Fuimos los primeros en denunciar a Juan Carlos.

García Margallo me mintió en el Parlamento.

Viernes 6 de marzo de 2020

 Fuimos los primeros en denunciar en solitario las demasías, excesos, corruptelas de Juan Carlos I. Aquello no era políticamente correcto pero lo hicimos. Posteriormente y tras la cacería de elefantes, se ha abierto la veda aunque, nada más abdicar, lo aforaron entre todos deprisa y corriendo para que no diera cuenta de sus hijos, de sus negocios y de sus francachelas. Pero, por si acaso, le han sacado de todo protocolo. Debe estar cabreado como una mona, pero mejor que no abra la boca.

Que aparezca estos días una información en el prestigioso periódico suizo La Tribune de Geneve sobre un regalito de 65 millones a su amante Corinna por lo bien que se había portado con él y que esa cantidad salía de un pago de cien millones transferidos desde Arabia no debería extrañar a nadie cuando, tras la muerte de su padre, apareció asimismo en Suiza una cuenta que nadie quiso investigar. Muy patriotas, pero el dinero fuera y mal habido.

Me viene a la memoria el hecho de que todos los gobiernos, socialistas y populares, han protegido esta manera de actuar del rey a cuenta de la transición política española y sus equilibrios. Nos la ponían como modelo y ahora estamos viendo que el modelo era muy viejo y consistía tan solo en que un dictador pone a un señor en el trono y éste se dedica a sus mujeres, sus corruptelas y su dolce far niente. Pero de ésto no se podía hablar, hasta que yo saqué mi libro “Una monarquía protegida por la censura” tras una  bronca en el hemiciclo.

García Margallo va de hombre de extremo centro, monárquico y empalagoso. Un liberal español al que solo le falta la armadura aunque en ninguna democracia un ministro que miente ostensiblemente en el Parlamento mantiene su puesto. Ha de dimitir. Pero eso no cuenta en España. Formulada mi pregunta y negada por el ministro García Margallo cualquier relación con Corinna y nada menos que en sede parlamentaria, a los catorce días El Mundo titulaba: «Margallo admite que vio a Corinna en dos encuentros de carácter privado». Según la investigación que había rea­lizado la periodista Ana Romero, Margallo se había reunido con Corinna en noviembre y en diciembre para calmar a los inversores árabes, particular­mente molestos tras la reducción de primas a las energías renovables que había sido decretada por el ministro de Industria, José Manuel Soria.

Además, y según la misma información, el ministro Margallo facilitó a la amiga del rey documentos del Ministerio de Industria—incluidos manuscritos del ministro Soria— para preparar la posición española ante la cumbre energética de los Emiratos Árabes. Bien es verdad, que a través de una nota de la Oficina de Información Diplomática desmintió cualquier entrega de documentación, pero a diferencia de lo dicho en otras oportunidades en esta ocasión  sí se avino a confirmar —sin entrar en detalles— sus encuentros con ella.

El 25 de febrero había afirmado que no tenía noticias de unos supuestos trámites realizados por Corinna, consultora o lobbista internacional en favor de España. «Días más tarde [decía El Mundo], en respuesta a una pregunta del senador del PNV, Iñaki Anasagasti, en el Senado, garantizó que el Gobierno no había hecho ningún encargo a Corinna y que en su ministerio no figuraba ninguna partida destinada a pagar los servicios de lobbistas o intermediarios internacionales.» Entonces, ¿para qué se reunió dos veces? No hubo forma de saberlo.

El PP no quiso entrar en tema tan espinoso ni en las mentiras del ministro, pero quedó la inquietud en el ambiente de que una señora, que no representaba a nadie, usurpaba la representación del rey y del Gobierno para sus propios negocios. Al poco, el director del CNI, general Félix Sanz Roldán, tuvo que comparecer en la reunión de secretos oficiales a puerta cerrada sobre la estancia de esta señora en La Angorrilla, situada en El Pardo, y sobre estas reuniones, pero no quiso aclarar nada.

Todo podía resumirse en lo que había dicho en su día, sin ningún sonrojo, el propio ministro García Margallo, quien afirmó que, aparte de dos artículos, el y el 2, el resto de la Constitución «es literatura». Y falta de respeto.

En resumen: monarquía, sí, pero no parlamentaria.

14 comentarios en «Fuimos los primeros en denunciar a Juan Carlos.»

  1. No creo que fuiste el primero en denunciarlo.Lo hizo ya en el año 2000 Patricia Sverlo en su libro»Un rey golpe a golpe»y tambien Jesus Cacho en»El precio de la libertad».Asi que a cada uno lo suyo.

  2. Muchas gracias por el dato.Fui el primero en Tribuna,en el Hemiciclo,con todo el PP gritando.Eran diputados Cacho y Sverlo?

