales, que en esa época eran Makua, Gevara, y Xabier Aizarna. E hicimos buenas listas que Alberto Schomer fotografió en el Hotel Villa de Bilbao. Nuestro slogan fue una adaptación de una portada de la revista Euzkadi.»Todo un Gobierno para todo un Pueblo»

Pero teníamos muchos frentes. Uno de ellos era el que la españolidad militante  decía  y asustaba que si votaban al PNV, les íbamos a poner con sus maletas en Orduña. Y el tema no era menor. Era una constante. Y ahí entró Ruiz Olabuenaga con sus encuestas y su apuesta por desmontar esa falacia. El joven Koldo Mediavilla fue el encargado de hacer una revista visitando a las Casa Regionales y con entrevistas varias.

También nos dijo que teníamos que hacer una campaña alegre, combativa y dirigida a las madres y a los niños. Y de ahí nació un tobogán ballena que iba de pueblo en pueblo repartiendo caramelos, globos y piruletas y que con su música y megafonía alegraba por la mañana, por la tarde y por la noche a todos los pueblos mientras organizábamos mini mítines. Y muchas más cosas que el plasmó en un libro que no se editó.

Ahí conocí a Olabuenaga. Imaginativo, ocurrente, ruidoso, rompedor y simpático. Un buen tipo que nos acaba  de dejar.

Escribió mucho en Deia, y analizó muchas situaciones. Estuvo en el primer plan de expertos sobre la violencia con el Lehendakari Ardanza y ejerció autoridad en las ciencias sociales.

 

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