Ojalá le hagan caso al viejillo.

Lunes 31 de diciembre de 2018

El miércoles 12 de septiembre en el inicio del último año del actual Parlamento Europeo se despidió como presidente de la Comisión de esta institución pluriestatal su presidente Jean Claude Juncker. Llegó a la tribuna con paso incierto y allí dijo cosas muy interesantes y otras realmente insólitas para un luxemburgués que ha sido primer ministro de un país que tiene tantos habitantes como Iparralde. El sí puede ser independiente, pero los demás no, sin embargo, no es lo que quiero comentar aquí porque además ese día la noticia era la dimisión de la ministra de sanidad, el master de Casado, el doctorado de Sánchez y la Vuelta Ciclista, asuntos todos de menor entidad para el futuro de una sociedad que tiene dos retos de los que apenas habla como es el de la inmigración y el de la demografía. Todo lo que discutiéramos sobre ésto no sería ocioso para que el debate se centrara aquí y no en cuestiones subalternas o en auténticas chorradas que teniendo alguna importancia, no golpean nuestra puerta como estos dos retos.

En el día de hoy el Lehendakari Urkullu ha emitido desde Ajuria Enea su mensaje anual de Gabon. El encuadre de la cámara y el escenario no podía ser más atractivo con el Palacio de fondo, la hierba verde, las plantas y él de pie. Su discurso ha sido correcto, mesurado y de sentido común destacando la situación de estabilidad que vivimos los vascos. Lógicamente el impacto de sus palabras no es el mismo si el Lehendakari hablara dos veces al año, pero cada día, bien en el Parlamento, bien en una inauguración, bien en unas jornadas o desayunos, el Lehendakari nos hace llegar su pensamiento y su visón de los problemas y cómo abordarlos por lo que, siendo adecuado lo que ha hecho, creo que a futuro debería hacer hincapié en un resumen de dos retos diciendo como debemos abordarlos porque lo demás queda todo en un discurso genérico y repetido y creo que en temas de inmigración y de la crisis demográfica, todo lo que se haga será poco y si se pone como eje anual y dicho por el Lehendakari, el asunto se toma en serio si además se le implementa.

Y vuelvo a Juncker.

Vi al día siguiente la prensa, oí la radio y vi la televisión y sobre lo dicho por Juncker en relación con África no se dijo absolutamente nada cuando el viejo político de colmillo retorcido dijo cosas de interés como, por ejemplo cuando reclamó construir una nueva alianza de igual a igual con África, con el objeto de impulsar la inversión y el empleo, pero también con la ambición de convertir los pactos comerciales con países africanos en un acuerdo de libre comercio de “continente a continente”.

«África no necesita caridad, necesita una asociación equilibrada, una verdadera asociación. Y nosotros necesitamos del mismo modo esa asociación». El jefe del Ejecutivo comunitario apostó por «invertir más» en las relaciones con África, un continente que en 2050 tendrá 2.500 millones de habitantes, y que ya no puede ser tratado únicamente desde el prisma de la ayuda al desarrollo. «Mantener ese enfoque sería humillante para África» dijo el viejo político europeo.

Así las cosas, Bruselas pide una «nueva alianza para la inversión duradera y al creación de empleo», con un marco permanente para atraer más inversiones privadas hacia África y el reto de crear hasta 10 millones de euros de puestos de trabajo en África en los próximos cinco años.

La Unión Europea cuenta ya con un fondo para la inversión en África que se lanzó hace dos años y cuyo reto es movilizar 44.000 millones de euros en inversión pública y privada. Los proyectos ya comprometidos o previstos suman 24.000 millones, dijo Juncker.

También advirtió sobre la necesidad de apostar por la formación de los jóvenes africanos y prometió que en el horizonte de 2020 la Unión Europea habrá dado apoyo a 35.000 estudiantes e investigadores africanos.

