Jueves 26 de abril de 2018
Recuerdo que Aznar nos dijo que su máxima ilusión en relación con la Memoria era traer el Guernica de Picasso a Bilbao, de donde era su padre, y sacarse una foto delante de él y con eso pasar página a la guerra. Lo dijo, pero nunca lo cumplió y es que tanto al PP como al PSOE este tema no les gusta nada. El PP siempre ha dicho que no hay que revolver el pasado y el PSOE que ellos no tuvieron nada que ver con aquella masacre.
Bueno, pues a pesar del silencio de la prensa y la radiotelevisión española que no han dicho ni una palabra sobre este 81 aniversario, un medio si lo ha hecho y ha sido PUBLICO, cuyo periodista Danilo Albín ha hecho un reportaje sobre esta historia. Y ha sido él quien ha recordado la contestación que me dio en su día Rajoy cuando le pregunté sobre el Bombardeo.
Su crónica, dice lo siguiente:
En 2003, el ahora presidente y entonces número dos del gobierno de Aznar utilizó la excusa del terrorismo para justificar la falta de reconocimiento sobre la responsabilidad del dictador español en el ataque contra la villa vizcaína, del que este jueves se cumplen 81 años.
Sonaron campanas. El cielo se volvió diablo, y la tierra infierno. Cuentan que las primeras bombas cayeron a las cuatro de la tarde. Muchos murieron. Otros quisieron morir. El final, el tantas veces temido final, ya estaba ahí, sobrevolando por sus cabezas. Era el 26 de abril de 1937 y Gernika acababa de convertirse en un amasijo de escombros y cadáveres. 81 años después, aún existen dificultades para reivindicar a esos muertos. Las trabas vienen del Partido Popular, que aún mantiene vivo el discurso de los “dos demonios”.
La agenda prevista para conmemorar este nuevo aniversario refleja este asunto a la perfección. No tanto por las actividades que aparecen, sino por las que no están. Este mismo mes de abril, el PP utilizaba su mayoría absoluta en el Senado para impedir que la Comisión de Justicia aprobase una moción del PSOE que promovía la celebración de un congreso internacional sobre el bombardeo de Gernika y la creación de una comisión de historiadores que investigase aquel terrible episodio, en el que murieron alrededor de 300 personas.
La respuesta del PP a esta propuesta corrió a cargo de la senadora Cristina Ayala, tal como puede comprobarse en el Diario de Sesiones del pasado 9 de abril. “Siempre se les olvida una parte: que nuestra guerra civil, la que enfrentó a españoles entre sí, no solo es 1937, también es 1936, 1938 y 1939; y también son los bombardeos republicanos de Córdoba, de Granada, de Baeza, de Oviedo o, como me ha comentado el compañero que se sienta a mi izquierda en el escaño del Pleno, el alcalde de Cabra, Fernando Priego, el bombardeo de su localidad, Cabra, con más de un centenar de muertos y más de doscientos heridos”, dijo la política conservadora para justificar el voto negativo al acto de homenaje que planteaban los socialistas.
En ese contexto, su intervención estuvo dirigida a comparar el bombardeo de Gernika con otros actos atribuidos a la República. Así fue que Ayala habló de “las sacas y los paseos de ambos bandos porque era una guerra señoría; como usted bien dice, era una guerra total, pero como en todas las guerras, llena de atrocidades en ambos bandos”. “Memoria, desde luego que sí, pero nunca una memoria con sesgos; una memoria debe ser colectiva, de todos, y con esto nuevamente no podemos estar de acuerdo”, sentenció.
No era la primera vez que el PP buscaba justificaciones para rechazar una resolución en torno a la masacre cometida por la Legión Cóndor –siguiendo órdenes de Franco- aquella tarde de abril de 1937. Hace algo más de un año, en febrero de 2017, el partido de Rajoy utilizó su mayoría en el pleno del Senado para frenar una proposición del PNV –que además había sido consensuada con PSOE, Unidos Podemos, ERC y Compromís- en la que se planteaba que el Ejecutivo reconociera “la responsabilidad del ejército sublevado y del posterior Gobierno franquista, del ataque, daño y sufrimiento, causado por el bombardeo de Gernika del 26 de abril de 1937, como símbolo de todos los ataques aéreos contra la población civil, y de todos y cada uno de los municipios del Estado español bombardeados durante la guerra provocada por el alzamiento franquista”. También reclamaba que el Estado mostrase “sus disculpas al pueblo de Gernika y a todos y cada uno de los municipios del Estado bombardeados, por todo el sufrimiento injustamente causado”.
En esa ocasión, la posición del PP fue presentada por Iñaki Oyarzabal. El senador vasco no dudó en calificar el bombardeo contra la localidad vizcaína como un hecho “absolutamente repugnante, deplorable, injusto, siniestro”, aunque descartó apoyar el pedido de perdón reclamado por los grupos de la oposición porque, a su juicio, lo que en realidad promovía el PNV era transmitir a los jóvenes “que la guerra civil española fue una guerra de España contra Euskadi, que la guerra civil española fue una guerra de España para aplastar las libertades del pueblo vasco, y, dos, que el actual Estado democrático español es heredero del ejército franquista y de los sublevados y que, por tanto, se puede cuestionar su legitimidad y la de sus instituciones democráticas”, aspectos que Oyarzabal rechazó de plano.
