PEDRO SÁNCHEZ Y ANA BLANCO DOS GRANDES INCULTOS

Miércoles 4 de noviembre de 2015

Pedro Sánchez y Ana BlancoAna Blanco es una esfinge televisiva. Nació en Bilbao aunque parecería que Bilbao no nació en ella. Si todo bilbaíno lo primero que hace es que la gente se entere que nació en Bilbao esta señora parecería empeñarse en que nadie sepa el lugar de su nacimiento. Y ésto no deja de ser una cosa curiosa, como lo es  su nerviosismo ante el paso del tiempo ya que ve rivales por todas partes a su PETRIFICADO lugar en la Televisión pública  en la que lleva dos décadas de gran icono. Al parecer no quiere le pase como a Rosa María Mateo aquella musa de la transición de la que nadie se acuerda  hoy.

Y este inicio que hago, poco amable con esta señora, tiene que ver con los palos recibidos, con razón, por Pedro Sánchez ante su incultura histórica, al atribuirle a Felipe González la ley del divorcio que no fue de este presidente ni de Suárez, sino de Leopoldo Calvo Sotelo y de Fernández Ordóñez, cuando todavía gobernaba la UCD. Bien es verdad que fue Suárez quien abrió la veda y se enajenó a toda la carcundia pero fueron Calvo Sotelo y Don Paco los máximos responsables de su aprobación en julio de 1981.

Pero si Pedro Sánchez es un inculto histórico, y viene dando buenas pruebas de ello, la periodista intocable Ana Blanco no lo es menos. Los dos metieron la pata demostrando que no están a la altura de una información pública. El dato es relevante.

Decía Winston Churchill, político y periodista, que nadie debería dedicarse a la política y a la información sin tener claro el abc de lo que es la historia de su país. Puesto en pasiva, para Churchill, Sánchez y Blanco deberían dedicarse a todos menos a la política y al periodismo.

Pero ¿por qué nadie se lo reprocha a la Sra. Blanco su silencio ante la metedura de pata de su entrevistado?. Pues por puro corporativismo, no por falta de ganas. Me consta.

En el caso de Sánchez, su argumentación para explicar su lapso fue que él tenía nueve años en esa época. Esto quiere decir que este señor no puede hablar de la República, de Franco, de los romanos, ni de los Reyes Católicos porque no había nacido. Hay que ser todo un merluzo para argumentar de esta manera.

¿Y este caballero quiere presidir el gobierno de España siendo tan magra su formación histórica?.

Dijo nada más llegar a la secretaría general que había que eliminar el ministerio de defensa, que a las víctimas de la violencia de género había que hacerles un funeral de estado, que a longitud de bandera española no le ganaba nadie, que Irene Lozano es su apuesta regeneradora, que las primarias para cargarse a Tomás  Gómez  no servían para nada y ahora que la ley del divorcio es de González.

Pues bien. Es lo que hay. Y lo que natura non dat Salmantica non presta.

Vamos, que estamos como en la época de ZP.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *