Miércoles 18 de febrero de 2015
Con mucho protocolo y hasta un punto de misterio nos visitó este lunes Federica Mogherini Alta Representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores y la Política de Seguridad. Es además, vicepresidenta de la Comisión y la mujer que ha sustituido a la desastrosa Catherine Ashton, la Comisaria de la legislatura de Barroso y una señora que pasó por ahi y no dejó recuerdo de haber hecho casi nada. Doña Federica ha sido eurodiputada y ministra de Asuntos Exteriores de Italia. Parece frágil pero debe tener personalidad.
Tenía un programa apretado. Visitar al ministro de defensa, al de exteriores, a Rajoy, al rey (visita prescindible), al parlamento, y a la casa de América Todo eso en diez horas.
Al Parlamento dedicó una hora. Nos reunimos con ella las Mesas y Portavoces de las comisiones de exteriores, la mixta, la de cooperación. Expuso como ve su cargo y lo que está haciendo. Ucrania, Libia, Siria, Lampedusa, norte de África, medios, reuniones, resistencias, trabajo, vida en un aeropuerto.
Y un comentario. «Ante un conflicto. ¿Fuerza o firmeza?». «Tenemos que defender los valores que han caracterizado a Europa y la legalidad internacional».
Y preguntas. Cinco minutos para cada Grupo.
Aitor Esteban preguntó sobre los nacionalismos democráticos y sobre la diplomacia europea. Yo pregunté por algo que asimismo le interesó. En 1996 se acordó una política común hacia Cuba de la Unión Europea. Había un enfoque europeo de relación, aunque proseguían las relaciones bilaterales y los acuerdos comerciales y el mes que viene, en la Habana, se van a analizar estas relaciones, que vislumbran un futuro mejor tras el acuerdo Castro-Obama.
Ante eso mi pregunta fue si lo mismo se puede hacer con Venezuela ante la caótica situación que se vive, la conculcación diaria de los derechos humanos, el encarcelamiento de la oposición, el desabastecimiento, la inflación, la absoluta inseguridad, la marcha de los jóvenes del país…
Me contestó que éste es uno de los asuntos más difíciles y conflictivos que tiene encima de la mesa pero que lo va a abordar pues coincidía en el análisis. «No renuncio a implicarme. Lo tengo muy presente».
Me pareció una persona que no se iba por las ramas. Y quizás será una buena ministra de Asuntos Exteriores de esta Europa en construcción y con necesidad de acuerdos y de una única política exterior.
¿Y que le respondió sobre los nacionalismos, senador? Tengo curiosidad por saberlo.
Si hubiera podido preguntarle yo, lo habría hecho sobre el modo más eficaz para neutralitzar, en la UE, la inestabilidad que inducen los nacionalismos en general y el nacionalismo vasco y el nacionalismo cuatribarrado en particular.