Domingo 7 de diciembre de 2025
La conferencia de Yalta fue la reunión que mantuvieron antes de terminar la Segunda Guerra Mundial (del 4 al 11 de febrero de 1945) Stalin, Churchill y Roosevelt, como jefes de estado y de gobierno de la Unión Soviética, del Reino Unido y de Estados Unidos y que tuvo lugar en el antiguo Palacio Imperial en Yalta (Crimea). Los acuerdos de Yalta fueron polémicos incluso antes del encuentro final en Potsdam. Al poco falleció Roosevelt y accedió a la presidencia de los Estados Unidos Harry S. Truman.
Los países vencedores, muertos Hitler y Mussolini, con todo su poder militar intacto y con toda su experiencia bélica a punto, consideraron acabar con el franquismo al ser éste un régimen fascista alineado con el EJE. La muerte de Roosevelt, la beligerancia de Stalin y la negativa de Churchill impidieron la acción bélica aunque España fue excluida de la ONU y se tomaron medidas diplomáticas y económicas para debilitar el régimen. El trabajo del Lehendakari Agirre, Antón Irala y Jesús de Galindez fue extraordinario en Nueva York. Por muy poco los aliados no llegaron a intervenir militarmente a pesar del deseo del Gobierno Vasco y Republicano en el exilio, del Lehendakari Agirre, del Euzkadi Buru Batzar, del PSOE y del PC, junto a los vencidos milicianos y gudaris sometidos a la dictadura de un general golpista. Lo que sí lograron en 1946 fue el aislamiento internacional de la dictadura que se fue debilitando al inicio de la Guerra Fría.
Paralelamente entre mayo y julio de 1945, el Gobierno Vasco en el exilio, con el apoyo de los Servicios de Inteligencia de los Estados Unidos (OSS) organizó una unidad de unos 120 vascos entrenándolos en Cernay la Ville, cerca de Paris. El fin era trabajar con un grupo de élite para derrocar la dictadura de Franco y sus generales golpistas. Estaba formado este contingente por antiguos gudaris de la guerra civil y de la Brigada Vasca, que habían luchado en Francia contra los alemanes, pero el proyecto se frustró cuando la administración del presidente Harry S. Truman, preocupada por el auge del comunismo en el contexto de la Guerra Fría decidió dejar de apoyar la lucha armada en España, algo que querían nuestros dirigentes y nuestras familias, dando como resultado una feroz y cruel dictadura de cuarenta años. El chavismo lleva ya 25.
¿Alguien piensa que de haber procedido Roosevelt o Truman contra Franco, la mayoría de nuestro pueblo hubiera dicho que no lo hicieran y que lo importante era dialogar con Franco y dejarle hacer?. Ningún demócrata lo hubiera admitido. ¿Y por qué hoy, medios de comunicación, como ocurrió aquí hace poco con el presunto espía ruso Pablo González y con la Izquierda caviar que apoya la invasión de Putin a Ucrania está en contra de cualquier acción del presidente Trump contra la dictadura de Maduro (ya llevan 25 años), con el estúpido argumento de que quiere el petróleo del país en el que fueron acogidos los vascos en 1939?. Y que conste que a Trump yo no le votaría nunca pero el pueblo venezolano lleva 25 años sojuzgado por la dictadura de Chávez y Maduro gracias a la debilidad de la acción internacional que cree que las cosas se resuelven con comunicados de condena, mientras recordamos muy débilmente que el golpe de Chávez mató a Gaizka Etxearte, miembro de nuestra colectividad vasca.
