Martes 10 de marzo de 2020
Las Juntas Generales de Bizkaia tuvieron la feliz iniciativa de honrar a todas las Junteras que desde 1979 han pasado por esa Institución y a tal efecto tuvieron un acto solemne en la Casa de Juntas de Gernika.
Buena idea. Honrar, honra.
La mayoría de ellas no se habían vuelto a ver desde que coincidieron en las legislaturas donde les tocó defender los planteamientos del partido que representaban. Esto también cohesiona la sociedad y hace país.
Pero además de en Bizkaia ha habido Junteras en los cuatro territorios, diputadas y mujeres ejecutivas en las Diputaciones y en el Gobierno.
Debería ser pues trabajo de Emakunde el ir organizando estos encuentros para que se vaya visibilizando lo que ha sido bastante poco visible y a través de actos como estos se da el toque suficiente para que las cosas vayan al cauce donde tienen que ir y la sociedad tome conciencia porque si todo se queda en el acto de Bizkaia, se comete una discriminación, involuntaria o no, pero discriminación a fin de cuentas.
Bizkaia, muy bien, pero Emakunde, atrasada.
Y eso que se ha ido avanzando y mucho, aunque es bueno recordar que el derecho al voto a la mujer en 1931 lo aprobó el EAJ-PNV, no así el PSOE, salvo a cuenta de las abstrusas teorías de que la mujer iba a estar en manos de sus confesores y que la primera vez que votó la mujer en el estado español fue en el plebiscito autonómico vasco de 1933.
Hay que poner en valor que la ley vigente ha supuesto un paso de gigante a la hora de ampliar la presencia de mujeres en las principales instituciones de Euzkadi, que, de hecho, puede presumir de estar, de largo, a la cabeza de Europa por presencia femenina en el Gobierno, el Parlamento vasco y las Juntas Generales.
La ley vasca de Igualdad -que rige para el Parlamento y las Juntas Generales y exige la mitad de candidatos de cada sexo en cada tramo de seis sin que necesariamente se alternen hombres y mujeres- se ha demostrado eficaz a la hora de garantizar la presencia femenina en las instituciones vascas.
Más que la estatal, válida para los ayuntamientos, que establece una proporción de 60-40 en cada tramo de cinco. En la Cámara de Vitoria se sientan 39 parlamentarias de 75, un 52%.
En las Juntas alavesas, un 57% de los apoderados son mujeres, en las gipuzkoanas casi el 55% y en las bizkainas, el 53%. Muy por delante de la media europea en Parlamentos nacionales, del 32% y por delante de Finlandia y Suecia. En la Eurocámara la proporción asciende al 40%.
En el Gobierno de Urkullu, la paridad se cumple también con creces: incluyendo al lehendakari hay cinco hombres por siete consejeras. Un 58,3%, muy por delante de la media del 30,2% en los Gobiernos de la UE, donde, en todo caso, la visibilidad femenina es cada vez mayor. Ahí están la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, o la del BCE, Christine Legarde, para atestiguarlo.
En resumen:
- Gobierno Vasco: 7 mujeres y 5 hombres, incluido el Lehendakari.
- Gobierno Central: 11 mujeres y 12 hombre, incluido Sánchez.
- Parlamento Vasco: 39 mujeres de 75 (52%).
- Juntas Generales de Álava: 57% mujeres
- Juntas Generales de Gipuzkoa: 55% mujeres
- Juntas Generales de Bizkaia: 53% mujeres
- Congreso de los Diputados. 164 mujeres de 350 (43%).
- Parlamento Europeo: 40,4% de mujeres.
Se ha avanzado .Se tiene que seguir avanzando.
Y se tiene que organizar en todos los territorios y de forma nacional el reconocimiento de las que han sido pioneras en estos cuarenta años.
Buenos días,
Esta muy bien que el número de mujeres se vaya equiparando al número de hombres en política y en todos los sectores de la sociedad. Pero creo que cometemos un grave error si vamos forzando la cosa y buscando la igualdad en el resultado, es decir, tiene que haber el mismo número de mujeres que de hombres porque si… no y mil veces no..,ya que esto lo único que hace es crear injusticias innecesarias y obviar la meritocracia. Hombres y mujeres tiene que tener igualdad de oportunidades para hacer con su vida lo que consideren oportuno tanto en lo personal, en lo político, en lo profesional…, si nos centramos en la igualdad finalista o de resultados vamos por muy mal camino. A mi cuando me opera un cirujano, me da igual que sea hombre, mujer, transgenero, gay o lesbiana..quiero al mejor
Saludos.