Quien no conoce la historia está condenado a repetirla

Sábado 7 de enero de 2023

En ocasiones, escucho entre gente decir cosas que en años no escuché, cosas como que con Franco estábamos mejor y similares (dichas muchas veces por gente joven o que pertenecían a ideologías contrarias al franquismo), ¡Que fácil  es hablar de forma frívola de las dictaduras cuando no se han vivido!,.

Esto se debe bajo mi punto de vista,

1.- a que la gente no encuentra su lugar en la sociedad y luego existe un cierto desencanto con los proyectos políticos, como puede ser la democracia u otros, pero

2.- también creo que mucha culpa de esto, se debe a que no hay un relato crítico, democrático y común (entre historiadores, colegios, universidades, medios de comunicación, intelectuales, políticos, ciudadanos de la calle, etc.), de lo que fue la II República, el golpe de estado, la guerra civil, la dictadura, la transición y la restauración de la monarquía parlamentaria, y  al no existir dicho relato común (como si por ejemplo existe un relato crítico democrático común en Alemania sobre lo que fue la Alemania nazi y la II guerra mundial), al no existir dicho relato, cada uno tiene una idea sobre lo que allí pasó (lo viviese o no) y además permite también que entre esas opiniones entren opiniones tendenciosas radicales de extrema derecha, porque como no se hizo, ni se hace, ni se va a hacer un trabajo así (como el de Alemania), pues hay lo que hay y podría incluso llegar cualquier cosa y además

3.- esto que pasa con la falta de un relato histórico democrático común, también ocurre con la falta de un concepto político democrático común sobre que es la propia democracia…, en la que como ocurría en el caso anterior de la falta de relato histórico común, cada uno da la opinión que quiere, entran opiniones incluso de la ultraderecha, todas las opiniones pesan igual (tanto del que sabe del tema, como del que no) y así pues puede acabar imponiéndose cualquier cosa, incluso atacar a principios democráticos desde el totalitarismo, en nombre de la democracia y cosas así.

Recordemos el dicho «Los que no conocen su historia, están condenados a repetirla» y como aquí, nadie sabe de nada…, pues eso…, aunque recordemos también aquel otro dicho que decía, «Cuidado con lo que deseas, que a lo peor lo consigues», de ahí la importancia de hacer bien las cosas, pero si se hacen mal o simplemente no se hacen, pues es lo que hay y aquello se puede volver a repetir: 

Sony

Emilio Olabarria recomienda este libro

Viernes 6 de enero de 2023

Emilio Olabarria, profesor universitario, letrado de larga trayectoria institucional como parlamentario vasco, diputado y miembro de la mesa del Congreso así como miembro del Consejo General del Poder Judicial, articulista, asesor  y un todo terreno de la política me ha enviado esta foto con el siguiente texto:

“He leído  con mucho gusto e interés este  libro de mis amigos  los dos Iñakis  y  en primer lugar quiero destacar que me agrada el soporte papel, porque me gusta tocar sus páginas a la hora de leer. Sobre el libro decir que lo he degustado en un santiamén porque es ameno, original, brillante y cuenta cosas con las que estoy de acuerdo y, muchas de ellas las he vivido.  Lo recomiendo”.

Cosas de funerales

Jueves 5 de enero de 2023

Llevamos un cierto tiempo de funerales de los considerados grandiosos, como lo fueron sus protagonistas. En tiempos en los que la liturgia se desvanece ver el espectáculo del féretro de la Reina Isabel paseando por ciudades, no dejaba de llamar la atención, permitiéndonos observar en directo el talante de Carlos III con una pluma y el manotazo en una mesa llena de utensilios que le impedían la firma, uno se reencuentra con la buena información sobre estos  personajes a veces propios de un comic. Sin embargo  ver ropajes, ceremonias, respeto, y todo milimétricamente organizado, llamaba la atención por su grandiosidad.

En otro continente la muerte de O rei Pelé nos mostraba otro tipo de funeral, con paseo del féretro, como el de la reina Isabel II  incluso ante el domicilio de su madre y con mucho pueblo en las calles y en las colas.

El fallecimiento del Papa Benedicto XVI ha sido asimismo todo un espectáculo. A España le critican no haber enviado una representación de mayor jerarquía como la que ha habido de la reina emérita Sofía y del ministro Bolaños. Se hubiera resuelto dándole la representación a Juan Carlos de Borbón que podía haber logrado en el viaje ser redimido de sus pecados.

De todas maneras todo ha sido perfecto y asimismo milimétricamente llevado a cabo. Solo ha desentonado el arzobispo secretario que, frente al silencio de Ratzinger ante Francisco para no amargarle la vida, ha desvelado la incomodidad del Papa Emérito en relación con las misas en latín. A Francisco no le dan tregua, ni con Papa muerto.

Y hemos visto la sobriedad y el análisis unísono ante el fallecimiento del líder de la UGT, Nicolás Redondo. No sé si Felipe González le ha perdonado las dos huelgas que le organizó el de Barakaldo, pero la clase política, sindical, institucional se ha portado bien a la hora de los ditirambos. Como tiene que ser. No hay como morirse a los 95 años.

A mí me sigue llamando la atención como los socialistas vascos no solo aspiran a dejar Euzkadi y marcharse a Madrid sino que les entierran en Madrid, como es el caso de Nicolás Redondo, ”niño de la guerra”, líder sindical vasco, y lo entierran en La Almudena. Se me dirá que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Por supuesto, pero cuando ves a Almunia, Jauregui, Benegas, Madina, Patxi Lopez, Aranzadi, Solchaga, Eguiagaray, ver como su estación termini es Madrid, no me queda más que pensar en el arraigo y en la querencia. ¡Qué le vamos a hacer!.

A Isabel II le homenajearon por no abrir la boca, a Pele por meter goles grandiosos, al Papa por dimitir y a Redondo por oponerse a su propio presidente y partido. Los muertos han descansado y los vivos han homenajeado a quienes ya no dirán absolutamente nada ni les crearán dolores de cabeza.

La vida sigue.