Demografía y África y no envejecimiento e inmigración, son los dos temas de los que deberíamos hablar y llegar a acuerdos y no sobre quien echa el escupitajo más lejos. Lástima que esta sociedad del espectáculo y la banalidad no lo permita.

La negociación de la gallina con el cerdito.

Domingo 30 de diciembre de 2018

El 29 de diciembre de 1998, hace ahora exactamente veinte años, Juan José Ibarretxe fue elegido Lehendakari por primera vez. Era el quinto de una saga iniciada por Aguirre y su mandato duró diez años, cuatro meses y tres días a pesar de que el ex rector Manu Montero dijo en 1999 que pasaría a la historia como Ibarretxe El Breve. Doce horas de debate de investidura concluyeron con su elección por mayoría absoluta, gracias al voto de los parlamentarios del PNV y EA y los de los de Euskal Herritarrok, que le dieron cuarenta escaños. Frente a él, el segundo candidato en liza fue Carlos Iturgaiz (PP) que sumó a sus 16 escaños los dos procedentes de UA, mientras que el PSE-EE e Izquierda Unida-Ezker Batua decidían votar en blanco.

Los discursos de los dos candidatos partieron de bases radicalmente distintas. Mientras Ibarretxe realizaba el discurso de un Lehendakari para todos, moderno, progresista y con propuestas en todas las materias, Carlos Iturgaiz sacaba la matraca limitándose a contraponer su análisis sobre pacificación y la defensa del estatuto de Gernika frente a Lizarra aseverando que gran parte de los vascos tenían miedo del apoyo que EH proporcionaba a Ibarretxe. Otegi en su intervención se dirigió a la Cámara en términos conciliadores, apostando por un nuevo marco político y utilizando siempre la consabida explicación metafísica de que ellos no apoyaban un programa de gobierno sino un diagnóstico. Ibarretxe repitió en sus intervenciones su homenaje a quien había sido Lehendakari por espacio de 14 años: ”has sido y eres un gran Lehendakari y una gran persona” le dijo a José Antonio Ardanza.

Esto ocurrió hace veinte años. Ya ni nos acordamos para nada de ello, habiendo sido aquella sesión algo muy relevante. Vivimos un trepidante día a día que nos impide subirnos al monte y ver las cosas en perspectiva, pero es el tiempo que nos ha tocado en suerte. El de la aceleración de los protones.

Veinte años después Otegi trata de justificar su negativa a apoyar unos presupuestos sociales en 2018 cogiendo el rábano por las hojas, volviendo a la vieja descripción del “viejo partido” y sin la valentía suficiente para no hacerle caso a una ELA que elige a sus secretarios generales de la manera más opaca y digital que pueda imaginarse nadie y con la vista en un Podemos que de momento solo es un Pepito Grillo en una esquina, sin oferta seria alguna para la sociedad vasca. Por lo menos en 1998, Otegi y sus parlamentarios se mojaban y aunque aquello duró tanto como el rosario de la aurora, por lo menos ese día hicieron política. A su lado el PP tenía el doble numérico que su representación actual, presentaba candidato y nos decía que Lizarra era un horror, pero el estatuto seguía siendo el punto de encuentro de los vascos. Veinte años después, Lizarra no existe, su jefe Casado dice que no hay que cumplir el Estatuto y menos la Constitución.

En el ínterin ETA ha desaparecido, el estatuto sigue sin ser cumplido por responsabilidad del PSOE y PP con su política del cuentagotas, Catalunya se ha ido al monte por la mala negociación que hicieron en 1978 y por los distintos cepillados que le hizo el TC a su reforma estatutaria, las mujeres han tomado conciencia de su situación y las redes sociales lo condicionan todo, pero Euzkadi, como el buey que nos describía Ibarretxe sigue paso a paso su camino acumulando fuerza, siendo cada vez más reconocida en todos los parámetros y con un EAJ-PNV que es visto como una fuerza política seria, fiable, predecible, solidaria con los presos del Procés, con hoja de ruta omnicomprensiva, socialmente avanzada y apostando por la modernidad, la formación profesional, la investigación y diversificación y el decirle a Europa y al mundo, como aquel slogan de la inefable Rosa Diez aquello de ”Ven y Cuéntalo”. Y la gente viene y lo cuenta, aumenta exponencialmente el turismo, y el saldo, es muy bueno. Hasta hablan de Oasis vasco. ¿Qué no hubiera sido este país sin ETA durante cuarenta años?. Sería un trabajo interesante que nunca hará Sortu.

