Miércoles 22 de abril de 2015
Le hicieron el domingo en El Mundo una entrevista a Andoni Ortuzar y le preguntaron lo siguiente:
«Escuchar decir a Mario Fernández que no «acostumbro a dejar heridos» ¿Qué le provocó?».
A.O.-No es mi estilo hablar en esas coordenadas. Supongo que estará sometido a tensión. No estuvo muy afortunado.
P-¿La perjudicada de este caso será más la entidad que los imputados?.
A.O.-Debiera ser la que no quedara perjudicada. A ninguna entidad bancaria le viene bien ésto».
Ortuzar estuvo prudente y acertado, cosa que no fue el caso de Mario Fernández. Decir lo que dijo es propio del lenguaje de la mafia, no de un banquero solvente. Demuestra además que Fernández tiene un ego inconmensurable. Algo así lo hubiera resuelto mucho mejor con paciencia, humor e ironía.
¿Por qué la gente no afea este tipo de conductas?. ¿Hay intocables en este país?.
¿Qué quiere decir con eso de que no va a dejar heridos?. ¿Que va a liquidar a Villalabeitia?. ¿Que se quiere cargar su Kutxabank para salvar su manchado honor?. ¿Que le importa un pito una Institución que él dice que es obra suya?.
Fue muy lamentable lo que vimos y oímos. Kutxabank es un Banco Vasco donde la mayoría tenemos nuestros ahorros y no queremos que nadie vaya a matar a nadie.
El tema no es cosa menor y de los que se pasa página en un pis pas, sobre todo cuando detrás de esa frase hay una persona rencorosa.
Puedo entender que esté cabreado, pero su respuesta no fue solo desmesurada, que si lo fue, sino también la de un personaje ensoberbecido y ofuscado. Su tono no era nada tranquilizador. Nada edificante. Ha sido Vicelehendakari y consejero de Trabajo. Un poco de por favor.
Confío rectifique, escriba sus memorias y se dedique a su vida privada y nos deje en paz y no desestabilice a un presidente y a una Caja Vasca.
Y que nuestra sociedad no permita lenguajes de este tipo. Son cosas propias de un poder personal y de personas sin empatía.
En momentos en los que un chaval de 13 años mata a su profesor, en momentos en los que vemos a un falso Shaolin actuar sin la menor sensibilidad y empatía, expresiones de este tipo, sobran. Sobran.
Y si se dicen, hay que criticarlas.
Y que si se repiten, haya un clamor rechazándolas.