82 VASCOS EN EL “CUBA”. ”QUE SEAN JELKIDES”

Domingo, 28 de julio de 2019

“Si la rana salta y se ensarta en la estaca, ¿de quién es la culpa?. ¿De la rana o de la estaca?”. Con esta plasticidad y simpleza tropical justificaba la represión en Venezuela su dictador Juan Vicente Gómez fallecido en 1936.A él le sustituyó su ministro de Defensa, Eleazar López Contreras quien  en 1938 reconoció el régimen del General Franco, pero su dictablanda comenzó a abrir poco a poco la mano  hasta el punto de que una serie de intelectuales del país ,entre otras  iniciativas, propiciaran la apertura de sus fronteras  a un tipo muy especial de exiliados que se encontraba  en Europa. Con Koldo San Sebastián hemos rescatado esta historia.

En dicho Plan, se decía: «Nuestra demografía es estacionaria y por consiguiente necesita aportes de sangre nueva que promuevan su favorable crecimiento. Venezuela no será jamás un gran país sin un paralelismo armonioso entre su potencialidad económica y el factor humano».

En este marco, se produjo el informe del doctor Gonzalo Salas. Este partía de la premisa de la necesidad que tenía Venezuela de una inmigración procla­mada en todos los medios de comunicación. «La inmigración es pues una necesidad que no admite discusión; y no la admite, porque  si no nos decidimos a afrontar el problema y a resolverlo de manera metódica y racionalizada, tal vez estemos conde­nados a desaparecer del concierto de los pueblos libres”.

Simón Gonzalo Salas defendía una emigración étnicamente homogénea y políticamente moderada (que debía, por un lado, compensar el temprano reconocimiento del régimen franquista y, por otro, no avivar las iras de los influyentes sectores anticomunistas). Se daba cuenta que una inmigración incontrolada podría hipotecar el país y ponía, como ejemplos negativos, los de Argentina y Brasil. Por el contrario, era partidario de lo que calificaba co­mo experimento australiano.

En un momento de su Informe, Simón Gonzalo Salas se preguntaba, ¿Dón­de están esos emigrantes?: «Esos emigrantes son por ahora 80.000. Son vascos y están en la actualidad en Francia, deseosos de venir. Podría decirse que hoy están huérfanos de su gran Patria y acogerían a la nuestra con el músculo y con el corazón. Están exentos de tutelaje extranjero y, por tanto, con ellos está salvado el más grave inconveniente cuando se presente el problema de la inmigración». De los vascos exiliados, Gonzalo Salas se centraba en concreto en los pertenecientes al Partido Nacionalistas Vasco: «La ideología político-social del PNV no se amolda ni con la concepción marxista de las sociedades humanas, ni con la mentalidad petrificada del elemento conservador, enemigo de toda innovación justa y ajena a los principios de una jus­ticia social bien entendida”. Toda una definición que sigue vigente.

Esta campaña sorprendió sobremanera al Gobierno Vasco exiliado. Sus representantes pronto se movilizaron para conocer su alcance. En la primavera de 1939, el escritor e intelectual Arturo Uslar Pietri fue nombrado director del Instituto Técnico de Inmigración y Colonización, al que se incorporó, como sub­director Simón Gonzalo Salas. Ante las demandas existentes y desde el convencimiento de que una inmigración vasca sería útil para el país, Uslar accedió e, inmediatamente, se iniciaron las gestiones.

Las negociaciones en París las llevaron en un primer momento, por parte venezolana, Eduardo Monsanto, y el ya citado Simón Gonzalo Salas. Por parte vasca, se encargaron en un primer momento el vicepresidente del Gobierno Vasco, Jesús María de Leizaola, y Julio de Jáuregui. En el convenio se acordó «la emigración de equipos de diferentes especiali­dades, mediante la aceptación de condiciones económicas excepcionalmente convenientes y con garantías que se obligan a cumplir ambos contratantes». Los exiliados salían de Francia con un contrato de trabajo por tiempo inde­terminado. El Gobierno venezolano les anticipaba los gastos de viaje e insta­lación, comprometiéndose los vascos a reintegrar el montante de esos gastos en un tiempo prudencial.

Tras firmar los contratos y recibir los visados, el primer grupo (fueron cinco) inició el viaje. A este, se sumó un joven oficial de la Marina Mercante, Ricardo de Ma­guregui, quien en el tren que le llevaba a Le Havre para embarcan le entregaron  una carta del Euzkadi Buru Batzar, nombrándole responsable de aquella expedición. En dicha carta, se decía: «EI Partido Nacionalista Vasco desea que esta pri­mera expedición de vascos a Venezuela lleve un buen orden, y a la vez ne­cesita tener conocimiento de todas las incidencias de la misma, tanto durante el viaje como a la llegada a Venezuela y mientras van colocándose en los diferentes puestos nuestros compatriotas expedicionarios. Para este fin delega el PNV en usted la representación provisionalmente en tanto se establezca alguna delegación definitiva para este grupo expedicionario”.