En este contexto no se entiende el porqué de la negativa de Bildu a unos presupuestos que aceptó negociar tratando de engañar al personal con sus abstenciones ideológicas. Pasó como con el cuento del cerdito y la gallina. Esta, más pequeña, le propuso al cerdito montar un restaurant que ella lo apoyaría. Propuso llamarle ”Jamón y Huevos”. Ella ponía los huevos y el cerdito el jamón. Este dijo lógicamente que no. Era lo que quería hacer Otegi con los presupuestos. Demagogia con las pensiones que no son competencia de la Comunidad Vasca, y que el presupuesto en su discusión con las enmiendas quedara desfigurado, enjamonado y sin piernas, y no fuera liderado por el Gobierno Vasco. Ya lo hicieron con Ibarretxe.

Otegi dijo de Bildu en una entrevista que los vascos no les perciben como un partido de gobierno y de fiar. Normal. Pero no saca conclusiones que son evidentes. ¿Por qué no han amarrado bien a los que quieren volver a los tiros, a los de las pìntadas, a los de los recibimientos, a los que quieren ensuciar a toda la Ertzaintza como cuerpo policial propio a cuenta del desgraciadísimo episodio del caso Cabacas, a los que queman contenedores?

Me da que son como esos adolescentes que se reafirman en lo negativo, generaciones maximalistas que abominan de los compromisos políticos, que siguen obsesionados con matar al “viejo partido” y piensan que llegar a acuerdos, dejando pelos en la gatera, les convierte en traidores a una causa revolucionara y mortal que diseñaron otros en tiempos de Franco y de la revolución cubana, con sus muertos, su épica, sus manifestaciones semanales, su culto a la pancarta, su kale borroka siendo hoy el día en el que no han reciclado nada ni han aprendido nada, ni han olvidado nada y encima, que es lo peor, piensan que somos tontos por lo que se atreven a darnos clases de cómo debe funcionar una democracia sin tener ni idea que ésta es pacto, negociación, acuerdo o desacuerdo argumentado. Parecería que carecen de proyecto para esta sociedad y les sacas de Sabino Arana, sí de Sabino Arana que fue el inventor, y te ponen como ejemplo el modelo bolivariano o el cubano, puño en alto. Por lo menos Pablo Iglesias ha reconocido que se equivocó y que la situación de su querido chavismo es un desastre que ha obligado a emigrar con lo puesto a más de tres millones de venezolanos. Pero, ellos, tan duros y sabios, son incapaces de reconocer absolutamente nada.

La contumacia en el error es lo peor que puede haber en política. Decía y repetía D. Manuel de Irujo que todas las libertades son solidarias porque lo que importa es desterrar del poder a cualquier grupo de personas que se adueñan de todo un país con el argumento de una ideología que tiene un historial de sangre, ruina y luto en el mundo. El presente y futuro tiene que ser estructuralmente democrático, con independencia de poderes, que crea en la economía social de mercado, en los méritos profesionales basados en mérito y capacidad, en la justicia de verdad, en los derechos humanos y en un largo etcétera de valores que sostienen la decencia de un país y permiten su progreso.

