La doble vara de medir en Ermua

Lunes 11 de julio de 2022

Si…, hoy en día gracias a Dios, ETA terminó, ¡ojalá no hubiera existido nunca! (tampoco la del señor Juaristi o las que estuviesen mientras Savater escribían en EGIN). 

Sabemos que Victoria Prego (musa de la transición), de periodista y demócrata, nada de nada, pues «escondía» a la población las declaraciones de Suárez reconociendo que la monarquía se había introducido tramposamente (como tantas cosas en España) en la constitución y Prego en vez de informar y denunciar este hecho, cooperó con esa farsa, callándola (vaya periodista) y apoyándola en vez de dejar elegir al pueblo si quería república o monarquía (vaya demócrata), pues según ella al pueblo le convenía la monarquía (ya se está viendo, sí…) y pasará a la historia como la que lanzó el «A POR ELLOS» (según ella contra ETA, pero luego se vio que iba mucho más allá, finalmente se aplicó contra los catalanes, que no mataban a nadie, «A POR ELLOS…», «de aquellos barros, estos lodos»).

Y si, partidos, medios de comunicación, presuntos intelectuales, se lanzaron contra el nacionalismo vasco, jaleando (sin hacer ninguna pedagogía hacia la población española, sino al contrario, azuzándola…), no les salió bien y el PP terminó perdiendo las elecciones en 2004  porque dijo que el 11 M lo  había hecho  ETA. Ahora Totorica, alcalde «todoterreno» del PSOE en esa época de Ermua y muy relacionado con el Foro de Ermua, discrepa abiertamente contra los actos del PP, que increpan a Pedro Sánchez (seguidos de partidos, políticos y presuntos intelectuales, en muchos casos, los mismos…), que jalean (sin hacer ninguna pedagogía hacia la población española, sino al contrario, azuzándola…).

Mala suerte…, cuando las cosas se usan injustamente contra unos y se participa en ello, en otro momento se usa contra cualquier otro con la misma demagogia, incluso contra ti mismo…, mala suerte…, ¡así es el país!. Lo mismo ocurre con las víctimas, pobres víctimas de ETA, pobre Miguel Ángel Blanco, pero en España hay otras víctimas de muchos tipos y no puede haber clases o niveles entre ellas.

Decían que sin violencia se podría plantear cualquier cosa política, Reino Unido (tierra que padeció al IRA) en Escocia y España en Cataluña, demostraron que esto no era así (eso si, nunca creímos que fuesen a cumplir con esto, con lo grave que es).

Ahora la guerra sucia y las cloacas, España las aplica poniendo micrófonos ilegales a todos los que puede y haciendo campaña sucia contra otros españoles (PODEMOS, Villarejo, Cospedal, Ferreras, etc.), mientras partidos políticos, periodistas y presuntos intelectuales (en muchos casos los mismos…), jalean (sin hacer ninguna pedagogía hacia la población española, sino al contrario, azuzándola…).

«A POR ELLOS», sin cambiar (ni pensar hacerlo), sin dimitir nadie, ni pedir perdón. ¡ASÍ ES ESPAÑA! y lo ha sido a través de la historia…, ¿leyenda negra?, ¡no!, el día a día cotidiano (como la crisis o pobreza, ¡un clásico!).

  • Nombre del comentarista: Sony

Foro de Ermua: Nacionalismo = ETA. ”A por ellos”.

Domingo 10 de julio de 2022

Esa fue la consigna y la matriz de opinión que Jaime Mayor Oreja, con sus medios afines, trataron de consagrar. No había distinción entre el terror de ETA y un Partido contrario a cualquier tipo de violencia. El culpable era el nacionalismo vasco que había sembrado la semilla del diablo. Lo comenzamos a ver a los dos días del asesinato. Lo vivimos en la manifestación de Madrid tras el asesinato, hace 25 años, de Miguel Ángel Blanco.

Cuando Victoria Prego gritó en la Puerta del Sol el “A por ellos con la palabra y la justicia” sabía bien que todos los medios hablarían solo del “A por ellos”, como así fue. Y en ese  “A por ellos”, estábamos nosotros.