2.200 GENERALES
ELA y LAB, que creen que los derechos humanos son a la carta, apoyan a Maduro, un régimen que no tiene sindicatos libres. Imposible mayor incongruencia. Bildu va a la toma de posesión y a las elecciones amañadas de Maduro y sigue sin condenar a ETA, y les gusta la dictadura venezolana. Y algunos medios consideran que robar unas elecciones como hizo Maduro el año pasado, es lo lógico porque lo consideran representante de su izquierda antiimperialista cuando es una dictadura y preside un narco estado y ellos siguen apoyando a Putin y sus bombardeos en Ucrania. Todos estos pacifistas a la violeta desvían la atención hacia la amenaza del posible uso de la fuerza de los Estados Unidos hablando del imperialismo yanqui. Nada dicen del imperialismo chino, ruso o iraní aliados de un Maduro que da el pego con sus actuaciones circenses, su mal uso del inglés y sus falsos mensajes de paz, mientras sigue reprimiendo a dos vascos, se ha cargado todos los medios de comunicación libres, tiene más de 2.500 presos políticos, ha arruinado al país, ha expulsado con la emigración a ocho millones de venezolanos, no paga las pensiones de nuestros mayores ni de los venezolanos, y mantiene un ejército represor con 2.200 generales, triplicando el de Estados Unidos con 800 o multiplicando por diez a los 227 generales en activo en España.
Que la IA y ciertos medios defiendan una Venezuela de fuerzas armadas corroídas y corruptas para sobrevivir y reprimir cuando no se dedican a distintas prácticas delicuenciales, especialmente de extorsión a comerciantes y trabajadores, donde equipos y armas se oxidan y vuelven inservibles por falta de mantenimiento y que tenga 2.200 generales sin tropas, pero eso sí, generales del dólar y el euro, señores de la corrupción y de la burocracia, las aduanas, las inspecciones, las entradas y salidas de las cárceles, las importaciones de insumos a los hospitales, generales estrategas del chanchullo, las comisiones, el lavado de activos, las narco amistades y la construcción de narco refugios como denuncia el editor Miguel Henrique Otero con razón. Pero eso no existe a la hora no de informar neutralmente sino de desinformar sobre lo que está pasando en Venezuela de manera continua por parte de EITB que jamás saca la opinión de nadie de la colectividad vasca en una televisión vasca. Las crónicas de su corresponsal que además lo hace desde Argentina, son absolutamente chavistas. Y a eso lo llaman equidistancia cuando deberían describirlo como defensa de una dictadura.
ANÁLISIS DE LA CRUZ
En política, las sociedades no siempre cambian de idea: a veces cambian de conversación. Eso es exactamente lo que ocurrió en Venezuela. Durante un cuarto de siglo, el chavismo-madurismo logró imponer un marco narrativo en el que la polarización era método, la resignación era cultura y el miedo era política pública. Pero en noviembre de 2025, ese país dejó de hablar en voz baja. Y lo que dice ahora no deja espacio para matices: nueve de cada diez venezolanos rechazan al régimen, a sus líderes y al mundo que construyeron. La última encuesta nacional lo confirma con una claridad casi brutal. En democracia, 90% nunca piensa igual sobre nada. En dictadura, solo ocurre cuando la población deja de temer. Y cuando eso sucede, la ventana de lo políticamente posible se desplaza como una compuerta liberada.
Durante años, muchos venezolanos dudaban en decir lo que sabían. El régimen era percibido como corrupto, abusivo y violento, pero decirlo podía costar empleo, libertad o vida. En 2025, esa muralla psicológica ha caído. Un dato lo sintetiza todo: 90,89% del país afirma que el régimen de Nicolás Maduro es una organización narcoterrorista. No un gobierno autoritario, ni un desvío del socialismo sino un cártel político-militar que se apoderó del Estado.
Esto no es un giro ideológico: es un veredicto. Cuando una sociedad coloca a su élite dirigente fuera de la categoría de “adversarios” y los describe en la categoría de “delincuentes”, la política deja de ser negociación posible y se convierte en administración de un final inevitable. La encuesta revela otro quiebre histórico: 89,09% apoya las acciones de Estados Unidos y del presidente, Donald Trump, con relación a Venezuela. En cualquier otro país latinoamericano, este sería un dato escandaloso. En Venezuela, lo consideran terapéutico.
