El 7 de octubre de 1936 se cumplieron 75 años de la elección del primer Lehendakari vasco, José Antonio de Aguirre y Lecube.
Con motivo de este nuevo aniversario, es bueno recordar y difundir el texto de algunas intervenciones suyas, como homenaje al gran hombre y patriota que fue y como ejemplo, en especial para las nuevas generaciones, del espíritu de inconformidad e idealismo que en vida caracterizaron su pensamiento y acción.
Generación optimista
«Aunque sean de nuestra época, tampoco interesa detenernos en las pintorescas narraciones de los Baroja y Unamuno, de nuestros Baroja y Unamuno, que con colorido atrayente describieron escenas típicas de los paisajes y costumbres de nuestro país, porque pertenecen a una generación pesimista, que canta a un pueblo suyo que creen se va. Nosotros, señores, representamos una generación optimista, que no sólo ha levantado al pueblo, sino que comparte los sacrificios y luchas por la libertad de ese pueblo, que vive, señores, y que vivirá.»
(Aula Máxima de la Universidad de La Habana, Cuba. 11-X-1942.)
Lucha por la libertad
«Ya no es nuestra lucha, sino la lucha de toda la Humanidad. La lucha entre la libertad y la opresión se ha hecho ya universal. Lo sabíamos bien cuando luchábamos abandonados de todos. Una realidad sangrienta lo ha hecho entender hasta a los más rezagados. Se lucha hoy por la libertad de los hombres y de los pueblos. Por la libertad y la democracia, negados por los totalitarios.»
(Aula Máxima de la Universidad de La Habana, Cuba. 11-X-1942.)
Liberación del hombre
«La lucha del hombre en pos de su libertad ha tenido durante los siglos diversas manifestaciones. Es corriente admitir que fue la revolución francesa la que de una manera definitiva consiguió en la Humanidad el respeto debido a los fueros del hombre. Para mí, señores, es en el Sermón de la Montaña donde se encuentra el principio de la verdadera liberación humana, a partir de cuyo momento el hombre entró en posesión de la más excelsa de las doctrinas, proclamada para su servicio y su salvación.»
(Aula Máxima de la Universidad de Bogotá, Colombia. 28 – VIII -1942.)
Problemas sociales
«Por eso me suele gustar ser práctico, porque en la mayor parte de estos problemas sociales más que una discusión técnica suele encerrarse una gran cuestión práctica. Yo recuerdo nuestras reuniones del Gobierno Vasco, donde hombres de distintas ideologías sociales jamás discrepábamos en los problemas prácticos sociales. La guerra nos obligó a adoptar drásticas medidas y, entre otras, muchas referentes a materias económico-sociales. Para decretar la incautación de una empresa, o la intervención del Poder en esta o en aquella actividad, o para fijar unas nuevas bases sociales, no se discutió en aquel organismo ejecutivo, en nombre unos del marxismo y otros de la doctrina social-cristiana, sino en nombre unos y otros del bien común que exigía la adopción de semejantes medidas.»
(Aula Máxima de la Universidad de Bogotá, Colombia. 28-VIII -1942.)
Libres de nuevo
«Las Cortes españolas no aprobaron la autonomía del País Vasco hasta el 1º de octubre de 1936, cuando ya el alzamiento franquista adquiría proporciones de extrema gravedad. Y aunque la libertad reconocida no era más que un retazo de soberanía que por derecho nos correspondía, y aunque sabíamos muy bien que reconocer a un pueblo la libertad en plena guerra era entregarle responsabilidades multiplicadas por las circunstancias, los vascos nos sentimos orgullosos al percatarnos de que nuestra patria comenzaba a ocupar en el mapa del mundo el puesto que por derecho le correspondía. El ser de nuevo libres nos iba a costar mucha sangre y muchas amarguras; pero, ¿qué importaba, si para el vasco la libertad es tan necesaria como el oxígeno que respira?»
(«De Guernica a Nueva York pasando por Berlín», capítulo I.)