Cuestión de prioridades
Rajoy dijo que la prioridad era «luchar contra la organización terrorista ETA»
En otras ocasiones, los populares recurrieron a ETA para negarse a realizar un reconocimiento oficial sobre la responsabilidad de la dictadura franquista en aquella masacre. En mayo de 2003, el encargado de defender esa postura en el Senado fue el ahora presidente Mariano Rajoy, quien por entonces era el número dos de Aznar. Lo hizo a raíz de una pregunta formulada por el entonces senador del PNV Iñaki Anasagasti, quien le preguntó si el gobierno tenía previsto cumplir con lo fijado en una resolución que el Congreso había aprobado en 1999 con los votos de todos los partidos –también del PP- para reclamar que desde el Ejecutivo se “manifestara oficialmente que la autoría de la destrucción de Gernika fue llevada a cabo por la Legión Cóndor alemana por orden del general Franco y no por los llamados rojos separatistas”.
A la hora de responder, Rajoy le indicó al representante nacionalista que la prioridad del gobierno era “luchar contra la organización terrorista ETA, para que ETA no se pueda presentar a las elecciones (sic), para que ETA no pueda hacer utilización de los medios democráticos, para que la gente pueda ser libre, para que pueda expresar su opinión libremente, para que se cumpla la ley, para que se respete el Estado de derecho, justo exactamente lo contrario de lo que ustedes están haciendo”. En esa línea, el actual mandatario llegó a decir que “lo que le preocupa a la gente en este momento no es lo pasado, que también, le preocupa mucho más lo que está ocurriendo en este momento y lo que puede ocurrir en el futuro”.
“No quieren irritar al sector franquista”
Anasagasti no olvida aquellas palabras. “El PP nunca ha querido reconocer nada; la argumentación ha sido que no hay que remover el pasado”, afirmó a Público el veterano dirigente del PNV. A la hora de encontrar una explicación, sostuvo que los populares buscan “no irritar al sector franquista que tienen dentro y que es muy numeroso”. “No olvidemos que AP la fundó un ministro de Franco”, subrayó.
Esas mismas impresiones son compartidas por el senador de EH Bildu Jon Inarritu, quien también ha formulado preguntas al gobierno en torno a Gernika. En una respuesta enviada en marzo de 2017, el Ejecutivo definió el “bombardeo contra la población civil en Gernika que produjo la muerte de cientos de españoles” como “uno de los episodios más sangrientos de aquella guerra fratricida, reflejada en símbolos de la cultura española como el célebre cuadro de Pablo Picasso”. Ni una palabra sobre la responsabilidad del franquismo en aquella masacre.
A criterio de Inarritu, “en el PP está firme el relato de que hubo una guerra civil entre hermanos, que hubo bombardeos en muchos sitios y que Gernika fue uno más”. “Esa es su teoría para no condenar, no reconocer y no actuar a favor de las víctimas del fascismo”, comentó.
Si te parece importante leer noticias como esta es porque crees en el periodismo como herramienta de control de los poderes, en su enfoque social y humano, en su firme compromiso con los derechos de todas, de todos.
Este año el Sr. Anasagasti echa mano de un trabajo periodístico en «Publico».
Bueno, es un modo de abordarlo.
Lo que yo sostengo sobre el bombardeo de Guernica de aquel 26 de abril de 1937 lo escribiré enseguida, después de señalar la sobreactuación del periodista Danilo Albin.
– Sobre actúa con el número de muertos, «alrededor de 300″.
– Sobre actúa al referirse a 2003, año en que ETA acabó cometiendo 3 asesinatos, el primero de los cuales ocurrió en febrero, como puede verse en la siguiente relación:
Año 2003
Total: 3 asesinados por ETA
Fecha Nombre y apellidos Localidad Lugar Tipo de atentado Observaciones
8 de febrero de 2003 Joseba Pagazaurtundua Ruiz[123] Andoain (Guipúzcoa) En el bar Daytona Cuatro tiros a bocajarro en la cabeza, el hombro y el estómago. Jefe de la Policía Municipal, militante del Partido Socialista de Euskadi
30 de mayo de 2003 Bonifacio Martín Hernández[124] Sangüesa (Navarra) Plaza de Santo Domingo, cerca de la Casa de Cultura Bomba lapa adosada a su vehículo policial, colocada mientras los agentes trabajaban en un edificio cercano. Policía Nacional
30 de mayo de 2003 Julián Embid Luna[125] Sangüesa (Navarra) Plaza de Santo Domingo, cerca de la Casa de Cultura Bomba lapa adosada a su vehículo policial, colocada mientras los agentes trabajaban en un edificio cercano. Policía Nacional
– Sobre actúa al desgajar el bombardeo de Gernica de otros bombardeos anteriores y posteriores, de ambos bandos, en nuestra caínita guerra. Al periodista Danilo Albin le es igual, según parece, la historia real, lo que parece perseguir Danilo Albin no es ilustrar sobre el horror de aquella guerra, lo que parece perseguir es cargar contra el PP.
