Miércoles 20 de abril de 2016
Le veo a Fidel Castro dirigirse a los suyos, en lo que puede ser su despedida.
Tiene noventa años y ese mensaje me hubiera gustado que alguien le hubiera dicho se pusiera una camisola verde oliva con la que le hemos conocido siempre. Verle con un chándal azul donde arriba ponía Adidas, le quita seriedad a su mensaje y caricaturiza su persona. Pero ahí sigue el viejo cocodrilo enviando mensajes.
Y le veo a la Reina Isabel que cumple otros noventa. Y ahí sigue, haciendo honor a su sombrero y a su insustancialidad haciéndole la cusca al hijo. Entre otras cosas me dá que esta señora es muy egoísta y los ingleses muy poco exigentes.
Estos dos recuerdos del pasado vivos mejor harían en dar paso a sus sucesores. Noventa años son muchos años.
No es el caso de Trump, Hillary ni Sanders. Todos son sesentones y setentones. Pero están bien, tienen experiencia y la gente no les saca a pasear la edad sino lo que dicen. Lo mismo ocurre con Corbyn en Inglaterra.
Pero hablamos de sociedades maduras y no de sociedades superficiales y latinas como es la que nos rodea. Aquí la edad se usa para eliminar al posible oponente, dentro y fuera de los partidos. No se les combate por lo que lo que piensan, ni la valía de su experiencia. No. Aquí lo que más se escucha estos días es el del cambio generacional. ¿Para qué?. Para repetir lo peor de la vieja Casta, que en tiempos de Sabino se llamaba La Piña. El centralismo de Podemos y el narcicismo de Ciudadanos es de libro. Si es eso el futuro que venga Sabino y que lo vea.
Lo que importa en la vida debería ser lo que se dice y no quien lo dice. Algún día aprenderemos.
Como Otegi que acaba de decir que el problema de la Izquierda Abertzale era tener una agenda mientras la sociedad tenía otra. Si lo dice porque han aprendido de los errores, bienvenido sea, pero me da que es solo un simple recurso dialéctico.
Este pasado domingo en Astigarraga se mandó el Puerta a Puerta a la basura. Discusiones, dinero, tiempo perdido, agresiones, para nada. Algo que en Bizkaia siempre lo tuvimos claro porque a temas técnicos, asesoramiento técnico y no consultar con el mesías de turno. La IA se hubiera ahorrado muchos votos y mucha oposición si no hubiera convertido la basura en un debate esencialista. ¿Aprenderán?. No lo creo.
En Gipuzkoa se vuelve a la incineradora, apuesta europea por antonomasia. Y no están locos. Pero aquí se quiso ser más listos que en Europa. Y así les ha ido. Se han perdido seis años, muchísimo dinero y ahora nadie tiene la culpa de nada. También nosotros tenemos responsabilidad. El proyecto de Zabalbargi para Bizkaia tenía su contraparte en Zergarbi en Gipuzkoa. Se hizo Zabalgarbi, pero no Zergarbi. Alguien en sus memorias debería decir porque no se apostó por algo que se tiene que hacer quince años después, resulta más caro, y las energías perdidas nadie las paga.
Finalmente he estado en el movido programa En Jaque de ETB. Comienza a las 11:45 y termina a las dos menos cuarto. No sé como hay vascos que enchufan a esa hora la Sexta o Cuatro. Los debates en ETB son cercanos, bien llevados, valientes, y contrastados, mucho más que en Madrid. Allí un Farreras manipula como un obseso y Javier Ruiz parece que está en un circo. Y a los vascos se nos ignora.
Hoy por ejemplo ha salido en el debate el tema de las declaraciones del Viceconsejero de Empleo, no por lo que ha dicho, que también, sino por quien lo ha dicho. Toña ha salido diciendo que todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Y es verdad, pero no nos da datos sobre qué es lo que pasa en Lanbide. Seguramente Blasco pensó que no le estaban grabando y dijo la verdad. Pero yo de un responsable político demando la verdad, no el maquillaje de las palabras. Y hay mucha opacidad.
Y soy de los que creen que más vale un coño a tiempo que mil ave marías mal rezadas. Y estamos inmersos en este discurso de las ocultaciones.
Mi intuición es que la transferencia de las políticas activas de empleo fue un tema conflictivo por los complejos de los socialistas de Patxi López. Zapatero quería en Madrid el apoyo del PNV y se lo dimos a cuenta de esta transferencia que el PSE estaba negociado a la baja y nosotros lo hicimos a lo alto y cuando llegó el montaje de Lanbide lo hizo el PSE que estaba en el gobierno y lo hizo muy mal. Y ahora se pagan todas sus carencias y errores de nacimiento.
Creo que el ciudadano agradece en estos tiempos de claridad sobre todo transparencia. Pero de verdad.