Mi agenda de  aquel lunes de hace 25 años me dice lo siguiente:

Lunes, 14 de julio de 1997

Llego por la mañana a Sabin Etxea. En el despacho de Arzalluz analizamos la situación. Le digo que voy a Madrid. Y salgo en coche. Como en la habitación del hotel y a las cuatro y media estoy en la sala Mariana Pineda del Congreso de los Diputados. Como novedad, la presencia de Esquerra Republicana y de Pilar Rahola. Ciscar y Belloch por el PSOE. Joaquim  Molins, Josep Sánchez Libre y  Josep López de Lerma por CiU. Mucha gente y la misma sensación de siempre. Lo vasco puesto encima de la mesa y once cirujanos operando, la mayoría, algunos sin ningún conocimiento de causa, aunque sí una constatación: el reguero emocional había sido el mismo en Canarias, que en Ciudad Real y todo aquel que se preciara había estado en-algún acto de condena o en el funeral. Hubo un cierto complejo; un cierto exhibicionismo, un cierto dolor y un cierto arrastre de los acontecimientos. Gente impensable se había desplazado a Ermua, porque lo políticamente correcto era eso. Era asimismo explicable. matar a un ser humano en diferido, con 29 años, de rodillas y con dos tiros en la nuca añadía a la aberración del acto, la crueldad del mismo.

Congreso de los Diputados. Reunión a puerta cerrada. Clima de colaboración. El ministro quiere la foto de unidad.

Dice que no se puede defraudar a la ciudadanía, como se ha hecho en otras ocasiones, que no se puede mantener un discurso de unidad y que a la semana desaparezca y que el esfuerzo hay que hacerlo en una estrategia de ruptura con HB hasta que no rompa con ETA. “Mientras se mate no hay nada que hacer», dice. Apunta un calendario de trabajo que ya estaba muy avanzado por Atutxa en reuniones con la ministra de Justicia, el vicepresidente, el presidente de la Audiencia, el fiscal, el ministro del Interior, el consejero Jáuregui, con el análisis de modificaciones legislativas relacionadas con los juicios rápidos en la Audiencia Nacional, las contramanifestaciones violentas, el artículo 577 del Código Penal en relación con el delito de estragos y una reflexión sobre el de amenazas. Ni cumplimiento íntegro de las penas, ni pena de muerte, ni nada parecido. No sonaba mal.

Cuando me tocó intervenir, hice una serie de consideraciones sobre lo dicho, las medidas tomadas y los hechos vividos para acabar pidiéndole al ministro que interviniese acerca de los medios de comunicación para que tuvieran cuidado, sin coartar la libertad de expresión, en ese intento de linchamiento al nacionalismo que se estaba apuntando, que se enfriara la situación e hiciera una apelación a la serenidad colectiva.

En una cena, una semana después, en su despacho de la Castellana, con txakoli y la bandera donostiarra en la mesa, nos dijo que estaba de ronda de conversaciones con comentaristas políticos y responsables de prensa.

La reunión fue muy tranquila, habida cuenta de las circunstancias, y todos salimos en la foto ya que la imagen, como medio, era el mensaje.

La acumulación de hechos, el funeral, el Pacto de Madrid, las manifestaciones, hicieron que esa foto pasara desapercibida. Y, sin embargo, tuvo su importancia.

Salimos todos a la manifestación de Madrid desde Cibeles. Me dicen que tengo un lugar en la cabecera con la pancarta. Comentan que viene Ardanza. El peso de la organización cae en el PP y en los sindicatos, por cierto, deseando dos cabeceras. Una de fuerzas de ámbito estatal y otra segunda con los demás. Dicen que estaban molestos por la ubicación que habían tenido en Bilbao. Al final estamos en cabeza tres nacionalistas: Ardanza, Atutxa y yo. González de Txabarri, cerca. Finalmente se incorpora Lasagabaster, que por no ir al Pacto de Madrid y por ser del Grupo Mixto no estaba contemplada su presencia.

