Los planes de Leopoldo

Sábado 23 de julio de 2022

Hacía tiempo  que no le veíamos a Leopoldo Zugaza. Han sido dos años duros para él. La reclusión sufrida por todos en virtud de la pandemia, el fallecimiento de su esposa, una caída, operaciones varias, el tener ahora que desplazarse en silla de ruedas y el ansia de volver a casa le han golpeado duramente a sus noventa años. Pero sigue como Johnnie Walker vivito y coleando, inquieto y planificando cosas y ahora que oye mejor nos convocó en Durango a su restaurante preferido a unas diez personas para decirnos que sigue en la brecha y queriendo dar buena guerra cultural tras haber logrado editar hace meses  una colección de libros  increíble  sobre el periodismo vasco en  su Boletín del programa de estudios vasco americanos, en todas sus facetas, entre ellas el  caricaturismo. Le ayudé a seguir la pista a Celedonio Otaño, gran pintor y dibujante, y ahí está el trabajo logrado con datos inéditos facilitados por su familia. Le recuerdo a Jokin Inza vendiendo aquellas caricaturas de personas de la colectividad para sufragar los gastos de la radio clandestina.

A Lepolodo le interesa, le ocupa y le  preocupa la cultura vasca. De siempre. La ve muy burocratizada, pendiente de subvenciones y ante un staff de gentes, a veces, muy poco sensibles a las mil manifestaciones de este pueblo. Se queja con razón que los responsables no dedican ni un segundo en escuchar a personas con experiencia y una larga trayectoria de siembra y trabajo y que han vivido como él bajo la dictadura habiendo logrado crear un hueco para que manifestaciones de todo tipo no se perdieran. El adanismo que vivimos considera un fastidio escuchar la voz de la experiencia y él ante eso, quiere hacer algo propio al margen de tocar puertas que le digan como a Larra, ”vuelva usted mañana”, tras haberle hecho esperar en la antesala, sin el menor respeto ni a la edad, hora y media. Nos contó varios casos con nombres y apellidos de esa garrulería que hoy se vive y que desgraciadamente no tiene sanción alguna.

Quedó en llamarnos a todos los asistentes personalmente para explicarnos sus planes.

A mí me maravilla que haya gentes de esta entidad y en este país que se mira tanto a su ombligo y que de manera altruista se ocupan y preocupan de las mil facetas que tiene la cultura y del legado recibido para que éste no se diluya en el marasmo de la mediocridad.

En su día escribí un artículo que se titulaba, “Necesitamos más Leopoldos”. Pasado el tiempo, lo cuantifico. Necesitamos cincuenta Leopoldos en todas las instituciones vascas. Como mínimo.

Un Lehendakari multiuso

Viernes 22 de julio de 2022

Por ley de Gobierno quien ha sido Lehendakari mantiene la cortesía del apelativo Lehendakari. La sociedad vasca reconoce la labor desarrollada y el haber sido la representación del país. Está muy bien. Las formas en democracia son el fondo.

Patxi López fue Lehendakari desde  2009 al 2012. Nos dijo que nunca aceptaría los votos del PP pero llegado el momento, a pesar de haber ganado Ibarretxe las elecciones, le cogió la mano a Antonio Basagoiti y la misma noche electoral, mirándole los ojos a Antonio donde dijo digo, dijo Diego. Se comprometió y gobernó gracias al PP. Habida cuenta que en Moncloa estaba Rodríguez Zapatero se comprometió a desarrollar y cumplir todo el estatuto, pero no lo logró. Igual fue mejor pues algunas competencias las negociaba  a precio de gallina flaca.

Patxi López es un pata negra socialista. Hijo del resistente Lalo López Albizu, diputado  en le primera legislatura, constituyente de 1977, su hijo es persona  de buen talante, cordial y cercanía. Es una persona normal, algo hoy en día difícil de encontrar en gentes que ostentan un cargo.

Terminado, anticipadamente  su mandato en Ajuria Enea  se fue a Madrid. Llegó a ser unos meses presidente del Congreso gracias a los votos del PP que le recuerdan que hasta ahora todo lo que ha sido en el mundo  institucional, lo ha logrado con los votos del  PP, aunque no con este nuevo cargo que va a tener de portavoz, designado a dedo por Sánchez, su contendiente interno, a pesar de que en la campaña interna le dijo en el debate, ”Pedro, ¿tú sabes lo que es una Nación?”. No sé si él lo sabe ni si considera a Euzkadi una Nación, pero el caso es que está de nuevo en Madrid en un importante puesto de representación y lucha política española.