Se instaura el Gobierno Vasco
«Todos sabíamos que nos habíamos congregado en aquel histórico lugar para convivir en una ceremonia que representaba el principio del más grande sacrificio que los vascos íbamos a realizar por la patria y la humanidad. Cualquier extranjero que, después de presenciar el poderío ítalo-alemán de Franco, se hubiera asomado aquella tarde a Guernica, y hubiese visto aquel Gobierno de hombres jóvenes presentándose solemnemente a su pueblo, y aquellas tropas de voluntarios mal equipados desfilando con la bandera que hasta entonces había sido menospreciada, hubiese pensado que se trataba de una concentración de locos o de niños jugando a mayores. Pero los vascos comprendíamos plenamente la trascendencia de aquel momento histórico, en el que Euzkadi, la nación que fue siempre democracia y nunca dejó de serlo, volvía a renacer a la vida de la libertad.»
(«De Guernica a Nueva York pasando por Berlín», capítulo I.)
Por qué se lucha
«Ante todos estos hechos despertará el mundo de su letargo, produciéndose resaltados beneficiosos para la causa legítima que defendamos. En el pueblo vasco puede resumirse esta causa en estos conceptos: se lucha por la liberación nacional y se lucha por la liberación social. He aquí encerrado todo el clamor de la juventud vasca.»
(Discurso por Radio Euzkadi, Bilbao, 22-XII-1936.)
Destrucción de Guernica
»Ante Dios y la Historia que nos han de juzgar afirmo que durante tres horas y media los aviones alemanes han bombardeado con una fiereza desconocida hasta aquí a la población civil indefensa de la histérica villa de Guernica, reduciéndola a cenizas y persiguiendo con tiros de ametralladoras a las mujeres y niños que han perecido ten gran número mientras huían locos de terror. Yo pregunto al mundo civilizado si puede permitir el exterminio de un pueblo que ha considerado siempre como su más grande título de gloria la defensa de sus libertades y de la santa democracia que Guernica, con su árbol milenario, ha simbolizado a través de los siglos.»
(Discurso por Radio Euzkadi, Bilbao, 26-IV-1937.)
Mensaje a los gudaris Orregaitik etzan il gure errija
«Gudari zintzoak: Goratu izkilluak eta biotzak.
Arerijuak gure etxian sartuta daukaguz. Gure asaba zarrak beso gogorrakin bota eben beti gure aberri’ra erbestetik etorri ziran gizonak. Ah! zelako adibidiak daukagu gure kondairan. Orregaitik etzan il gure erria.
Antziñan bai ziran erri asko. Idazki zarrak esaten daben ñola erri onek makaldu ziran nastuta, gogua gal-duta ta jausi ziran erbeste pian.
Aztu eben bere izkuntza, bere odola, azkenian bere izakera.
Gaur gure arerijoak datorskigu gure erri maite au zapaltzera.
Ondatu dabe gure errija, gure izkuntza, il dabez ¡zenbat! gure sendiak. Gura eunke bere eskuetan egon-go bazan garbitu ta kendu ludi guztitik gure izena.
¿Zelan laga sartu gure errijan? Ez gudarijak; zure izkilluak gertuz dagoz, zeure biotzak, erriko biotzak dira; zuek zerate gure antziñako asabaren jarraitzaleak, eta euren antzera gaur Euzkadi’ko mutillak arerijuak etxetik kanpora botako dabez.
Errijak ez dirá egiten egun batean. Errijak miñ andia-rekin eta odolakin egiten dirá. Oían egingo da gure Euzkadi. Eguzkia zelan agertzen da laño tartian ager-tuko da azkatasuna ta pakea gure errijan.
Aurrera mutil zintzoak, aurrera. Bildurra izan dedilla aurrian ez gure artian.
Ludi guztiko errijak gure begira dagoz. Gure erri zarra izango da antziñan legez diña zintzua ta gogorra.
Pozik nago zurekin, gudari maiteak.
Jarraitu bide ortatik, jarraitu ba; zure eskuetan lagata dago aberri maitearen itxaropena ta zoriontasuna.
Euzkadi’ren ixenian zuei danori milla esker.
Gabon ona igaro.»
(Discurso por Radio Euzkadi, Bilbao, 22-XII-1936.)