La organización es buena. Los sindicatos saben de qué va la cosa. No habían dicho dónde está la cabecera. Aznar tarda en llegar. Inopinadamente llega el presidente del Líbano cargado de guardaespaldas. Parecía una película de Berlanga. Saluda a Aznar y se va.  Felipe González busca su ubicación. No saluda. Incorpora a la pancarta a Iturgaiz. Y comienza la marcha. Impresionaban los gritos: «Vascos sí, ETA no», dichos por gentes de todas las edades y a grito pelado. Aznar me dice que escuche el grito. Ni una provocación. Y llegamos a la Puerta del Sol. Nos subimos al estrado. Era la primera vez en la que el PNV participaba en una manifestación de este tipo en Madrid. Atutxa es jaleado constantemente. A plaza llena, Victoria Prego, que siempre nos había tratado con respeto, lee su alegato contra la violencia. El «a por ellos, con la palabra y la justicia» se presta a equívocos y se lo digo. Me dice estoy equivocado. El tiempo me da la razón. En los cinco interminables minutos de silencio, un espontáneo saca la trompeta y toca una balada de retreta. Otros jalean a Atutxa, algunos piden que hable Ardanza. Detrás de nosotros, jóvenes con velas y cirios encendidos. Todo de difícil catalogación. Bajo el estrado, autoridades, partidos, el ex presidente de Uruguay, banqueros …

Adolfo Suárez, al terminar le dice a Atutxa que si le deja lo hace alcalde de Ávila. Estaba muy emocionado. Y de allí salimos Ardanza, Atutxa, Txabarri y yo. El Lehendakari sale hacia Ajuria Enea. Nosotros, Txabarri y yo, nos quedamos en el restaurante Araceli de San Agustín de Guadalix a cenar con Juan María Atutxa. Lo que iba a ser un breve comentario, se prologa hasta las dos de la madrugada. Teníamos necesidad de hablar. Atutxa nos cuenta sus cuitas y nosotros las nuestras. Es mucha la tensión acumulada. Descargamos adrenalina y volvemos a Madrid. Atutxa a su casa.

Se puede decir que éste es el periplo, casi cinco días, de alta densidad e intensidad política. Pero a partir de ahí, se monta el Foro de Ermua como plataforma mediática para atacar al nacionalismo. Comenzó ahí.

Como vivimos el secuestro y el asesinato de Miguel Ángel Blanco

Sábado 9 de julio de 2022

Recupero un trabajo que me solicitó en su día María Antonia Iglesias sobre cómo vivimos el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco y el inicio de la campaña contra el nacionalismo vasco democrático. Dejo el jueves del secuestro y el viernes de la agitación tratando de salvarle la vida y nos vamos a aquel fatídico sábado.

Sábado 12 de julio 1997.

Me cito en Sabin Etxea a las once con los diputados González Txabarri y Margarita Uria. Vamos andando por la Gran Vía al lugar de concentración. A la altura de la Plaza Albia, me aborda una persona. Me dice es valenciano y había salido de Valencia a las cuatro de la mañana. Sin detenerse, acababa de llegar, exclusivamente para la manifestación y en muestra de una solidaridad que agradecimos. Hacía calor. Pasamos a los bajos de la delegación del Gobierno Vasco en Bilbao. Allí saludamos a Cascos, Tocino, Pujol, Zaplana, Anguita, Ardanza, y un muy largo etcétera. Había mucha gente y demasiados organizadores. Al final hay dos cabeceras. Se había acordado que la manifestación la encabezaran los miembros de la Mesa de Ajuria Enea y el presidente Aznar. Nosotros estábamos en medio de las dos pancartas y unos y otros pedían que la suya se moviera. Cascos me dice: «Esto de las pancartas en Bilbao es más difícil de mover que el «Guernica». Al fin da comienzo la movilización. Mucho joven, muchas familias, mucha gente en las aceras y en los balcones, mucho grito de «Libertad» y mucha palmada de un pueblo, como el vasco, muy poco gestual. Impresionante. Lo nunca visto. Ante tal gentío y tal bloqueo, hago lo que muchos. No llegar al Ayuntamiento e ir a casa a verlo en directo por televisión. Aznar dio muestras de que no buscaba lo que él llamaba “la unión de los demócratas”. Aquella cabecera del Pacto de Ajuria Enea sin Aznar lo decía todo.