El día 24 de junio, 82 vascos -hombres, mujeres y niños- se concentraron en el puerto francés de Le Havre. Dedicaron la jornada a la revisión de pasa­portes y visados. En la madrugada del día 25, el grupo, acompañado por Julio de Jáuregui, Miguel José Garmendia, Otalora y el periodista José Olivares Larrondo ‘Tellagorri’, oye Misa, oficiada por monseñor Lemaire que se había dis­tinguido por su ayuda a los niños vascos refugiados en Francia. A las ocho de la mañana, el grupo fue trasladado al puerto en autobuses, embarcando una hora más tarde a bordo del paquebote Cuba, de la Compagnie Genérale Trasatlantique ante la curiosidad de los demás pasajeros entre quienes se encontraba un grupo de refugiados judíos. Sonó el txistu de Segundo de Atxurra que in­terpretó el Agur Jaunak y el himno nacional vasco. Fueron momentos espe­cialmente dramáticos. Entre los pasajeros había algún herido de guerra. Muchos dejaban en Francia mujer e hijos en vísperas de la otra guerra anunciada que estallaría en septiembre.

Tras hacer escala en Southampton, el 4 de Julio de 1939, tocaron el primer puerto americano: Point de Pitre (Guayana). Desde allí, Maguregui escribe a la dirección del PNV, detallando los pormenores del viaje hasta entonces. El día 29 de junio, el grupo vasco celebró la festividad de San Pedro. No faltaron la música y los bailes. Oficia la Misa monseñor Víctor Sanabria, Obispo de Alajuela (Costa Rica). El prelado costarricense estableció una relación de amistad con el grupo y, al llegar a La Guaira, le entregó una carta de recomendación para el arzobispo de Caracas. Por otro lado, en su informe, Maguregui señalaba: «Ob­servo que, a medida que nos acercamos a América, la gente se siente más preocupada, a pesar de todo, el ambiente general es de confianza y ánimo”.

En las primeras horas del día 9 de julio de 1939, el Cuba atracó en el puerto venezolano de La Guaira. A las 7 de la mañana, subía a bordo Arturo Uslar Pietri, acompañado de Antonio Arraiz, Roberto Álamo Ibarra y Vicente Fuentes. A las 9 de la mañana, Maguregui envió un telegrama a Villa Endara (sede del PNV), comunicando la llegada del grupo vasco Venezuela. Toda la prensa venezolana se hizo eco de la llegada de los refugiados vas­cos. El Diario Ahora dedicó una página, con gran profusión de fotografías, a este evento. Destacaba que, entre los recién llegados, se encontraban mé­dicos, ingenieros, contables, agricultores y obreros especializados. El domingo 16, el grupo asistió, en la parroquia de Santa Rosalía, a una Misa cantada oficiada por su párroco, el padre Tenreiro, amigo del canónigo Alberto Onaindia, asesor del Lehendakari Aguirre con quien había estudiado en Roma. A las once de la mañana, acompañados por Arturo Uslar Pietri y Simón Gonzalo Salas, los vascos hicieron una ofrenda floral en el Panteón Nacional, donde se encuentran los restos de Simón Bolívar Como se había acordado con las autoridades venezolanas, se canta el Agur Jaunak y el himno venezolano. Sin embargo, uno de los refugiados, Esturo, por ini­ciativa propia, pidió permiso a Uslar Pietri para interpretar el Euzko Abendaren Ereserkia (himno nacional vasco). Lo que era costumbre  dio lugar a una polémica política. La Esfera, un pe­riódico muy reaccionario y pro-franquista, que mantenía una cruzada per­manente contra todo lo que oliera a izquierda, publicó una información sumamente crítica, diciendo que se habían cantado ‘himnos comunistas” en el Panteón Nacional en presencia de un alto funcionario del Gobierno y con su anuencia. Por su parte, José Antonio Sangróniz, representante franquis­ta en Venezuela, presentó una nota de protesta. El asunto no tuvo mayor trascendencia porque el general López Contreras no le dio importancia. No obstante, dicho incidente era un reflejo de la situación política de Vene­zuela en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Ocurrió hace ahora ochenta años y en el Alderdi Eguna tendremos una txozna con este recuerdo. ”Hace ochenta años, Venezuela nos abrió sus puertas. Hoy nos toca a nosotros. Es toda una historia que obliga

Que llamen a Sabin Etxea

Viernes 26 de julio de 2019

Sánchez se equivocó. Y lo hizo garrafalmente. Es duro, pero está mal asesorado por ese nuevo Rasputín que no le deja ni a sol ni a sombra y le acompaña hasta el Congreso. Parece un dodotis. Y estamos hablando de política, no de marketing.