  3. ¿La Casa Real española por culpa del PP y PSOE está podrida de dinero en Suiza?
    El Parlamento conoce las finanzas de la Casa Real sueca.
    El Parlamento conoce las finanzas de la Casa Real holandesa.
    Legebiltzarrak espainiar Errege-Etxearen finantzak ezagutu behar ditu.
    El PP y el PSOE han debilitado políticamente a la Casa Real española.
    EAJk espainiar Errege-Etxea politikoki indartu nahi du.
    Espainiar Errege-Etxeak badaki EAJ euskal Nazioaren boterea dela.
    La Casa Real española sabe que el PNV es factor de estabilidad del Reino español.
    EAJ herria zurekin!. EAJ txapelduna!.

  4. Voy a empezar con: ¡VIVA LA REPÚBLICA! para que no haya dudas.
    El lema de la república Francesa es: Liberté, Egalité y Fraternité, una vez descubiertas las intenciones en el ReyNO de España, donde estamos, de momento, NO se cumple ninguna de ella. Enfrente de Liberté se pone una «Ley Mordaza», enfrente a Egalité el ReyNO de España pone una Monarquía, impuesta por un dictador genocida y en el Estado español la Fraternité viene impuesta por «narices». Un Estado que tiene un Ministerio de Igualdad, NO puede defender la Monarquía que es lo mas contrario a la Igualdad.

  5. En la posble denuncia de la dama contra el sangreazul avaricioso se dice textualmente que la amenazas tienen como objeto que la tita Corinna «no revele secretos de estado».
    Si eso es así, implicaría que en sus noches de confidencias, el campechano le susurraba al oido secretos de estado.
    Y eso sería un delito de traición. En una democracia sería funesto para J.C.
    En España, obviamente no.
    Respecto al conocimiento de las andanzas de este personaje quiero hacer valer el hecho de que fue el senador Iñaki Anasagasti el primero en hacerlo desde un cargo electo y desde la capital del reino, con mucho valor y con datos.
    Los libros tienen la difusión que tienen.
    Que un senador diga que el rey se est´forando llama muchísimo más la atención. Sería prolijo el listado de insultos a Iñaki en las hemerotecas
    También deseo destacar que esa rumorología que existía desde sus primeros años de reinado era «tapada»cariñosamente por la sociedad.
    Lo máximo que se decía por lo de sus amantes era alabar su potencia sexual, desde el más rancio machismo.
    Y si cobraba comisiones se pensaba que era legal y que se lo merecía.
    Ahora somos todos muy valientes. En los 70 y 80 no.

  6. Buenos días, don Oñaki.

    Esta es una pregunta para usted, que conoce mejor el Parlamento y las limitaciones políticas…

    Si cuando Juan Carlos Rey estaba en Botswana públicamente reconocido ¿quién firmaba el B.O.E.? Evidentemente, él no, y apareció firmado en esas fechas. Entonces, ¿las leyes y acuerdos refrendados por el rey en el Boletín tienen validez oficial?

    Si no es así, sería interesante indagar las consecuencias de la nulidad de esos refrendos.

    Un saludo.

  7. Mis disculpas por escribir Oñaki en vez de Iñaki. A pesar de haber releído mi texto, se me ha pasado por alto semejante gazapo. Si me permite la broma… «Hasta el mejor escribano comete borrones».

    Me disculpo otra vez y hasta pronto.

    Un saludo.

  8. Solo dije y afirmo que Sverlo y Cacho no tienen nada que envidiar a diputado alguno y si viceversa, y sus libros son mejores, y toma censura.

  9. Estupendo.Pues opinas en sus blogs.No es obligatorio escribir en este demediado medio del pulgarcito fiscal acusador de una monarquia corrupta conocida desde dentro.

  10. Pues este diputado hizo una pregunta parlamentaria sobre el tema que contestó el gobierno diciendo que si lo había firmado él.Era mentira,pero me contestaron.Y lo escribi en mi libro «Una Monarquía nada Ejemplar».

  11. Iñaki, cuando uno escribe debe de saber recibir respuestas al igual que cuando debate. Eso de querer tener la última palabra no queda nada bien, cuando la otra parte argumenta y no falta al respeto.

    Respecto a la monarquía española, o la Republica francesa me la traen al pairo, no soy español, soy vasco. y NINGUNA monarquía es ejemplar.

    Cuando uno habla de monarquía española dentro de si abriga ese españolito que asoma.

  12. Aclarado. Lo mandaron desde Madrid a Botswana para que lo firmara (el B.O.E.) y lo trajeron rápidamente de vuelta (por dios, qué menesterosos).

    ¿Un poco de asquito, no..?

  13. La protección al emérito es una vergüenza, la protección al rey presente y pasado es mucha más vergonzante. Si a alguien hay que vigilar es al Jefe del Estado, y más cuando es el único «ciudadano» que no es igual al resto.

    Por comentar, el exministro del PP se llama Margalló, aunque parece que a él le gusta decirlo mal. Es una palabra en catalán, la palmera enana, el palmito. Decir Marg(á)llo es una paletada y una palabra inventada que no existe ni en castellano ni en catalán. En castellano es Margallón y como dice la RAE viene del catalán Margalló.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *