AGUR A UNA GRAN LOCUTORA DE RADIO EUZKADI

Sábado 4 de enero de 2025

Recibo ayer este WhatsApp de Unai Elosegi desde Donostia. ”Kaixo Iñaki, quería comentarte para que sepas, que ayer falleció mi ama. Como bien sabes, fue colaboradora activa en radio Euzkadi junto con todo el equipo que lo formaba. Se fue rodeada de todos sus hijos y nietos en paz”.

Su ama se llamaba Jone Insausti Echeverria y era la viuda de Alberto Elosegi Amundarain, una pareja gipuzkoana volcada en el servicio a la Resistencia Vasca, al Gobierno Vasco en el exilio y al PNV. Su marido, Alberto Elosegi, abogado reconvertido en Caracas en periodista, trabajó en la revista Momento con Gabriel García Márquez y Plinio Apuleyo Mendoza. Usaba como seudónimo Paul de Garat y fue el alma de la radio clandestina que funcionaba desde Venezuela, de la revista Gudari, de la película Los Hijos de Gernika y de tantas iniciativas perseguidas por la dictadura. Ella, trabajando  estrechamente  con su marido fue locutora de aquella radio clandestina, secretaria de Alberto en todo y animadora de sus acciones. No se puede escribir la historia de aquellos años sin mencionar a esta pareja de activistas en estado puro. Algo increíble.

Fue noticia cuando en la presentación del libro sobre La Txalupa (Radio Euzkadi) de mi hermano Koldo, entregó a la Fundación Sabino Arana el magnetofón desde donde se grabó la primera cinta para la primera emisión de aquella emisora que iba a durar tres meses y duró trece años. Un trabajo muy meritorio. Asimismo estuvo en la presentación del citado libro en el Batzoki de Gros promovido el acto por José Manuel  Bujanda. Fue la última vez que le vi.

Le recuerdo cuando vivieron unos años en Londres y al venir a Euzkadi por Navidades siempre pasábamos a visitarles y veíamos como con muy pocos medios sacaron su familia adelante, meritoria  familia numerosa compuesta por el matrimonio Jone, Paul, Unai, Leire, Jon y Miren.

Jone y Alberto se casaron en Carcas en 1958 y dejaron ésta ciudad para instalarse en Londres en 1970. En esta capital vivieron en dos oportunidades. Cuando llegaron y Alberto escribía  crónicas desde esta capital. Posteriormente estuvieron en Biarritz dos años y tras esta estancia volvieron a Londres hasta la muerte de Franco. Miembros del BBB de la época fuimos todos a Santurtzi a recibirles ya que llegaban en su coche en el Patricia. Se instalaron en Donostia  ciudad desde la cual Alberto realizaba trabajos para Euzkadi y edición de libros, hasta su jubilación.

Desengañado como estoy de la sensibilidad, el archivo y la política informativa de EITB, y en este caso de Radio Euzkadi, no esperaba una reseña sobre esta mujer bandera que no cejó en conciliar sacar adelante una familia, ayudar a su entregado esposo y ser locutora en euskera y castellano de Radio Euzkadi. Y sin embargo lo merecía y mucho.

Jone, hiciste un magnífico trabajo G.B.

PALABRA DE UGALDE

Viernes 3 de enero de 2025

La voz de Luis Ugalde es una voz que hay que escuchar. Sobre todo en esta hora crucial de nuestro país. Sacerdote jesuita de origen vasco, ha hecho de Venezuela su patria. Ha desempeñado cargos de altísima responsabilidad en la orden de los jesuitas, provincial de su congregación, rector de la Universidad Católica Andrés Bello que, bajo su dirección, creció, maduró (con acento) y se convirtió en una referencia de primer nivel en la educación superior del país. La educación es, por cierto, una preocupación permanente de este hombre que apuesta por una gran alianza nacional para rescatar las aulas y transformarlas en el verdadero motor del progreso, la democracia y la libertad.

Columnista de El Nacional, Ugalde ha cerrado el año 2024 con un artículo titulado Duro reto. El solo encabezado ya anuncia a lo que va. “Como dijeron nuestros obispos la realidad venezolana es ‘moralmente inaceptable’. En su exhortación La verdad les hará libres, nuestros obispos dejaron claro que ningún cristiano debe ser cómplice, ni contribuir a que perdure esta realidad de muerte para millones de venezolanos, dentro y fuera del país. El pecado de omisión es muy grave en esta emergencia nacional”, escribe en su texto en el que llama a juntarnos, todos, en la transformación del país.

Ugalde enumera cinco realidades duras e irrebatibles de nuestro presente:

– El deterioro creciente y el descontento nacional generalizado.