Me han preguntado por ello y les he dicho que son muy libres de hacerlo pero que para mí un ex lehendakari es una figura muy importante y no me gusta se vaya a Madrid a hacer política de partido. Antón Losada ha dicho lo mismo sobre Núñez Feijoo.

Al PSE se le llena la boca diciendo que son más antiguos en Euzkadi que el PNV. Es verdad, pero no el compromiso de sus dirigentes  con el país ya que viven solo pensando en cómo llegar a Madrid de lo que sea. Es la estación términi. Suspiran por ello. Euzkadi se les queda muy pequeña.

Txiki Benegas, Ramón Jauregi, Claudio Aranzadi, Rosa Diez, Rodolfo Ares, Carlos Solchaga, Joaquin Almunia, Javier Rojo, Enrique Múgica, Eduardo Madina, Patxi López todos emigran y se residencian en Madrid y vuelven de vacaciones. Están en su derecho pero me parece una buena fotografía sobre  cuál es para estos dirigentes del PSE la patria grande y la patria chica.

¡Suerte Patxi!.

Aperitivo en la terraza de Lendakaritza

Jueves 21 de julio de 2022

Lendakaritza. Así se llamaba en 1936 donde estuvo el despacho del Lehendakari José Antonio Aguirre.

Este miércoles viví un momento irrepetible. La fotografía está obtenida  en la terraza del Hotel Carlton sito en la Plaza Elíptica de Bilbao, no en la Plaza Moyúa. Así se llamaba y le llamamos los que no queremos nombres impuestos por la dictadura, en este caso por el alcalde Areilza que nada más entrar las tropas sublevadas en Bilbao el 19 de junio de 1937, quitaron de esa terraza el letrero de Lendakaritza y cambiaron el nombre a la Plaza Elíptica por Moyúa un alcalde de la dictadura de Primo de Rivera.

Estar por tanto allí era un puntazo, mucho más con los supervivientes de cien batallas. Los presentes recordamos como desde esa terraza el Lehendakari Agirre saludaba y recibía el homenaje de los batallones vascos, junto a sus Consejeros. Y recordamos como en la película Los Hijos de Gernika se ve esa escena, con su comandante al frente, el dirigente de ANV, Tomás Mitxelena a quien saludábamos todos los lunes en Caracas  cuando íbamos a la reunión de EGI. Tomás, con su vieja bata, su nariz kilométrica, tenía un chiringuito, junto a nuestra sala de reuniones en el barrio de La Candelaria en Caracas, donde arreglaba radios. Nuestra sala de reuniones cargada con sus estanterías de libros y de ikurriñas así como de  la revista Gudari, estaba pegada al chiringuito de Tomás, el comandante de gudaris.

De eso y de muchas cosas hablamos tomando el aperitivo y más contentos que si estuviéramos en la Costa azul. Con la excusa del viaje a Euzkadi desde Caracas de Kepa Lekue con su familia, Koldo nos llamó y allí acudimos.

Kepa nació el mismo día del bombardeo de Gernika en Getxo, donde se había refugiado su familia oriunda de Arrigorriaga. Tiene pues 85 años y está como un motor de Fórmula. ¡Ya quisiera Biden tener su lucidez, su marcha, sus recuerdos, sus ganas de seguir dando clase, como lo sigue  haciendo en las Universidades Central y Metropolitana de Caracas. Casado con Karmele Bilbao, nacida en Cumaná y sobrina del jugador del Athletic Gerardo Bilbao y hermana de Jontxu Bilbao, que allí estuvo con nosotros. Jontxu es bisnieto del alcalde de Bilbao Ernesto Ercoreca.