Iceta le ha dicho. ”Si quieres ganar tienes que hacerlo también en Catalunya y tú y tu amigo Redondo, lo habéis hecho muy mal”. No se te ocurra adelantar las elecciones.

Encargado por el rey de formar gobierno ha cosechado dos derrotas. ¿De qué habrán hablado hoy en Zarzuela?. Por lo menos Mariano Rajoy le dijo que estaba bien su encargo pero no lo aceptaba pues le iban a dar calabazas. Fue listo.

De Roma viene, lo que a Roma va. Como en aquel nefasto discurso del Rey en relación con Catalunya.

Sánchez prefirió ponerse a arreglar la UE y buscar acomodo a Borrell, o ir al G-20 o lo que él considera alta política, y así le ha ido. Los Dioses ciegan con su luz a los que buscan perder. Y lo cegó. Creyó que con la milonga del gobierno de cooperación iba a conformar a un tiburón hambriento como Iglesias. Y así le ha ido.

Su primera intervención, el lunes, hablando de las maravillas que iba a hacer fue irreal. Solo se habla así si previamente tienes un acuerdo y describes el acuerdo, no del acuerdo-ficción al que has llegado con el cuello de tu camisa. Y así le ha ido.

Un año en La Moncloa y con Iván Redondo colgado de la chepa todo el rato creyó que con eso lo tenía todo. De bisoño. Al PNV ni le llamó. De educación anda algo escaso y su pituitaria la tiene atascada.

Iglesias pidió el oro y el moro sin asegurar ninguna mayoría dando por hecho que la fiel infantería de ERC, PNV, PRC, Compromis, teníamos la obligación de completar el camisón que no tapa las piernas de Sánchez y, como le dijo Rufián, «dese cuenta que lleva solo cuatro años y no puede pedir la luna. Trabaje y demuestre que es mejor».

Pero el tigre quería carne cruda y cometió los mismos errores que Sánchez. Para coImo se trataba de un gobierno de coalición entre el socialismo y el comunismo, el aceite y el agua, Negrín y Prieto, González y Anguita. Tema difícil y espinoso si Iglesias no le echa agua a su chavismo de garrafa con el que quería conquistar el cielo y además sin consenso. Y así le ha ido.

A pesar de su camisa de mercadillo Iglesias ya es parte de la Casta y no se ha dado cuenta que su denigrada Casta tiene unas sutiles líneas que no se pueden traspasar y que si lo haces, te pasan factura. Y se la han pasado. Pocos se fían de él aunque teóricamente se eche a un lado. ¿A un lado con Irene Montero de Vicepresidenta?.

Tanto Gabriel Rufián como Ana Oramas pusieron al PNV como ejemplo. No suele ser lo habitual. Lo curioso fue lo de Rufián cuyo pacto es con Bildu, no con el PNV.

De hecho y a pesar de las batallas que nos ha contado Bildu, ni están en el mismo grupo que ERC como prometieron y en la primera votación lo hicieron de manera distinta. Siguen sin hacer aquella perestroika que hizo González con el marxismo leninismo de su PSOE de Suresnes. No se dan cuenta que es mejor ponerse una vez colorado que cien de color naranja o amarillo Procés. Y es que siguen en su justificación de lo que llama el conflicto, ante lo cual nadie se fiará de ellos, aunque les necesiten como en Navarra. ¿Madurarán?.

Santiago Abascal nos tildó de señoritos. Caramba. Nuestro señoritismo al parecer es pedir que su cumpla una ley orgánica como es el Estatuto. Y además sacó de la tumba a Unamuno con su frase en Salamanca cuando en verdad, Unamuno redivivo hubiera dicho que Abascal es Millán Astrain y que su discurso es la guerra. Hay una foto del jefe de los legionarios subido a un caballo blanco con su parche en el ojo que Abascal debe tener en la caretra. Le gustan los caballos y le gusta Millán Astray, por eso saca a Unamuno. Para disimular. Y le sale fatal. Es como confundir el jabugo con la mortadela.

Que Sánchez y sus negociadores en paro llamen a Sabin Etxea y les dirán cómo se negocia y lo que tienen que hacer teniendo un concepto claro de que lo primero es comprar una brújula y se pregunten que quieren y como lo transmiten a los demás.

