Dos fotos sobre una forma de trabajar

Sábado 28 de octubre de 2023

No, cualquier tiempo pasado no fue en mejor a la hora de trabajar. Nuestros aitites y aitonas quizás no tenían punto de comparación y no se quejaban pero es que no solo metían horas sino que basaban mucho de su trabajo en el esfuerzo físico.
Y cuelgo estas dos fotos que las he visto en el hall de la Cooperativa San Isidro – Gurelur de Mungia. La fotografía de las arrantzales, respetando su trabajo, me parece para ser reproducida en una escultura y colocada en uno de los puertos vascos por su belleza y equilibrio en honor de aquella mujeres que desde coser las redes, recoger la pesca de los barcos, angustiarse por sus maridos en la mar y cuidar a los hijos hacían de todo, como se ve en esta preciosa y dura foto.
Y la segunda es de Azpeitia. Aquí están los nekazaris con sus laias (layas) removiendo la tierra. Otro modelo bueno para hacer una escultura alusiva a aquel trabajo para que no se nos olvide de donde venimos. No todo es el Iphon.

El coro Pizkunde fue la admiración de la cantata criolla

Viernes 27 de octubre de 2023

El coro Pizkunde fue la admiración de la cantata criolla
Dicen que no ha habido mejor coro que el Eresoinka, formado por indicación del Lehendakari Agirre tras la caída de Bilbao. Consideró que los vascos debían mostrar al mundo la cara de un pueblo culto vencido por el nazi-fascismo y a tal efecto se creó el Eresoinka, que por pasarse todo el día ensayando tenía una perfección sublime. Asímismo nació de aquel impulso el grupo de danzas Elai Alai y el equipo de fútbol Euzkadi.
Cuando se inicia la II guerra mundial los vascos refugiados han de exiliarse y algunos de ellos, componentes del coro, llegan a Venezuela y aparte de un Centro Vasco y una Asociación de Socorros mutuos crean el coro Pizkunde.
Pedro Arriaga nos recordó su historia. El Pizkunde comenzó a funcionar en nuestra Euzko Etxea, que estaba en la vieja Caracas entre las esquinas de Truco a Balconcito en el año 1948, en pleno centro de la ciudad de Caracas, bajo la dirección del Maestro Antón Garate y su primera presentación fuera de nuestra casa fue en el Teatro Municipal (para ese momento el más importante de Caracas), invitados por la Asociación de Conciertos, bajo la Presidencia del Maestro Plaza, logrando un rotundo éxito gracias al cual desde ese momento fue el foco de atención del público caraqueño hacia la calidad vocal del pueblo vasco, presentándose posteriormente en varios actos, ya que en Caracas apenas destacaba el Orfeón Lamas, integrado por intérpretes de primera calidad dirigidos por el reconocido Maestro Vicente Emilio Sojo.
Entre sus actuaciones, Pizkunde destacó por su espíritu solidario, ofreciendo su música a enfermos del Sanatorio Antituberculoso de El Algodonal o a los presos de la Cárcel Modelo en Catia, entre muchas otras intervenciones corales. En una segunda etapa logro un enorme reconocimiento gracias a la interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven, bajo la batuta del Maestro Galarza, interpretada por primera vez de viva voz en Caracas sus coros, o así mismo cuando entonaron el Aleluya de Haendel dirigidos por Paulin Urresti, en un montaje teatral sobre la Pasión de Cristo, realizado en la plaza de toros llamada el Nuevo Circo caraqueño.
Pizkunde fue requerido para colaborar con el gran Maestro Antonio Estévez, a fin de estrenar su Cantata Criolla, un hito en la historia musical venezolana, recibiendo el honor nuestro coro de comenzar los ensayos bajo la dirección de este Maestro en nuestra Euzko Etxea del barrio residencial El Paraíso, acompañado del Orfeón Universitario de la Universidad central de Venezuela y algunos solistas. Fue tanto el prestigio del Pizkunde que en un concurso cuya base era el Himno Nacional de Venezuela, por decisión del jurado quedó de segundo, ante las airadas protestas del Maestro Esteves quien consideraba que solo podía dársele el primer lugar al Coro Pizkunde.
Cosas de la vida y del paso del tiempo, aquellos integrantes del coro fueron volviendo a Euzkadi o falleciendo pero dejaron grabado un disco que es toda una joya de coleccionista.

Un equipo de fútbol de exiliados vascos

Jueves 26 de octubre de 2023

Un equipo de futbol de exiliados vascos
El Club Deportivo Vasco, fue un club profesional de fútbol venezolano compuesto por vascos exiliados. “Lo que comenzó modestamente en la imaginación calenturienta de algunos miembros entusiastas del Centro Vasco va tomando caracteres de un éxito sin precedentes”, así se expresó el cronista de la revista Euzkadi de Caracas en abril de 1945. Tras su creación en septiembre de 1944 el equipo de fútbol del Centro Vasco había ingresado en la primera división del país.
Su primer equipo estaba integrado por jugadores vascos: el “gran defensa internacional” Kepa Areso, llegado desde Buenos Aires; “Triki” Azpiritxaga, Gerardo Bilbao, Joaquín Yarritu, Iñaki Irure, Imanol Valdés, Joseba Badiola y Eugenio Olabarrieta llegados del Loyola Sport Club; el bilbaíno José Miguel “Terremoto” Diez que vino de México y Belardi, Jorge García y Félix García del Litoral OSP. Tuvo de directiva a Julián Lizarralde, Juan Olasagasti, Juan Urbistazu, Marquet, Triki, Domingo Irure y José Elgezabal. Su campo era el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela y su escudo el Seirak Bat. Los colores, rojo, blanco y verde. En su debut, el 27 de enero de 1945, derrotó al Deportivo Español. El equipo encabezó la clasificación un tiempo y “Terremoto” Díez con sus 18 primeros goles fue el goleador del campeonato.
Terminaron la liga en tercer lugar.
Los cronistas deportivos coincidían en que el aporte vasco había aumentado la afición al fútbol en Caracas. El 21 de noviembre de 1946 se jugó el primer partido con luz artificial del futbol venezolano, contra la Selección Venezolana en el estadio Cervecería Caracas del barrio San Bernardino, con tres mil espectadores. Tras el puntapié inicial dado por la artista Carmen Amaya, el conjunto vasco se impuso por 4-3. En 1954, fue campeón de la primera división venezolana al vencer al Loyola en un encuentro jugado el día de San Ignacio. El equipo estaba integrado por figuras de primer orden del futbol vasco de aquel tiempo: Elguezabal, Aitor, Guruceaga. Aizpurúa, Mantxobitas, Caballero, Rada, Noel Díaz, Fano, Akarreta, Lazkurain, Arriaga, Cojito, Etxaburu, Garate, Aso, Burgaña, Leizaola, Mantxobas, Ojanguren, Peláez, Duplay y Douglas.
El entrenador fue Joseba Mandaluniz, ex jugador del Athletic de Bilbao y marido de la oradora nacionalista Polixene Trabudua.