Rumbo a Francia
«Salimos en un coche en medio de un fuerte bombardeo. En la puerta del jardín se cuadraron los gudaris de mi guardia presentando armas. Más firmes que nunca, con las lágrimas en los ojos, era el homenaje de la última despedida que dedicaban a su Presidente. Fue de las pocas veces que he llorado en mi vida. Aquellos entrañables amigos, todavía con las copas del brindis en sus manos, los soldados de mi guardia que siempre me habían acompañado con ejemplar fidelidad, y apremiándome, el piloto Levaud, muerto gloriosamente en 1940 defendiendo a Francia contra la aviación hitleriana…, un cuadro que llevo grabado en mi alma y que no se borrará de ella mientras viva.»
(«De Guernika a Nueva York, pasando por Berlín», epílogo.)
El estado español
«El espíritu del jacobinismo y el de la opresión imperialista han regido por turno en el estado español durante siglo y medio. Más de cien revueltas y levantamientos, además de tres guerras civiles, son el triste balance de la historia reciente y contemporánea del estado español, haciendo del pronunciamiento palabra tan común que ha sido introducida en el Diccionario de todos los países.
A estas aventuras, que no han tenido paralelo en la Tierra, hemos sido arrastrados pueblos que, como el vasco, por una educación democrática secular, no podía resistir el verbalismo jacobino ni podía tolerar la opresión unitaria.»
(«De Guernica a Nueva York, pasando por Berlín». Cap. 1.)
Sociedad justa
«Yo no puedo concebir justa la sociedad que no puede garantizar el trabajo del hombre honesto que quiere cubrir sus necesidades con su cooperación y su esfuerzo personal. La presencia de tantos millones de desocupados en tantos pueblos civilizados es un argumento que no necesita de mayores explicaciones para hacernos comprender que algo muy profundo y razonable mueve las protestas de los humildes.
Yo sostengo que no es justa ni lícita la ganancia sino después que toda esta necesidad elemental del hombre honesto haya sido atendida.»
(Conferencia en Aula Máxima de la Universidad de Bogotá, Colombia. 28 – VIII – 1942.)
Libertad para todos
«Porque si admitimos que la libertad es un don que a todos beneficia, no debería asaltarnos la duda de si será aplicada por todos y para todos. Pero la duda existe y preocupa, pues si la libertad ha de ser patrimonio exclusivo de ciertos pueblos solamente, se originará un desequilibrio peligroso que traerá nuevos dolores y conflictos.»
(«De Guernica a Nueva York, pasando por Berlín», epílogo.)
Reafirmación de principios
«Yo quisiera llegar al fondo del alma de mis compatriotas, para darles un consejo que puede resumirse en estas palabras: Reafirmación de principios. Cuando se agitan los pueblos, arrastran en sus sacudidas hasta pedazos de principios que no se incrustaron debidamente en el lugar que les correspondía. Reafirmación de principios y en primer lugar fe en Dios, único dueño de destino de los hombres y de los pueblos.
Hacia la libertad vamos, pero hemos de ir en medio de la fraternidad, de la unión de pensamiento y de corazón, sin titubeos, aunque la revolución ruja a nuestro lado, unas veces a cargo de las derechas monárquicas, otras veces a cargo de las izquierdas extremas. Nos culparán de nuevo, según el turno que les toque. ¡No importa!. Podremos siempre mostrar la limpia ejecutoria de un movimiento singular y completo, que, realizando diariamente su revolución, va formando el alma de un pueblo que quiere ser libre con los materiales eternos que presta la concepción cristiana de la sociedad.»
(«Entre la libertad y la revolución», Bilbao, 1935.)
Estimado Iñaki:
Saludos desde la ciudad de Lima, sede de la histórica hermandad de Arantzazu, fundada en el Salón Capitular del Convento de San Francisco, el 13 de febrero de 1612.
El pensamiento universal del Lehendakari Agirre, transciende el tiempo; hoy a través de convenios académicos con la Universidad de San Martin de Porres de Lima, su legado espiritual es recordado en este verano del 2015.
“Tú lo harás, hombre que compendias tanta vieja sangre en tu corazón nuevo. Y ese día, el Árbol de Gernika volverá a extender su sombra sobre tierra de Libertad.”
Un gran abrazo