Mi hermano Koldo ha escrito el libro “Clandestina”, muy recomendable para el verano, donde cuenta aquella peripecia secreta que funcionó en forma de emisión diaria en onda corta desde Venezuela. Kepa con Jon Gómez, Jon Mikel Olabarrieta (nieto del último alcalde de Deusto) y José Joaquin Azurza, eran los técnicos de aquel invento que incluso tenía un aparataje  para que  la radio no se oyera en Caracas, ya que era clandestina. Lo malo era que las vacas al pasar, lo movían y había que ir corriendo a arreglarlo. Los transmisores los había adquirido Azurza en una subasta de la compañía petrolera Shell  y los llamábamos Pedro y Pablo. Kepa nos contó, cuando había alguna avería, le llamaba con su castellano machacado Ixaka Atutxa, el cuidador del lugar, en los valles del Tuy.

”Oye Kepa que Pedro se ha puesto enfermo” y Kepa salía escopeteado a Macuto a arreglar el aparato. Nos contó como siguiendo las órdenes del bergarés Jokin Inza mantenía el secreto más absoluto y tuvo que ser Joseba Rezola quien en un viaje de la pareja a Donibane le contó a Karmele en lo que andaba para que ésta no sospechara de una doble vida.

Y estuvo en la terraza  Iñaki Erkoreka al que llamábamos Fosforito que se trajo en la mano desde Caracas una bombilla de aquel invento y lo guarda en una vitrina en Getxo como si fuera el busto de Nefertiti. Jon Gómez nos narró sus vivencias técnicas y políticas y de como le abordó al profesor que en un examen les preguntó por las antenas romboideas, clave de aquella radio para cruzar el Atlántico con sus ondas. También Jontxu Bilbao, cuñado de Kepa, hermano de Karmele, muy joven en la época nos contó como casi se muere con trece años cuando en una excursión  colegial de La Salle  del Instituto de Ciencias Naturales del Hermano Ginés en el monte Ávila le picó una culebra mapanare y casi cruza el páramo vital por lo venenosa que era. ”Menos mal que la matamos y la  llevamos al médico para que la viera y vio la gravedad del asunto y me hicieron un cambio de sangre arrecho” nos contaba con su deje venezolano tan entrañable. De la terraza se fueron él y Kepa a la librería Cámara en Bilbao, donde se vende el libro y adquirió dos. Les ha gustado mucho.

Nos pusimos en contacto con la esposa de Alberto Elosegui, Jone, a quien Kepa grababa como locutora en diversos programas. Quedaron en verse en Donostia. Este matrimonio fue de una entrega  total. Toda la vida familiar giraba alrededor de La Txalupa y la propaganda clandestina. Su marido Alberto trabajó en la revista Momento con Gabriel García Márquez. Contaba Jone, que un político socialdemócrata en el poder, Simón Alberto Consalvi, le llamó a su marido para hablar de la radio clandestina y le preguntó como se financiaban y si recibían dinero del exterior. ”¿Del exterior?. De eso nada. Todo lo pagamos nosotros. Se hace rascando todos el bolsillo, con quinielas, ventas de monedas con la efigie de Sabino y a sablazo limpio en la colectividad” le contestó Alberto. Y es que aquello fue una obra altruista de gran entrega y generosidad.

Entre las mil vivencias que cada uno tiene de aquella aventura, contaba Kepa Lekue como debe haber una emisora internacional que da la hora al segundo y que nuestra Radio Euzkadi se metió en su dial y de cómo a la hora Venezuela tenía una denuncia internacional pues era desde ese país donde se interfería aquel servicio mundial. Inmediatamente solventaron el problema.

Hablamos mucho de Ixaka Atutxa y de cómo vivió como un Robinson metido en una caseta de uralita, y poniendo en marcha aquel artilugio todos los días, incluso cuando se emborrachaba como una cuba los fines de semana.

Fue muy agradable contar batallas y escuchar lo hecho  de una página épica y quijotesca de la resistencia vasca. Lástima que en EITB estas cosas no interesen y no haya esa visión histórica de por lo menos grabar a los protagonistas toda esta parte histórica. En los archivos de Radio Euzkadi no hay nada y tampoco interés en conservar nada.

Trece años de un montaje de este tipo da para una serie de Netflix porque lo tiene todo. Igual algún día se hace.

Lo dicho. Fue un aperitivo único en la terraza de Lendakaritza en la plaza Elíptica de Bilbao. Para nosotros el franquismo no sigue ganando la guerra con Moyúa al frente.