Todos los informativos hicieron hincapié en la importancia de la manifestación, las personalidades asistentes, la apuesta popular por la liberación del concejal, la sacudida del miedo. Y llegaron las cuatro de la tarde. Fatídicamente sonó el teléfono. Cerca de las cinco aparece en Lasarte un hombre maniatado y con dos tiros en la cabeza. Total estremecimiento. Llaman todas las radios. Llama TVE que realizaba un directo desde la terraza de los estudios en Bilbao. Al ir a la entrevista, veo, frente a la Universidad de Deusto, una manifestación de unas ochenta personas de HB. Marchan desenfadadamente. Celebran un aniversario y la cosa no va con ellos. Parecían de otro mundo. Cuando me toca hablar con Sáenz de Buruaga, les denuncio. Y sigo el periplo. Voy a Euskal Telebista, a Radio Euzkadi, a A-3 y al Ayuntamiento de Bilbao donde T-5 había improvisado un plato. El impacto había sido brutal pues si tras el juicio de burgos ,Franco no había fusilado a los condenados, ¿Cómo era posible que en 1997 se matara fríamente a un chaval de un pueblo  con los ojos vendados, de rodillas y con dos tiros en la nuca?. Toda la tarde nos pasamos en la pura y estéril condena porque al mundo de HB le entraba por un oido y le salía por otro. A las nueve voy a la sede del PNV, en Sabin Etxea. Iba solo. Al pasar el puente un joven de HB, me insulta cargado de odio.

Llego a Sabin Etxea. El servicio de seguridad me abre la puerta. La oficina de prensa está abierta. El responsable, Javier Vizcaya, me sigue poniendo deberes. Hay que ir a A-3. Miguel Ángel Blanco, está moribundo. Y vamos a A-3. Allí está la responsable de Eusko Alkartasuna, Begoña Lasagabaster. Desde allí le llamo a Arzalluz. Comentamos la manifestación y la brutalidad del hecho. Me dice: «si no condenan este atentado no estarán legitimados para hablar de ningún derecho de nadie. Quienes defiende tantos derechos y se niegan a condenar el quitar una vida, y no por sus actos, si no por actos de otros; a un pobre, con todo respeto, concejal de Ermua del PP, que le ha tocado la ruleta de ETA, no están legitimados para reclamar nada. Y esto se lo vamos a decir cada vez más».

«No es que estos derechos de otros no existan, es que ellos no están legitimados a reclamarlos cuando niegan todos los derechos a otros -añadió-. Como ha dicho el Lehendakari, la misma vara de medir vuestros derechos y los de los demás».

En este sentido; recalcó que esto no es propiciar el aislamiento social de HB, «esto es auto deslegitimación. Nosotros no les echamos, pero si no comprenden los sentimientos normales del pueblo… Ha habido hombres y mujeres, que no entienden de política, pero vienen a la manifestación por el horror primario de ver que le van a matar. Y eso lo ve todo el mundo menos los dirigentes de ETA».

Añadió, además, que si los estrategas de ETA creían que iban a mejorar las condiciones de los presos con este secuestro e intento de asesinato, «han conseguido lo contrario. Estoy seguro que la percepción de la mayoría de los presos de ETA es precisamente ésta, que su situación ha empeorado. Con lo cual, una vez más se ve que los presos son un elemento de lucha y no hay ningún interés en mejorar su situación»».

Llego a casa arrastrando los pies. Las emociones, el calor, la tristeza y la intuición de que, una vez aclarada la terrible situación de Miguel Ángel, los disparos dialécticos iban a ir contra nosotros, me abruman. Desgraciadamente acierto.