No me da que por ahí vaya Arkaitz Rodríguez, secretario general de Sortu, quien el domingo pasado en el homenaje a Argala en Arrigorriaga, puño en alto, le dijo al PNV que asumiera su responsabilidad sobre parte de la violencia y el sufrimiento como ya lo ha hecho la IA y ETA. En esa línea está el parlamentario Iker Casanova, y parte de un sector marxista leninista que no ha dicho ni pío, y mucho menos Gara, cuando ese mismo domingo Cuba plantea una Constitución con el control absoluto de los medios de comunicación, describe al Partido Comunista como” fuerza única y superior”, volviendo al fracasado comunismo de la dictadura del proletariado.

Por eso, queridos amigos, como la gallinita del cuento, es esa la explicación del por qué no han querido pactar unos presupuestos sociales con el “viejo Partido”. Llegó el comandante y mandó parar. Ellos no han hecho una revolución para ser concejales de un municipio del Goierri o del Gorbeia. Y negocian como la gallina.

Con la superviviente de una familia de diez hermanos.

Sábado 29 de diciembre de 2018

Fueron diez hermanos. No había campañas de natalidad. Familias vascas numerosas al cuidado de férreas etxekoandres. Mi aita fue el mayor. Se había quedado con su abuela Dolores Larrañaga natural de Ondarroa, cuando el resto de la familia se fue a Argentina. La abuela Dolores estaba encariñada con el chavalito y no quería quedarse sola en aquel caserón detrás del ayuntamiento al que llamaban Trauko Zar. Por eso él, José Luis con dos años se quedó en el botxo con la abuela que le mimaba.

La razón del viaje, yendo en barco a la Argentina, era que en aquel país lejano, un tío de su aita, solterón tenía una gran estancia y quería que su sobrino la regentara. Y vivieron en la Pampa, pero vieron que no era vida para aquel familión y regresaron a Bilbao, a la casa familiar en Trauko, con emparrado y un morroi de nombre Edelmiro. Iba desde el Aneja hasta la calle Tívoli. Durante el franquismo les obligaron a venderla por cuatro perras.

Sus aitas se habían ido a la Argentina con una hermana, Carmen, y volvían con tres críos más y con acento argentino. Mi amama contaba que cuando se embarcaron en aquella aventura iba en el barco Rabindranath Tagore, Premio Nobel de Literatura en 1913, y que el capitán encalló el buque a la entrada del Río de la Plata para cobrar el seguro. Les sacaron en lanchas. Cosas que te contaban y volvían a contar de pequeño y tú te imaginabas a aquella familia viajera que había vivido experiencias tan distintas a las que viven los chavales actuales. Y para colmo, mi aitxitxe de Mundaka, capitán de la marina mercante que había sido concejal del PNV en Mundaka y en Bilbao. Y su mujer, Aurelia Hernani contaba que ella había estado en el funeral de Sabino Arana en 1903. Jelkide pata negra.

De aquellos diez hermanos solo nos queda una tía, Loli, la pequeña, que tiene 91 años y mucha marcha. Hace poco el fotógrafo vasco chileno Mauro Saravia le sacó una foto formando parte de esa colección que hizo de mujeres y de ”niñas de la guerra”. Un buen trabajo para dar voz a la mujer que sufrió también aquella tragedia. Y le hemos invitado, a la tía Loli, al aperitivo de fin de año. Nos ha venido con un álbum de fotos y contado mil y un batallas, ya que estas fotos, como casi todas, ni tienen fecha, ni tienen explicación de a quien retratan y seguramente desaparecerán cuando se vayan al valle de Josafat llevándose con ellos/as una buena historia o mil de ellas. Pero por lo menos tienen fotos. Nosotros, a cuenta de las cámaras y móviles, no dejaremos ni eso. La falsa modernidad.

Y es que una foto te permite contar la historia que hubo alrededor de aquel trocito de papel donde la gente, mayoritariamente, está sonriendo a pesar de que en las bodas en la post guerra iban de negro. Cosas que se entera uno hablando y viendo fotos.

