Martes 12 de diciembre de 2023
Está bien se hable del Parlamento Vasco en estos días así como de candidaturas que aunque no cubran toda Euzkadi en su representación si lo hace en sus dos terceras partes, que no está mal, habida cuenta de toda la historia negra que hay por detrás, por lo que conviene recordar que si en 1936 no llegamos a tener un Parlamento por culpa de la guerra, eso se rectificó en 1980, concretamente el 9 de marzo.
En aquella oportunidad se eligieron veinte parlamentarios por territorio, ahora 25, y EAJ-PNV sacó un magnífico resultado, el 38,1% y 25 de los 60 diputados. El candidato a Lehendakari fue Carlos Garaikoetxea con el lema de “Todo un gobierno para todo un Pueblo”.
Herri Batasuna no acudía a la cámara legislativa despreciándola y argumentando que era un parlamento vascongado obteniendo 11 parlamentarios. El PSE 9, EE 6, UCD 6, AP 2 y el PCE 1. Había fragmentación pero el PNV pudo gobernar en solitario. Era un buen momento pues se habían ganado 75.000 votantes desde las elecciones legislativas últimas de 1979. Y es que en aquel año se aprobó el Estatuto de Gernika, volvió el Lehendakari Leizaola del exilio y todo era nuevo. Lo que era viejo era ETA que mataba sin parar. Fue el peor año en relación a los atentados.
El Lehendakari Leizaola encabezó la lista de Bizkaia, Garaikoetxea la de Gipuzkoa y Emilio Gevara por Araba. Gevara era Diputado General, así como J.M. Makua que fueron elegidos parlamentarios. Se consideró bueno que esto fuera así.
Fueron tiempos de partir de cero. Primeramente las sesiones se hicieron en la Diputación de Bizkaia, luego en las Juntas Generales de Araba y finalmente, y tras su remodelación, en la actual sede que era el Instituto Ramiro de Maeztu. Se vació, se buscaron en Italia ideas para el hemiciclo, se le dio un logo, un reglamento, demasiado parecido al de las Cortes españolas para mi gusto y nos pusimos a andar.
El actual Parlamento tiene 43 años y fue una lástima y algo incomprensible que pese al Covid no se recordara ese inicio cuando cumplió sus primeros cuarenta años. Esa liturgia es necesaria para recordar de dónde venimos y lo que falta aún por hacer. Tampoco logramos con la actual Presidenta que se creara una Asociación de Antiguos Parlamentarios como la hay en todos los Parlamentos del mundo que se precien. Fuimos a planteárselo Roberto Lertxundi y yo a Gasteiz y nos salió con una salida peregrina y burocrática.
Falleció el año pasado Juanjo Pujana su primer presidente, memoria viva de aquellos años boreales, y ahora quien puede hablar de toda esa puesta en marcha es quien fuera su Vicepresidenta primera Inmaculada Boneta y algunos más que todavía podemos narrar lo que fue aquello y sus debates. Todo esto tiene asimismo su épica. Conté el debate del Himno pero no me olvido del referente a la energía nuclear y el recurrente sobre la violencia y el terrorismo de ETA. Tampoco de cómo nada más iniciar y sesionando en la Diputación de BIzkaia, los trabajadores de Nervacero entraron y nos retuvieron allí hasta la madrugada. Era el país que teníamos en aquel momento cuando todo estaba por hacer mientras pedíamos a ETA que parara, a HB que hiciera política y a AP que condenaran al franquismo, debates en este momento superados, aunque ni Bildu ni el PP hayan renegado de su pasado y encima nos dan clases de urbanidad y tan es así que tras aquel encierro se organizó una manifestación de apoyo a las Instituciones y de una patada mataron al afiliado del PNV, Ramón Begoña.
No hay país sin historia y sin ceremonia y creo que falta en el actual Parlamento alguna dirección pedagógica de lo que significa tener una Institución tan importante como la que tenemos y de cómo se llegó a formar. Un servicio para divulgar y hacer comprensible la historia de este país. Lo digo pues falleció hace un mes Ana Bereciartua, una gran parlamentaria en las dos primeras legislaturas, y a los dos días tuvo una pequeña esquela habiendo sido una pionera en muchos campos. Ningún país democrático que se precie es tan indiferente a la labor de los suyos. Conozco decenas de Parlamento de todo el mundo y no creo haya ninguno con tanta indiferencia hacia lo que es la Institución y sus parlamentarios para el país.
Y viene ahora una nueva hornada de parlamentarios. Si la presencia de la mujer aquel año 80 era minoritaria, hoy supera a la de los hombres y ese es también un dato a tener en cuenta. Muy en cuenta. Y saber ponerlo en valor.
De todas formas destaco esa historia reciente para recalcar como este país ha avanzado muchísimo en todo y, en la actualidad, se agradece el clima existente, un clima democrático que desde la confrontación sigue superando el lastre de un pasado de oprobio. Eso es lo que hay que destacar. También para eso se les paga. Nadie nace sabiendo y conviene poner en valor lo hecho, como hacen los países serios.