La intervención externa, antes considerada un tabú, pasó de ser un planteamiento marginal a convertirse en una opción discutida abiertamente. La mitad de la población respalda la expulsión del país de forma directa de Maduro y su círculo de poder, y una quinta parte avala incluso bombardeos focalizados. Nadie quiere que acabe como Gadafi o Sadam Hussein y de hecho, el gran valiente, negocia su salida y la de los suyos. Para entender lo que esto significa, conviene recordar que la política exterior latinoamericana tradicionalmente se ha definido por una combinación de orgullo soberano y antiimperialismo ritual. Pero ese credo muere donde nace el hambre. En países donde el Estado deja de proteger, la legitimidad se traslada a quien puede hacerlo.
En las transiciones latinoamericanas -de Pinochet a Patricio Aylwin, de los militares brasileños a Fernando Cardoso- el fantasma de la violencia siempre fue un obstáculo, una excusa y, a veces, una profecía. En Venezuela, ese fantasma se esfumó: 93,69% cree que no habrá una guerra civil si el madurismo cae. Las transiciones se miden tanto en legitimidad institucional como en legitimidad simbólica. Y las urnas del 28 de julio de 2024 -a pesar de haber sido negadas por el narcorrégimen- dejaron una onda expansiva que no se disipó. En el consulado de Bilbao ganó González Urrutia-María Corina Machado con un 90%.Yo voté ahí.
Hoy, 90,08% reconoce a Edmundo González como presidente legítimo del país. Y 84,49% celebra el Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado y el premio Sajarov del Parlamento Europeo. Lo veremos el miércoles 10 de diciembre en Oslo en esa ceremonia de entrega del Premio Nobel.
La dinámica es clara: Venezuela redefinió la frontera entre lo aceptable y lo repudiable. El chavismo-madurismo quedó fuera; la oposición democrática quedó dentro. El marco de lo políticamente posible se movió por completo: la compuerta se cerró sobre el régimen y se abrió para sus adversarios. En una nación que tenía dos relatos compitiendo por la verdad, solo uno sobrevivió.
El dato más contundente no es político; es emocional. 81,97% siente esperanza por las noticias recientes sobre el país. La esperanza es más que un sentimiento: es una orden social. Indica que la transición no es una opción; es una expectativa. El país ya no debate si el chavismo-madurismo caerá, sino cómo, cuándo y bajo qué términos será sustituido. Y lo hace con una claridad que evoca los momentos decisivos de las transiciones ibéricas y del Cono Sur en los años setenta: el consenso es tan amplio que la negociación dejó de definir la salida y pasó a limitarse a los detalles.
En un país donde nueve de cada diez ciudadanos piensan lo mismo, la política deja de ser aritmética y se convierte en geología: la placa tectónica de la opinión pública está empujando hacia un nuevo orden. La pregunta ya no es si el chavismo-madurismo caerá. La pregunta es cuál será la forma institucional, internacional y moral que adoptará lo que venga después.
Estemos pues atentos al miércoles 10 de diciembre y sigamos el discurso de la Premio Nobel de la Paz, no de la Guerra.

Seguramente una intervención de EEUU contra Franco se hubiera producido con el aval internacional. En Venezuela no.
El otro día escuché un reportaje sobre el petróleo venezolano y, por lo que decían, era poco apreciado. Debe ser extraordinariamente denso y las refinerías deben «sufrir» mucho al procesarlo, Cuba y algunos países de su órbita deben tener las refinerías adaptadas pero los países desarrollados no. Decían que se usaba más para fabricar diversos artículos que para combustible. No sé si el petróleo, en este caso, justificaría toda una intervención. Y respondiendo a la pregunta de la entrada……pues cojonudo…….
Iñaki, aunque entiendo tu argumento, no estoy del todo de acuerdo contigo. Si a Franco le quitan los americanos del poder a través de las armas, se hubiera creado un mártir. Y esto es lo que no debe pasar con Maduro y sus cómplices.
Al margen de que la intervención militar puede dejar muchos muertos y que una vez uno apruebe una intervención militar, tampoco puede deslegitimar otras intervenciones militares. Al final, todos tienen sus razones, que nos convencen o no, pero es la propia intervención militar la que no me gusta. Es obvio que tampoco me gusta que Maduro hoy siga gobernando gracias a un ejército corrupto y hecho a su medida.