También que a la caída de Bilbao, el 19 de junio de 1937, la familia se dispersó. El núcleo principal apareció en Guriezo huyendo de la conquista falangista de su ciudad. Y allí, el periodista Andima Orueta, jefe de política en el diario Euzkadi, superviviente del bombardeo de Durango y novio de una hermana de mi aita, Libe, les dijo que tenían que abandonar aquel pueblo ya que las tropas sublevadas estaban a punto de entrar en Santander y que él iba a buscar una salida. No le vieron más. Fue asesinado en Santander porque un pistolero santanderino de apellido Manuel Neila con un grupo de indeseables se dedicaban a asesinar a gudaris y vascos en general. Es una historia que habría que contar. Un tipo que mataba por placer y que se puso las botas asesinado vascos, uno de ellos, Andima Orueta.

Previamente, a esta tía Loli que era una chavalita, junto con su hermana Mari Paz les llevó mi aita al puerto, les sacaron en el famoso barco La Habana que atracó en la Pallice y de allí a Bélgica con su hermana Mari Paz. Y hoy es el día en el que mantienen una relación muy estrecha con la familia que les acogió y a las que llaman primas. Se escriben a mano y se cuentan cómo les ha ido el año, aunque en éste han estado en verano. El que luego fue su marido, Carlos Olabe, fue también niño de la guerra pero en Inglaterra.

Y nos ha seguido contando. ”Mis aitas estuvieron refugiados en Centelles (Catalunya). Mi aita y hermana Carmen en un piso donde vivía una familia de apellido Puyol, el padre en silla de ruedas y la madre ciega aunque ella hacía la comida. Y mi madre y hermana en el refugio. Y cayó Catalunya y se refugiaron esta vez en Cambó le Bains, donde vivieron dos años más. Y cuando empezó la guerra mundial y como Bélgica fue invadida por los alemanes tuvimos que volver a casa. Allí le mataron a la hermana del Lehendakari Aguirre. Se llamaba Encarna y paseando por la playa les cayó una bomba. Le conocíamos mucho”.

Y nos ha dado esta foto. No la conocía, pero refleja toda una época.

Volvamos a 1937. Mi aita estuvo refugiado en el monasterio de Belloc y luego trabajó en Villa Endara donde el PNV tenía sus oficinas. Y el 31 de julio de 1939, en Donibane Lohitzun, los vascos celebraron con romería el día de San Ignacio. Allí le conoció a mi ama y quedaron seguirse viendo. Pero Europa estaba en guerra y a los jóvenes vascos los encerraban en el campo de Gurs. Mi aita y otros treinta del PNV decidieron, hace 80 años, meterse en aquella aventura de ir a América, con la idea inmediata de volver. No sabían ni donde quedaba República Dominicana y menos Venezuela. Pero allí llegaron confiando que al terminar la II Guerra Mundial, los aliados sacarían a Franco del poder como miembro de la entente nazi-fascista, pero Churchill frenó aquello. Su anticomunismo se impuso y argumentó que era preferible tener en Madrid a un dictador de derechas que a un republicano que podía ser propenso a Moscu. Roosevelt y Truman se arrepintieron de ello, pero el pensamiento churchilliano se impuso y todos los exiliados con causa se dieron cuenta que no podían volver. Franco reforzaba su dictadura y lo vasco como tal era perseguido. Ni euskera, ni Concierto, ni libertades. Palo y tente tieso. Y mi aita, viendo aquel panorama, le pidió a su novia gipuzkoana que fuera ella quien viajara a Venezuela.

Pero antes, las familias tenían que conocerse y la bilbaína familia de mi aita dar el visto bueno a la novia. Y ésta es la foto, para mi inédita, que me ha dado mi tía de un buen día de 1945. Allí están las dos familias cumpliendo el compromiso de conocerse y aceptarse. Hoy ésto ya no se estila, pero se ha hecho durante generaciones. Y no era mala idea. Eran familias nacionalistas, de clase media, euskaldunes, jelkides, obligadas a refugiarse por la guerra y saliendo poco a poco de aquella persecución.

