Domingo 12 de abril de 2015
Dos reflexiones en relación con la tragedia ocurrida en Marruecos con tres espeleólogos, de los cuales dos han resultado muertos.
La primera es que no me creo la llamada del rey Felipe a su «primo» el rey Mohamed. Y si lo hizo se demuestra una vez más que este señor no pinta nada.
Si hizo la llamada ¿por qué no se dijo?. ¿No habíamos quedado que la transparencia iba a guiar la conducta de la Casa Real?.
Yo lo denuncié. Curiosamente tras la denuncia y de forma subrepticia se hizo pública la llamada. Una llamada, que de haberse hecho, no sirvió para nada. El rey de Marruecos confió más en su Gendarmería que en el Rey de España y si esto es así, ¿para qué nos meten tanto rollo sobre los inveterados lazos de amistad entre Marruecos y España. ¿Por qué la prensa española no denuncia tanta y tan continua farsa?.
Porque, en sus grande líneas, es una mala prensa. Una prensa que no toca periodísticamente tabús. Y que tiene alma cortesana.
Y la segunda cuestión es que los políticos y los medios españoles no comentan nada, como si fuera algo tóxico, es sobre ese país chapucero que es Marruecos, muy eficiente en represión, muy eficiente en el control del Sahara, muy eficiente en su servicio secreto, muy eficiente en su cerco intocable al rey Mohamed pero una auténtica calamidad, una auténtica porquería en sus servicios públicos, en su capacidad de hacer frente a una situación como la vivida por los tres espeleólogos españoles en el Atlas. Quieren estar en el siglo XXI con mentalidad y presupuestos del XVIII. Una monarquía feudal que solo gasta en dispendios del monarca.
Mucho dinero para la represión, nada para la sociedad más que chapuzas para los servicios de su sociedad.
¿Por qué no se denuncian aquí estas cosas?.