Lunes 9 de noviembre de 2015
Lo dijo Clinton en su campaña: «¡Es la economía imbécil!». Pues aquí lo mismo. «¡Es la política, imbécil!».
En Madrid están de los nervios. ¿Cómo es posible que en Barcelona osen decir que no quieren ser españoles y lo aprueben en un Parlamento regional?. Cómo es posible que alguien ose pensar que Madrid no sea la ciudad capital de esta España tan centralizada mentalmente?.
Pues sí.
He visto varias televisiones que se dicen progres y poco desentonaban con 13 TV e Intereconomía. La peor La Sexta. Ya lo decía Pla. Lo más parecido a un español de derechas es un español de izquierda.
Y creen taumatúrgicamente que con la entrevista Rajoy Sánchez de mañana lo tienen resuelto todo. Le llaman, al secretario general del PSOE, llenándoseles la boca, jefe de la oposición. Les delata su concepción española de la política. En España no hay jefe de la oposición. Hay secretarios generales de partidos y portavoces parlamentarios, no jefes de ninguna oposición. Esto no es un sistema bipartidista. ¿O sí?.
Un poco de respeto señores manipuladores de los medios. Pedro Sánchez no es nuestro jefe.
Nadie habla del por qué el Parlamento catalán ha aprobado este lunes la puesta en marcha de su independencia. Ahora les dicen que es mejor tengan paciencia. Lo dijo también Simón Bolívar en el XIX. Y éste les contestó:
«¿Es que 300 años de paciencia no son suficientes?».
Y le he oído decir a Ana Rosa Quintana que no se puede proclamar independencia alguna con seis diputados de diferencia. Entonces, ¿con cuántos?. Porque si nos lo dijeses, gran politóloga, las cosas serían más claras, como cuando se decía que primero era acabar con la violencia de ETA y luego todo lo demás podría plantearse.
El problema es que España no admite que no haya nada fuera de la España castellana y del Madrid mesetario La del Cid. La de Franco. La de los Reyes Católicos con capital en Madrid.
Ese es el problema de fondo. Porque ¿no somos todos europeos?.
Hay crispación porque estamos ante una campaña electoral española y ante unas elecciones y ante unos partidos que sacan pecho y que cuanto más amenazan, mejor se creen y nos dicen, como decía el jefe de Opinión del ABC, que él es asturiano y español y quiere votar sobre lo que ocurre en Catalunya. Siguiendo esta argumentación ¿por qué los chinos que son más no tienen derecho a la injerencia?.
Decía un profesor gallego que los que piden en Catalunya el derecho a decidir y ejercerlo solo para los catalanes tienen el mismo derecho que los gaditanos que responden que ellos también, y ante estas dos legitimidades solo hay una salida: LA POLITICA NO LA JUDICIAL
Es decir, negociar.
Y ésto no ha hecho más que empezar.
De momento tenemos apuntado el camino a la Independencia. Catalunya no quiere estar subordinada a España.