Jueves 30 de julio de 2015
José Luis Rodríguez Zapatero siempre me ha parecido un hombre sin fundamento. Un improvisador picaflor que se la daba de hombre de izquierdas e hizo lo imposible para que Bush le recibiera. Un hombre de plastilina, acomodaticio, sin columna vertebral.
Llegó de León al Congreso en 1986 y presidió aquella apertura de las Cortes como uno de los diputados de menor edad. Y fue presidente del gobierno dos veces. No quiso se nombrara la palabra crisis, no se enteró de casi nada, cambió la Constitución con nocturnidad y alevosía un mes de agosto y ahí anda como alma en pena y sonrisa bobalicona.
Dijo que lo que aprobara el Parlamento catalán iría a Misa. No solo no fue sino que salió un bodrio que es el padre de la situación actual. Fue incapaz de enderezar nada.
Dijo que tras su etapa en La Moncloa volvería a León y compró un terreno para hacerse una casa. Las hijas se le sublevaron y él, con las hijas ya mayores, vive en Madrid en un gran chalet en una urbanización exclusiva.
Mientras fue presidente del gobierno siempre confesó que su única aspiración, cuando acabara su mandato sería ingresar en el Consejo de Estado. Y así lo ha hecho durante tres años pero ya se ha cansado y ha suspendido sus funciones como consejero nato. Le ha vuelto a picar su invento del «Diálogo de Civilizaciones», artefacto extraordinariamente inútil y creado solo para gastar dinero en viajes y hoteles.
¿Y a dónde va?
Pues a una ONG que le paga lo mismo que como consejero del Consejo de Estado que unido a su pensión de ex presidente es un buen pico.
Así cualquiera es socialista.
A partir del 1 de septiembre, se incorporará a la Organización No Gubernamental alemana Instituto de Diplomacia Cultural (ICD) como presidente de su consejo asesor. El hombre quiere promover la paz y el entendimiento entre los pueblos a través del desarrollo de las relaciones interculturales en todos los ámbitos. ¡Casi nada!.
Se imaginan ustedes a Zapatero llegando con una cartera negra y con semejante título a arreglar el mundo.
Pero no lo hace gratis y las ONG algo deberían decir. Zapatero, el austero Zapatero, recibirá un salario de 65.000 euros anuales, dietas incluidas, similar al que tenía en el Consejo de Estado. A eso se le añade su pensión, despacho, coche, y dos personas a su servicio.
No todas las ONG pagan estos emolumentos pero si algún flanco débil tienen estas organizaciones no gubernamentales que en principio son altruistas son estas cosas poco edificantes.
Zapatero, un hombre que no cumple su palabra. Zapatero, un hombre sin fundamento.