Todos los gobiernos son de coalición entre el ministro de Hacienda y los demás ministros. Que se lo pregunten a Montoro y a Azpiazu.

Y que se olvide de la geometría variable que es lo que buscaba. Ya el Fred Astaire de la política española no tiene dama que quiere bailar con él. Ha demostrado que no es el bailarín de oro que se cree. Fred Astaire no consultaba a su suegra, Ivan Redondo, para sacar a la pista a Ginger Rogers. Ella iba sin más. Y la pareja no desentonaba.

En Sabin Etxea hay un manual de negociación que pasa por una buena cocina. Y el plato sale bien si se sigue el manualito que editaron las Emakumes en tiempos de la Republica.

Se vende en la tiendecita de abajo. Y funciona. Lo recomiendo.

Unai Rementeria pone el Himno Vasco

Jueves 25 de julio de 2019

Que lo obvio sea motivo de comentario tiene bemoles. Pero es que lo obvio se descuida. Me refiero a que, el Himno Vasco, el conocido como “Gora ta Gora” (que no está mal la apelación)  y que últimamente no se escucha en ningún acto al haber sido sustituido por el ”Agur Jaunak” (curiosamente una canción religiosa a la que en la UPV se le quiso quitar la letra) o el “Gernikako Arbola”, que no lo es.

El Himno vasco fue aprobado  en 1936 por el Gobierno Vasco de concentración y en plena guerra por el Gobierno presidido por Aguirre. Por si quedaba alguna duda el lehendakari Aguirre recordó el dato en el Congreso Mundial Vasco en Paris en 1956 y, para más legalidad, se aprobó como ley en debate parlamentario el 14 de abril de 1983 .Tan ley como la LTH. Pero no se cumple.

Ayer, Unai Rementeria dio inicio al acto anual institucional de la Diputación de Bizkaia poniendo el himno a todo meter que sonaba como me dijo Carmelo Bernaola, majestuoso y representativo. Y eso está muy bien y lo destaco.

El acto fue, como siempre, no apto para gente calenturienta. Es una constante que se suda la gota gorda en los magníficos salones de la Diputación. Sabiendo eso, ayer no fui con chaqueta y corbata, sino con una camisa de lino blanca de mangas cortas. Y  sonreí viendo a más de uno, incómodo en su corsé. Llevo  acudiendo a dicho acto desde que Makua era Diputado General, (tras Makua, Pradera hoy  con chaqueta y abanico, José Luis Bilbao, Josu Bergara y Unai Rementería) y recordé con Pilar Aresti que la celebración comenzaba con una misa celebrada por el P. Scheifler. Solía ser por la tarde y cada año se celebraba  de esta manera  la festividad de San Ignacio de Loyola.

Me quedé en la puerta del gran salón  porque para entrar hubiera hecho falta esos empujadores del metro de Tokio, habida cuenta del llenazo. Por cierto, mucha gente joven y mucha mujer, como novedad y noticia de una sociedad cambiante.

Rementería, tras el himno y el aurresku, comenzó su disertación valorando el simbolismo de la hoja de roble como símbolo de Bizkaia a la que este año se le ha sumado el “goazen”. Hizo un discurso de suma haciendo  hincapié en la necesidad de la horizontalidad en política y no de la verticalidad. En su intervención destacó los logros de una acción y gestión premiada en las urnas por su progresismo, pies en el suelo y apuestas de futuro. No sé si algún diputado o diputada tomó nota y cambia de una vez su verticalidad  de palo de escoba, como si el puesto, que temporalmente ostenta fuera vitalicio.

Saludé a la nueva Diputada  Basurko. Su familia  proviene de Motriko y mi ama se apellidaba Basurko y era de Motriko. Ella es ondarresa. Tiene un bonito departamento a su cargo.

Yo he agradecido la invitación. He sido nada menos que 36 años parlamentario por Bizkaia y solo les he sugerido se acuerden de todos los que lo han sido. No hay nada más satisfactorio para alguien que ha representado un territorio  el que se se acuerden de él o de ella, aunque sea para pasar calor y saludar gente.

En resumen. Pasamos calor, saludamos a mucha gente, y comprobamos que cambian los tiempos y las personas pero la esencia del acto sigue con la misma sintonía afirmativa. Cambian los tiempos pero es el EAJ-PNV quien mantiene la constante. Por algo será. Algo que además ha sido destacado en el discurso de Investidura de Sánchez. Cumplir 124 años gobernando, significa entre otras cosas, hacerlo bien y la demostración, una vez más, ha estado en el acto coral de la Diputación de Bizkaia.