Lunes 23 de marzo de 2015
Es pronto para hacer valoraciones ante lo ocurrido en Andalucía, pero algo se puede decir.
La debacle del PP tiene nombre y apellido: Rajoy y Arenas. Rajoy por no haber sustituido a Javier Arenas hace cuatro años y mantenerlo ahí como gran fantasmón y él mismo por haber hecho en España una política de extrema derecha. Ha dejado el centro y ese lugar lo ha ocupado Ciudadanos. Que no se queje.
Si Rajoy hubiera planificado mejor esta contienda andaluza no hubiera tenido que ir seis veces en campaña a Andalucía y hubiera dejado a su candidato Moreno Bonilla, un tipo de extracción muy popular y de carácter afable (le conozco del Senado), haberse hecho un hueco. Si las cosas no se planifican bien, salen mal. Y les han salido muy mal.
La victoria de Susana Díaz es desconcertante pues representa a un partido que lleva gobernando Andalucía 37 años y la corrupción ha anidado en esta Comunidad como en ninguna. Es desconcertante que un sector de andaluces sigan votando a un PSA tan ajeno a la solución de los problemas de Andalucía y a corrupciones multimillonarias como la de los ERES.
Y me preocupa la desaparición del nacionalismo andaluz con el que hemos ido juntos en las elecciones europeas y hemos trabajado codo con codo en el Congreso y en el Senado.
Desconozco las razones, pero es que el nacionalismo andaluz de Rojas Marcos, de Pacheco, de Rejón, de Núñez, es insólito que desaparezca y no lleve bandera propia. No hay que olvidar que Alejandro Rojas Marcos fue alcalde de Sevilla y que durante décadas su voto fue determinante. ¿Qué ha pasado?. Me gustaría saberlo. Se me dirá que el nacionalismo andaluz está salpimentado en otros espacios. Puede ser. Pero que el nacionalismo andaluz hecho partido haya desaparecido, habla del manejo de los medios de comunicación que han silenciado a una opción con arraigo y han ido creando plataformas que recojan el descontento social y que no han sabido o podido recoger los del Partido Nacionalista Andaluz. El Partido Andalucista sacó 60.707 votos, el 1,55% y UPyD 76.653 el 1,95% de los votos.
Malos tiempos corren para los nacionalismos que en Madrid llaman periféricos. La máquina del estado es una trituradora de carne y una aplanadora que puede con todo.
Mala noche la del 22 de marzo para los nacionalistas.
No vivo en Madrid y además soy «catañol» o «espalan» como el difunto Lara decía de sí mismo para destacar su múltiple identidad de, por lo menos, catalán y español o español y catalán, que tanto monta. Y uso lo de «nacionalismos periféricos» también para referirme a esas concepciones políticas surgidas en el XIX en España con claros tintes xenófobos, edulcorados con el tiempo por la misma presión demográfica de la inmigración que necesitó para satisfacer las demandas de mano de obra que ne cesitaban en Cataluña y en el País Vasco, concepciones políticas fuertemente identitarias, cliente listas y que vienen colonizando el poder autonómico y buena parte del poder local en esas zonas de España, especialmente, durante las últimas décadas, impulsando concepciones ideológicas insolidaria desde un nacionalismo exacerbado, nocivo para la cooperación y la pacífica convivencia en España.
Que pierda fuerza el nacionalismo andaluz en Andaluci es alentador y mas alentador todavia que PNV, la «izquierda patriòtica» vasca, CiU, ERC y las CUP vena peligrR sus posiciones con la irrupción de otros actores políticos en el tablero de la representación política.
Las elecciones de mayo darán la medida de esos cambios en España que ya se insinuaron en las elecciones europeas y que han vuelto a anunciarse con fuerza en las elecciones autonómicas andaluzas.
La vigente ley electoral que tanto ha privilegiado, contra el interés general a los partidos nacionalistas en Cataluña y en el País vasco ya no basta, afortunadamente, para mantener ese tinglado.
Y los nacionalismos periféricos acusan las consecuencias de esa realidad, ¿no es cierto, Senador?
«La máquina del estado es una trituradora de carne y una aplanadora que puede con todo»
Todo eso y además, es la máquina gracias a la cual te has enriquecido como un campeón. Iñaki Iñaki, qué cosas tienes.
Lo que no existe, es difícil que pueda desaparecer. En 1977 hubo un brote de Regionalismo Nacionalista, para distinguirse y así tener autonomía propia en la constitución de 1978. Cataluña queria que tanto Baleares como Valencia formasen una solo comunidad, y Abril Martorell (UCD) se encabrito sacando pecho de que su Valencia era aparte. Madrid se salió de Castilla para así tener doble oferta laboral de funcionarios (estado y comunidad), y en Cantabria sus Regionalistas-Nacionalisto, siguen hurgando, buscando sus raíces, y alguien debería decirles que están en la «Sierra de Cantabria» en Araba y que Santander es frase mitad latín y euskera. Hay un mapa «Político» de 1852 con las colonias de Cuba y Filipinas por Francisco Jorge Torres Villegas, donde se refleja una realidad de las verdaderas naciones de la península.