Domingo 16 de febrero de 2020
José Mari Esparza, editor de Txalaparta, me envió este trabajo suyo que aparece en su libro Vasconavarros. No la conocía. Tiene su interés. Dice así:
“Las primeras referencias sobre una bandera son las de Soraluce, citando la bandera que sacó en París en 1881, basada, según dice, en otras banderas antiguas. Fue el precedente de la ikurriña. Los historiadores dicen que la bandera vasca o ikurriña, diseñada por los hermanos Arana Goiri, se izó por vez primera en el Batzoki de Bilbao el 14 de julio de 1894. Sin embargo, el curioso testimonio de un tafallés, Teodoro Galarza, aseguraba haberla visto en la manifestación celebrada en Castejón, con motivo de la Gamazada, el 18 de febrero del mismo año.
En sus Memorias de un liberal, cuenta Galarza que siendo joven acudió a Castejón a recibir a la Diputación, con una bandera de la juventud republicana tafallesa. En medio de la muchedumbre, entre cientos de banderas y estandartes carlistas y conservadores, destacaba la única bandera republicana y otra, distinta de las demás. Como una curiosa e inevitable atracción, las dos banderas se fueron acercando a través del gentío. Galarza se encontró ante un desconocido que la portaba y se produjo el siguiente diálogo:
-No hay aquí una bandera como la suya.
-Tampoco como la suya.
-Yo me llamo Teodoro Galarza Arrambide, de la Juventud Republicana de Tafalla que me ha delegado para traer este estandarte. Pero, ¿cuál es esa bandera que usted trae?
-Es la bandera de un partido nuevo que estoy formando. Yo soy de Bilbao. Me llamo Sabino Arana y Goiri.
Iñaki Egaña coincide con este testimonio al decir que la ikurriña fue diseñada en el Café Iruña de Pamplona, en 1894, en plena agitación de la Gamazada. Luis Arana Goiri plasmó las ideas de su hermano en un boceto. La bicrucífera fue tejida a toda prisa por Juana Irujo, para poder llevarla al acto patriótico de Castejón donde miles de navarros acudieron a recibir a la Diputación Foral y donde la vio el republicano tafallés. A partir de entonces la enseña tuvo una rápida difusión.
En las provincias de Iparralde fue asumida con naturalidad y, sin ningún matiz político, pronto adquirió rango de oficialidad junto a la bandera francesa, incluso en ceremonias militares. En Navarra fue popularizándose en batzokis, fiestas y grupos folclóricos, hasta su prohibición definitiva en 1936.
Durante todo el franquismo fue el símbolo de la resistencia, y fue admitida sin reparos por todo el abanico político de la oposición. El 16 de enero de 1977, el Grupo de Alcaldes Vascos, reunidos en Etxarri-Aranatz, conminó al Gobierno a su legalización, y amenazó con dimitir en caso contrario. Tres días más tarde, el ministerio de Gobernación la autorizaba. Todo el país se inundó de ikurriñas artesanas, pero también industriales, encargadas en un momento difícil a una empresa textil catalana por Idoia Estornés.
Los ayuntamientos de Etxarri, Lesaka, Huarte y Estella fueron de los primeros en colocarla. Pamplona fue la primera capital vasca cuyo Ayuntamiento aprobó su izada. El 25 de enero, al colocarla en el balcón consistorial y ante la gente que abarrotaba la plaza, el alcalde Erice manifestó: “Espero que nunca olvidéis el momento que estamos viviendo”. Los vecinos saludaron la decisión desde la plaza cantando el Eusko Gudariak, antes de que los grises los disolvieran a golpes.
El 30 de junio, la nueva corporación democrática aprueba un escrito remitido por el PSOE, Partido Carlista, grupos nacionalistas, comunistas y otros, que suman el 59,25% de los votos de las primeras elecciones realizadas, y que exige que “a la mayor brevedad, sea izada la ikurriña en el balcón del Ayuntamiento (…) como expresión de nuestra pertenencia fundamental a la Comunidad Vasca, cuyo símbolo universal es la bandera bicrucífera”. Siguiendo el ejemplo de la capital, en buena parte de ayuntamientos navarros se colocó la enseña, unos de forma oficial, otros de forma oficiosa. En algunos casos, como Tafalla, se produjeron grandes recogidas de firmas, y fueron los últimos ayuntamientos franquistas los que la colocaron ante la presión popular. Pueblos de la Zona Media y Ribera la colocaron con naturalidad: Falces, Villafranca, Larraga, Tafalla, Arróniz, Aibar…
Dos pueblos, Agoitz y Villaba-Atarrabia, convocaron referéndums, y en ambos casos se ganaron con holgura. En el caso de Atarrabia, en 1977, el resultado fue favorable por un 63% frente al 37%. En Otsababia sin embargo el resultado fue negativo, mientras que en Aibar el Gobernador Civil prohibió la consulta. (Baraibar, Historia y memoria de los símbolos…) Si no se hicieron más consultas directas fue porque era evidente la aceptación mayoritaria, corroborada además por los recientes resultados electorales que habían dado la victoria a los partidos partidarios de colocarla. Todas la Peñas de Pamplona y muchas sociedades de toda Navarra la aceptaron como propia y la incluyeron en sus locales.