Pero sinceramente, no creo que fuera el mejor método para que deje de ser un dictador. tampoco lo hubiera sido la intervención de Roosevelt.
Sr.Anasagasti,pretender comparar a Roosvelt con Trump es un poco isado pir su parte.Por otro lado nos aporta una serie de datos estadísticos sobre la opinión del pueblo venezolano,si según usted es una dictadura,quién,cómo,cuando o de que manera se hacen esas encuestas?
Las hará USA desde sus portaviones en el Caribe o tal vez usted?
Trump y Roosevelt tien una cosa en común.Fueron elegidos democráticamente y aunque Trump sea un autócrata,Maduro es un asesino que ha robado unas elecciones y esto no lo soluciona el Dalai Lama.
Zaldiaran.Perdona,no has pasado una sola hora en la Venezuela de Maduro y opinas como opinas.Nadie quiere ni invasiones ni muertos. Ni Trump. La visión de un ataud d eun Marine con la bandera USA encima no lo permite la sociedad estadonidense.Veremos como termina todo y si la guerra sicológica funciona.Pareces Zapattero.Nada ha logrado en veinte años.
El petróle venezolano lo nacionalizó Carlos Andrés Perez.Pero no e slo mismo te lo venda un criminal como Maduro que un persidente democrático. A Trump incluso le interesa Maduro vendiendole petroleo.
Si,igual que en Ucrania. Tu apoyas a Putin pero no a Truimp,que no ha invadido Venezuela,que yo sepa. En cambio Putin mata todos los días.
Si,igual que en Ucrania. Tu apoyas a Putin pero no a Truimp,que no ha invadido Venezuela,que yo sepa. En cambio Putin mata todos los días.
Ya,Iñaki,unos vascos perdieron la guerra y otros la ganaron.
Nunca tenía que haber habido esa guerra,mi abuelo comió ratas de prisionero.
Franco no apoyo al eje,un poco si,también apoyo a los aliados y a los judíos.
Un gran estratega,trato de sacar provecho a las situaciones,como hace el EAJ.
Hay que chantajear a Sánchez,como los de JUNTS.
Tenemos que servirnos de el,sino a tomar por saco,si no nos sirve,pues pactamos von el demonio si hace falta
Intza, abundando en tu análisis sobre el petróleo Venezolano.
Hay quien defiende que…..resumen del artículo.
EEUU no necesita el petróleo venezolano pues se ha convertido en un gran productor y exportador.
Lo que Trump parece querer evitar es el acceso de china al crudo.
Desde 2020 China desplaza a EEUU como principal comprador, provocando un aumento de la producción y mas ingresos para Venezuela.
La producción sigue aumentando, en parte por el apoyo de Irán que está cooperando para mejorar el procesamiento del crudo pesado, y así aumentar la producción exportable.
Irán provee a Venezuela de petróleo liviano, para mejorar su calidad.
Las exportaciones siguen creciendo y aunque lentamente se ven reflejadas en PIB, y poco a poco en el poder adquisitivo de los venezolanos, y en una pequeña todavía, extensión del consumo interno.
Recuperación insuficiente pues se la come la inflación, pero los signos de esa recuperación son claros.
Trump actúa ahora precisamente, por el papel determinante de China, y por la potencial mejora interna, que puede desembocar en una consolidación de Maduro.
Por lo tanto, se trata de impedir ambos desarrollos que están en fase de consolidación.
Dicen en los EEUU los que conocen a Trump, que es valiente con los débiles y un cagón con los poderosos.
Característica común entre todos los matones que he podido conocer desde la época escolar.
Con China por medio no veo a Trump de machote. A ver si va a resultar que llega a un acuerdo con XI JINPING, y deja a Corina y compañía con un palmo de narices??
ESE ES UNO DE LOS PROBLEMAS, SI EL DICTADOR ES DE IZQUIERDA NO IMPORTA QUE SIGA EN EL PODER.