Viernes 26 de diciembre de 2014
O no están pegados a la calle, o ignoran lo que pasa, o el vivir en Madrid les hace creer que viven en el ombligo del mundo, o son malos profesionales, o no quieren que cambie nada, o la casa se está quemando y ellos se preocupan por las cortinas, o quieren hundir al PSOE, o tienen su disco duro tan endurecido que no les cabe en su cabeza nada más que la España centralista de siempre o algo les pasa.
Me refiero a los directores de tres periódicos quintaesencia de la españolidad como El País, El Mundo, El ABC.
El País titulaba así el discurso del rey: «Los partidos mayoritarios aplauden el debut de Felipe VI».
Es decir. Todo se ve desde Madrid. La llamada «periferia» por ellos no existe. Lo importante es lo que pasa en Madrid aunque el problema para el rey sea Catalunya. Y pronto nuevamente Euzkadi. Y le mete al PSOE junto al PP, en ese bipartidismo monárquico que ha hundido al PSOE y no le hace alternativa de nada.
Y, eso si. Ni una crítica a la falta de alusión del rey a su hermana, ni a la opacidad del padre.
Que un periódico que se tilda como progresista lo haga, es de juzgado de guardia. Por eso está este medio como está. Igual que el PSOE.
El ABC es el periódico monárquico por excelencia, con permiso de El País. Y titulaba así: «PP y PSOE aplauden el compromiso del rey contra la corrupción». Este medio le hacía la misma faena al PSOE que el País. Los mostraba unidos aplaudiendo palabras vacías del rey contra una corrupción donde no estaba la hermana del monarca. Si yo fuera del PSOE, me iba a la India.
Y, finalmente, El Mundo que titulaba de la misma manera: «PP y PSOE suman sus voces para elogiar el mensaje de Felipe VI». Parece que se han puesto de acuerdo para hundir al viejo partido de Pablo Iglesias, el original. ¿Qué es eso de suman sus voces?.
Pero es lo que han destacado. Y los de Podemos aplaudiendo con las orejas y nosotros señalando que esta monarquía no sirve para resolver nada.
Que el PP y el PSOE salgan de la mano aplaudiendo a un señor no elegido que nos dice lo que tenemos que hacer y omite lo que le pasa a él en casa, no deja de tener su nostalgia de una transición mal hecha y casi carbonizada.
Pues es lo que hay en esta regenerada monarquía.
Y luego se preguntan que es lo que les pasa.