Aprobada la Constitución Española y una vez decidida en Madrid la separación institucional de Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca, comienza la marcha atrás del PSOE en todo lo que había dicho y sostenido desde el Frente Popular de 1936. Uno de los temas más sensibles, fue la retirada de las ikurriñas de las casas consistoriales, después de que se habían colocado como símbolo de libertad frente al franquismo. En octubre de 1980, la mayoría de la Diputación de Navarra la prohibió en los ayuntamientos navarros.
En 1981 se aprueba en el Parlamento Navarro la Ley de Regulación de Banderas. Durante años, la Guardia Civil y los vecinos se emplearon a fondo en una batalla interminable. Sólo en Etxarri Aranatz, hasta el año 1994, la ikurriña fue retirada por los guardias y repuesta por los vecinos y concejales en 41 ocasiones. El 10 de diciembre de 1981, tras cuatro años en el balcón, el Ayuntamiento de Pamplona retiró la bandera en medio de una gran polémica.
La decisión fue tomada con los votos del PSOE, UCD y UPN. El PSOE tuvo que expulsar a uno de sus históricos concejales, Manuel López Balda, por sostener la misma postura que mantuvo en 1977. En algunos pueblos hubo grandes enfrentamientos. De Tafalla fue retirada en febrero de 1982, en medio de un pleno tumultuoso que terminó con cargas policiales. Las peticiones de hacer referéndums sobre el tema fueron denegadas. En 1988 fue disuelto el grupo municipal de Dantzaris del Ayuntamiento de Iruñea, por negarse a bailar sin ella. Poco tiempo después ocurría lo mismo con el de Tafalla. Sin embargo en muchos pueblos se siguió colocando con normalidad, al haber mayorías municipales proclives a ella o tolerantes con el sentir de los vecinos.
En el año 2003, dentro de una campaña continuada contra todo signo de identidad vasca del territorio, desde el Gobierno de Navarra el grupo UPN consiguió poner en marcha una llamada Ley de Símbolos, aprobada con el apoyo del CDN y del PSOE. Esta ley venía a continuar la de Regulación de Banderas de 1981 y el acuerdo de la Diputación de 1980, prohibiéndola en los ayuntamientos. Incluía sanciones a aquellos ayuntamientos que mantuvieran la enseña vasca en sus casas consistoriales.
El tema era especialmente peliagudo en localidades como Atarrabia-Villava o Agoitz, donde se había colocado previo referéndum entre los vecinos. La decisión de retirar la enseña de ambos pueblos acarreó fuertes protestas y expedientes a concejales del PSOE que votaron a favor de respetar la decisión que el pueblo tomó en su día. Al final, algunos pueblos como Atarrabia, Etxauri o Uharte la colocaron fuera del balcón consistorial, en mástiles de la plaza, pero eso también fue perseguido por el gobierno navarro y los jueces, que ordenaron en 2008 su retirada. Presionados por la Ley, se tuvo que quitar de ayuntamientos como Aibar-Oibar o Arronitz, donde había ondeado durante 25 años.
En medio de la polémica, la Guardia Civil elaboró un informe y señaló que, todavía en el 2008, ocho ayuntamientos navarros (Etxarri Aranatz, Goitzueta, Iturmendi, Leitza, Olazti, Urdiain, Etxauri y Arribe-Atallu) seguían utilizando la ikurriña contrariando la Ley de Símbolos. Pero el malintencionado informe policial tenía una curiosa y significativa segunda parte: de los 266 municipios navarros tan sólo 20, colocaban la bandera española, tal como obligaba la misma Ley de Símbolos. El 92% no colocaba ningún tipo de símbolo.
Y es que la oficialidad y la realidad, en Navarra, siguen caminos muy dispares”.
El año 1981, el del golpe de estado, fue un punto de inflexión para el PsoE que adoptó postulados de la ultraderecha nacionalista española en cuanto a recorte de libertades.
De verdad, Iñaki, con todo el afecto. Aburre tu continuo reconocimiento de los hermanos Arana Goiri. Aburre y cansa, porque son personajes que deberían estar muy olvidados. Y sin embargo se les sigue dando calles y se les sigue dejando un ramo de flores en su tumba por parte de un partido que se define como liberal. Imagino que leíste la columna del otro día de Jon Juaristi en el ABC. Dijo que Sabino dejó escrito lo siguiente: «si un maqueto cayese en la ría, decidle ´barkatu, ez dakit erderaz´». Puede que la cita sea falsa o apócrifa, pero sí era repetida por las bases jeltzales a modo de chiste. Como el de la vieja que pasó llorando. Lo siento, Iñaki, pero todo esto hay que dejarlo atrás. Un partido liberal no puede seguir con ese apellidismo tenebroso.
Sabino murió en 1903.Puso a circular la reivindicación de la Nacion vasca tras las guerras carlistas.Frente al silencio,yo les recuerdo.¿Donde está el delito?.Eso no me impide estar viendo en HBO la película que coreana que ha ganado los Oscars.¿Donde está la incompatibilidad?.
Iñaki
Los nacionalistas españoles aburren con el eterno peligro de ruptura de España, con su sagrada e inviolable constitución, con su estado de derecho al revés, con sus exaltaciones del terror franquista..
En fin , que son un coñazo.