Domingo 13

Salgo a comprar la prensa. Me quedo toda la mañana en casa. Me llama Fernando Delgado. Preguntas agresivas. Dejo la radio puesta. Una señora de Granada y uno de Valladolid, me ponen a bajar de un burro. Sigo con la radio puesta, Pilar Miró pide la dimisión de Ardanza, Arzalluz, Anasagasti y del Obispo Setién. Delgado asiente. Recuerdo a Miró cuando tuvo que dimitir por su affaire en TVE y cómo le defendimos. La misma que organizó la boda de la Infanta. Y no dice nada del silencio de la Casa Real. Ese si que fue un silencio clamoroso. Tres días de silencio. Nadie en la manifestación. Y sin embargo el Príncipe había tenido tiempo en Granada para bailar con la hija de Clinton, Chelsea. Pero el culpable, vuelve a ser el PNV. Desesperante. Interviene Joaquín Estefanía y dice que había que lograr que el PNV pasara al bando de los demócratas. No puedo más y apago. Pero vuelvo a encender la radio. Una radio que hasta las dos de la tarde había abierto sus micrófonos al público. Críticas durísimas contra el PNV, contra Setién, contra el nacionalismo vasco. Uno pide ir a las cárceles a matar etarras. Los más la pena de muerte. Indignado llamo a la emisora. No está el responsable. Le digo que una radio es un servicio público y que en momentos de tensión no se pueden abrir los micrófonos a gente exaltada. Llama también el presidente de la Ejecutiva de Bizkaia. Llama el jefe de prensa. Le dicen que así es la libertad de expresión. Sinceramente, fue el momento más duro. Aquella era la libertad de insulto.

Por la tarde acuerdo con el Diputado General de Bizkaia y con el presidente de la Ejecutiva del PNV de Bizkaia nuestra presencia en la capilla ardiente. Y llegamos a Ermua. El pueblo ardía en indignación. Sorpresivamente, la gente nos aplaude. Al parecer no escuchan las tertulias. Llegamos al Ayuntamiento. Estaban instalando la capilla. El calor era insoportable. La escalera no aguantaba más. Estaba los componentes de la Mesa de Ajuria Enea rindiendo homenaje. En eso el alcalde de Ermua, Carlos Totorica, me pide acompañe al Diputado General de Bizkaia y al Presidente de las Juntas Generales a pasar a la capilla ardiente, antes de abrirla al público. Llego junto al féretro. No deseo ver el semblante de Blanco. Y saludamos a Cascos, Acebes, Tocino, Arenas, Iturgaiz, Barrios… Y vuelta a Bilbao. Llegamos a la sede de Sabin Etxea. Arzalluz estaba en su despacho. Nos cuenta la segunda reunión de la mesa de Ajuria Enea. Comentamos muy preocupados la situación. Le narro lo oído en las tertulias. Se altera. No hay derecho. Sin embargo estaba contento. Le habían recibido muy bien y nadie le había dicho una palabra más alta que otra, sino todo lo contrario. «Es que hay muchísima gente nuestra Xabier, que está muy harta» le decimos, Tenemos que aguantar la ola.

A las ocho vamos a la Plaza Elíptica. Todo lleno. Nos abrimos paso. La gente le da palmadas a Arzalluz. Llegamos al centro, junto a la fuente, donde Gesto por la Paz, prepara la pancarta y el acto. Arzalluz saluda por primera vez a Monseñor Blázquez. Los periodistas pierden la noticia. Noscolocamos con la pancarta. Un chaval, que fue del PNV y ahora es del PP, lee en euskera y castellano, lo aprobado en Ajuria Enea. Se oye la provocación de una megafonía de HB. La gente está muy exaltada. Termina el acto. Encontramos mucha simpatía. Vuelvo a casa andando con Arzalluz. Somos vecinos. Pasamos el puente de Calatrava. Arzalluz se queda a comprar unos helados para la familia. Lovisto le había relajado.

Llego a casa. Me llama Ricardo Martí Fluxá, secretario de estado de interior. Me dice que la reunión del Pacto de Madrid pasa del mediodía del lunes, a las 4,30 de la tarde y que si quiero ir al funeral, me resuelven el viaje a Madrid en un avión especial. Le digo que el PNV va a estar muy bien representado y que iré por carretera.