» …81 años después, aún existen dificultades para reivindicar a esos muertos. Las trabas vienen del Partido Popular, que aún mantiene vivo el discurso de los “dos demonios”.»
Sobre aquel bombardeo de Guernica:
Los muertos de nuestra última e incivil guerra merecen todos, en mi opinión, respeto idéntico y no ser manoseado por la propaganda. Los muertos de Durango, los de Cabra, los de Barcelona, los de cualquier punto. ¡Ya vale, ya vale!
La mítica creada alrededor del bombardeo de Gernica, mítica tenazmente cultivada por el PNV, me resulta bien poco edificante. Pero el Sr. Anasagasti mantiene esa línea ajena al interés histórico, ajena a la consideración de idéntica dignidad para todas las víctimas de nuestra pasada guerra.
Salud y saludos.
…….., A éstas alturas de la vida, preguntarle a Rajoy por Gernika, sin haber estado allí en su tiempo, es como preguntarle ahora al PNV por Santoña, que si estuvo allí.
Estimado IO, el problema de Gernika no estiba en el número
d e muertos, mas de 300 sin duda pero a día de hoy casi imposible de cuantificar por quedar la villa calcinada, haber estado repleta de refugiados y haber caído dos días después del suceso , cuando todavía ardía.
El problema es que fue un bombardeo de precisión con un fin técnico para el que lo hizo y para un fin de terror para quien lo encargó con la idea de rendir Bilbao con la misma amenaza ( dijeron y como tal era, que tenían los medios para ello). Un acto terrorista sin un precedente igual en su forma y objetivo. Como guinda, la mentira de acusar a la víctima de verdugo hasta bien entrados los años 60 y sin un reconocimiento pleno ni perdón por las injurias y difamación. Eso es lo grave de gernika y no sus bombas y muertos que los hubo mas en otros lugares. Un pésimo análisis el suyo.
Desde el mismo momento en que los fascistas, hay que llamar así a los partidarios de Franco, se ensañaron con la población civil, cometiendo así una de las mayores atrocidades de la guerra, empezaron a buscar excusas y a mentir. Se dijo, por parte de la prensa fascista, que había sido José Antonio Aguirre quien había quemado la villa vizcaína. Como se dijo, en su momento, que el bombardeo de Durango no fue tal y que fueron los rojos quien encerraron a la gente y a los religiosos y luego le prendieron fuego. Más tarde, y ante la imposibilidad de desmentir la fechoría, la línea ha ido en otro sentido. Por una parte, se ha tendido a relativizar el número de muertos. Es la línia que determinados historiadores franquistas, entre ellos Salas Larrazabal, han urdido para quitar hierro a la hecatombe. En Gernika, se sabe, hubo acarnizamiento con una población a la que los fascistas querían arrasar. Por su carácter simbólico, por ser el lugar donde el lehendakari juró su cargo, por estar plantado ahi el roble de la vieja democracia vasca. Gernika había de ser arrasada. Porqué también formaba parte de la estrategia del terror «arrasaré Vizcaya» amenazó ese carnicero llamado Mola. Después de Gernika se cernió sobre la población civil el terror. Después de Gernika muchas familias se vieron obligadas al exilio, a dejar su tierra, sus casas, el lugar donde habían vivido sus ancestros para salir en una diáspora terrible. «Eran nuestras montañas las que huían» escribió Aguirre en una de las páginas más emotivas. Gernika, Otxandio, Durango, Galdakao, o las bombas que cayeron sobre Bilbao han trazado el mapa de la infamia, de la verguenza, de una guerra de aniquilación contra el pueblo vasco. Nunca los sucesores de Franco quisieron reconocer todo aquello. Sí los alemanes que pedidieron perdón y quisieron resarcir heridas en la propia villa. Antes que pedir perdón han sacado a colación la cuestión de ETA para empozoñar a las víctimas de todo aquello, para levantar una cortina de humo que siga tapando la memoria de esos días. Los vascos, los que viven en Euskal Herria, y los que somos hijos y nietos de aquella diáspora no olvidamos. Y no solo no olvidamos sino que vamos a explicar a nuestros hijos y nietos lo que en Gernika, Otxandio, Galdakao o Durango ocurrió. En esa guerra con la que Franco quiso exterminar nuestras raíces, nuestra historia, nuestra lengua, nuestra gente. No lo consiguió. Aquí estamos. Pasarán los siglos, el fantasma de Franco será olvidado, pero el pueblo más antiguo de Europa seguirá de pie sobre la tierra vasca.