Su suegra le había conocido en San Sebastián. Volvía de una estancia en el balneario de Fitero. ”¿Cómo se va usted tan lejos con lo que se dice de como son los hombres en aquellas tierras?” le dijo a la que iba a ser su nuera. ”Es que yo no voy a conocer a los hombres de Venezuela, voy a casarme con su hijo” le contestó Itziar. Doña Aurtelia cambió. ”Es verdad. Todos mis hijos son extraordinarios pero José Luis es el mejor” le dijo.

Y esta foto es con motivo de la salida hacia Venezuela desde el puerto de Santurce. La víspera tuvieron esa comida en Trauko Zar. Al día siguiente su hermano Iñaki le acompañó a embarcar en el Cabo de Buena Esperanza. Era la postguerra. Iñaki subió con ella y al bajar del trasatlántico lo hizo con unos panes blancos que normalmente no se vendían. Fue la última vez que le vio ya que falleció al poco tiempo de aquello en Donostia. Trabajaba en Añorga.

En primera fila están Pacita y Loli. Las dos estuvieron en Bélgica como “niñas de la guerra”. Los padres de familia están en cada esquina. El aitona, padre de mi ama, Patxi Olabeaga en la izquierda con un purito entre los dedos. Había sido director del Banco Guipuzcoano en Zumaia, Deba y Zarautz. Y le habían perseguido y multado. Le destrozaron su vida. Tenía una carrera promisora en el banco. Pero nunca perdió su sentido del humor. En la otra el viejo lobo de mar, Manuel Anasagasti. Había recompuesto su pequeña flota de camiones de antes de la guerra. El Gobierno Vasco se la había requisado durante la contienda y luego, tras tantas aventuras, ponerla en marcha fue difícil. Pero le ayudaba su hijo José Mari que no está en la foto. Quien está es Imanol en la parte superior derecha. Le gustaba el boxeo. Fue campeón de Bizkaia. Exiliado en Venezuela, en Caracas, le dieron una soberana paliza un negrote y tuvo que dejarlo. Era el boxeador de la colectividad vasca. Le apodaron King Pantaleta y el Dr. Aranguren le entrenaba en el Parque de Los Caobos y el que le llevaba a los combates era mi suegro Joseba Solabarrieta. Tras la guerra estuvo en un batallón de trabajadores.

En la mitad las dos señoronas. Las dos madres. A la izquierda Antonia Basurko, natural de Mutriku. A la familia les llamaban los de Txaranbel. En los pueblos se funciona así. Rigurosa de férrea moral victoriana y religiosa muy de la época. Devota del Niño Jesús de Praga no salía de la Iglesia de los Carmelitas. Y a su lado Aurelia Hernani. Nos decían que había sido profesora de gimnasia sueca. Lo de sueca lo repetían. Era un punto de modernidad y distinción. Sabía francés, pero no euskera, idioma que si sabía su marido. Pero su familia lo hablaba.

Y arriba, la novia Itziar con un peinado de Marge Simpson que no le favorece. A su lado, alguien que no conozco, y la joven con las manos delante es Libe, hermana de mi aita y novia del asesinado Andima Orueta. El de la esquina con chaleco, el hermano de mi ama Iñaki. Debía ser un fenómeno en todo. Cantaba, pintaba, improvisaba, ocurrente, murió en 1945. Había sufrido las delicias del régimen que lo dejó libre en Algeciras y falleció en 1946 como consecuencia del mal tratamiento médico que le hicieron.

Bueno pues así eran las cosas en aquellos años. Familias muy numerosas que habían sufrido una guerra, que buscaban salir de aquella persecución y que a pesar de todo vivían, sonreían y organizaban pedidas de mano.