– El exilio de más de 7 millones, ahora en incremento ante la imposibilidad de trabajo y vida digna en el país.

– La notoria parálisis de las necesarias nuevas y multimillonarias inversiones, por falta de garantías económicas y seguridad jurídica. Crecimiento mínimo tras la catastrófica caída de 75% del producto interno bruto (PIB).

– El dramático deterioro de los servicios básicos de salud y de educación pública, que abandona en desamparo a la mayoría de los venezolanos.

– El hambre y la desnutrición infantil, vergüenza presente y ruina futura.

Toda esa situación calamitosa se puede superar. Como se hizo en el pasado no tan lejano en la vida de la nación. “Los venezolanos lo necesitamos y tenemos deseos y capacidad para recuperarnos y ponernos a la altura del siglo XXI. Hay talento, voluntad y capacidades, siempre que haya un liderazgo decidido a construir sobre la verdad y a sumar esfuerzos.”

Ese liderazgo está reconocido en la figura de María Corina Machado -fruto de su victoria clamorosa en la primaria de octubre de 2023, y en su persistencia al frente del movimiento nacional por el cambio político- y en la de Edmundo González Urrutia, el diplomático de carrera que aceptó asumir la candidatura presidencial en un momento de altísima tensión como consecuencia del bloqueo oficial a las opciones presentadas por la oposición democrática. “La desesperación y el deseo de la gran mayoría confió su urgencia de cambio nacional a la líder María Corina Machado y eligió a Edmundo González Urrutia. La elección presidencial fue pacífica, ordenada y sin mucho ruido, pero con voluntad democrática contundente”.

“No se puede -continúa el padre Ugalde- violar esa necesidad y voluntad de cambio, ni se debe excluir de él a nadie de buena voluntad. Todo va a hacer falta para ganar esta batalla contra la ruina actual. No importa que muchos vengan de los mismos que equivocadamente contribuyeron a esta tragedia. Cambio y transición inclusiva”.

Que así sea. 

NO ES URDULIZ, ES ESPINOSA

Jueves 2 de enero de 2025

Empiezo el año  retomando una reivindicación. Sé que es perder el tiempo  miserablemente pues vivimos tiempos de insensibilidad y prepotencia, pero no me importa. Siempre habrá alguien de buena voluntad que haga suyos argumentos  de plomo.

Hace unos meses hablé del Consejero sucesor de Alfredo Espinosa, el segundo consejero Manuel de Campomanes, cuya nieta nos había enviado una fotografía de un dibujo que le habían hecho  en la cárcel. Y quedó el Gobierno Vasco en ponerle un retrato en su galería. No sé si lo ha hecho.

Paralelamente hablaba yo de como el hospital Ramón y Cajal de Madrid no se llama el Hospital de Fuencarral que es el barrio donde está ubicado, sino Ramón y Cajal en honor del médico, científico y Premio Nobel Ramón y Cajal. Tampoco el de San Eloy se llama Hospital de Barakaldo localidad donde está emplazado. El Hospital Universitario de Cruces se llama así lo mismo que el de Basurto, porque así los bautizaron. No es el caso del Hospital Espinosa  que lo inauguró el 7 de julio  2016 el Lehendakari Urkullu siendo el Consejero de Sanidad Jon Darpon. Querían que se homenajease al primer Consejero de Sanidad del primer Gobierno Vasco, Alfredo Espinosa, apresado por los franquistas y fusilado en 1937. Era republicano y hacía gestiones para  salvar la vida de los niños. Su carta de despedida la leyó públicamente el Lehendakari Agirre en el Congreso Mundial Vasco de 1956 y el Lehendakari Ibarretxe en acto solemne celebrado en Gernika al cumplirse 75 años de la creación del primer gobierno vasco. Querían que su nombre no se perdiera en la bruma ya que había sido el único Consejero del primer gobierno Vasco asesinado.

Hoy todo eso no importa nada. Al Hospital bautizado con su nombre no se le llama popularmente Alfredo Espinosa sino Hospital de Urduliz y sin desmerecer en nada a esta localidad que tiene vida propia hay un intento manifiesto de borrar nuestra historia reciente y no enaltecer conductas hechas por gentes insignes.

Y digo todo esto porque un amigo me manda la fotografía del mal llamado Hospital de Urduliz, que no de Espinosa, sacada el día de ayer. Aquí no cuenta eso de honrar-honra, sino de incumplir hasta con la nomenclatura dada  oficialmente al edificio para que Espinosa siga viviendo en su nombre. Una auténtica lástima esta forma de actuar.