Sábado 22 de diciembre de 2018
No dio mucho de sí la reunión del Consejo de Ministros celebrado en Barcelona salvo una inversión de 122 millones en infraestructuras, que no está nada mal, y el bautizo con el nombre de Tarradellas al aeropuerto del Prat. Confieso que el nombre merecido e impactante hubiera sido el de Aeropuerto Lluis Companys, president de la Generalitá fusilado en los Fosos del Castillo de Mont juich en 1940. El gobierno ha reconocido que aquel juicio fue una farsa, pero nada más.
Tarradellas fue un digno pastelero toda su vida, acabó con todas las instituciones republicanas en el exilio, se erigió como único Presidente, mantuvo la llama pero volvió para ser un President sin competencia seria alguna, prestándose al juego de Suárez y viajando directamente a Madrid sin pasar por Catalunya costando Dios y ayuda sacarle del Palau de la Generalitá tras las primeras elecciones democráticas y estatutarias de 1980.Hubo que comprarle incluso un piso. Tiene su lugar en la historia pero no creo estuvo a la altura de lo que le hubiera correspondido como símbolo de una institución. Lo que él llamaba Generalitá no era más que la Diputación de Barcelona con mucho protocolo y boato ,pero nada más.
Conducta distinta fue la del Lehendakari Leizaola que volvió en diciembre de 1979 solo cuando se había refrendado el estatuto de Gernika el 25 de octubre y al día siguiente, en Gernika le entregó a Carlos Garaikoetxea las llaves de la Delegación Vasca en Paris como símbolo de lo que había representado cuarenta años, que fue un gobierno con cuatro fuerzas y no una sola persona. Ni color con Tarradellas.
Pero, tras lo del viernes, no estaría nada mal que, dado que la competencia de los aeropuertos no es de la Comunidad Vasca, el gobierno central nombrara al aeropuerto de Bilbao como Aeropuerto Lehendakari Aguirre. ¿Por qué no?.
Para hacer esto solo es cuestión de ponerlo en el orden del día del próximo Consejo de Ministros y aprobarlo. Sería un acto de justicia y simpatía para aquel hombre que se pasó viajando a todas partes durante su exilio, menos a Euzkadi. Lo hubieran detenido. No cuesta nada. Solo tener una gota de sensibilidad.
me parece, muy buena y procedente tu reflexion-reivindicacion, sigo sin ver un futuro cierto para Cataluña, para el estado un estado que se cree en todo el derecho de todo.
Su opinión sobre el «provisional lehendakari» Aguirre resulta tan panegirica y excesiva que empalaga un tanto. Duró en el cargo, Aguirre, el ex-alcalde de Getxo, menos que un embarazo normal, tiempo en el que el empuje de los rebeldes, con los requetés en cabeza, y la ayuda aérea de alemanes e italianos, fue perdiendo territorio a marchas forzadas. Eso si, perdida la guerra para la República, Aguirre cruzó la frontera hacia Francia por Cataluña, con Companys de compi, un Company al que tuvo que auxiliar económicamente, según cuentan.
El viejo Tarradellas, tuvo muy claro lo que era, lo que representaba y cual debía de ser su papel a favor de la concordia.
La Cataluña a la que volvió Tarradellas no estaba atormentada, amenazada, extorsionada por ningún terrorismo comparable al terrorismo etarra, a diferencia de lo que ocurría en el País Vasco.
Ya veremos lo que dan de si las próximas elecciones, ya veremos.