Las siete palabras

Jueves 6 de abril de 2023

El Sermón de las Siete Palabras es uno de los actos más importantes de la Semana Santa. Recuerdo a monseñor Pellín en Caracas, orador sagrado, empleándose a fondo  en la Iglesia de la Pastora en rito tan destacado. Y más recientemente y por aquí  al jesuita Mikel de  Viana, recientemente fallecido. Por persecución del chavismo tuvo que volver a la tierra de sus mayores viviendo en la Universidad de Deusto y predicando en la Iglesia de los Jesuitas de la Alameda de Urquijo, amén de otras muchas actividades.

Era también Mikel un orador fantástico y entregado hasta tal punto que la esposa del líder democristiano, Eduardo Fernández, María Isabel Reina, vino en dos ocasiones a Bilbao con el solo cometido de oírle predicar en la Villa.

Esta Semana Santa, la atribulada Venezuela cuenta con otro lustre sermoneador, en este caso laico, líder de opinión y por escrito. Se trata de Laureano Márquez que estuvo recientemente en Euzkadi.

Dice así:

«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen»… no lo saben, no alcanzan a  imaginar las dimensiones de su daño y eso es ignorancia; que nunca el odio nos guíe, ni la venganza. 

«Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso»… el paraíso del ciudadano es la libertad, la justicia y la democracia. Sé, Padre, que veremos ese paraíso, construido con cada acción de esperanza que brota de nuestros corazones y con la bondadosa inteligencia de nuestra juventud. 

«Mujer ahí tienes a tu hijo»…transitando las calles de Venezuela, recibiendo azotes, crucificado cada día por los centuriones de las lacrimógenas. Siéntete orgullosa, madre, de éste tu hijo, porque de las ideas que tú sembraste en él, del amor en que le formaste, de la libertad con que se alimentó en tu vientre, habrá de nacer la nueva Venezuela. 

«Dios mío, Dios mío, «¿por qué me has abandonado?» …. Señor: a veces me invade la angustia de que esta pesadilla no tiene final, de que el malvado se sale con la suya, pero recibimos de ti maravillosos dones, entiendo que no nos has abandonado nunca. El trabajo tuyo ya lo hiciste -y maravillosamente bien-: ayúdame a ser tu aliado para amasarme a mi mismo como un hombre nuevo, creador también, a tu imagen, de la patria que sueño. 

«Tengo sed»… y tanta, Padre. Tengo sed de democracia y libertad. Tengo sed de inteligencia, trabajo y honestidad como valores. Tengo sed de vida, de seguridad, de justicia social. Tengo sed de esperanza y de futuro. 

«Todo está consumado»…la maldad en nuestra tierra se consumó más allá de los límites que podíamos imaginar, nos han pretendido destruir moralmente, pero sé que las reservas de bondad e inteligencia son nuestra verdadera riqueza. Hemos descendido a los infiernos, pero estoy convencido de que resucitaremos. 

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»… cada día en Venezuela, Padre, es una apuesta a la vida. Encomiendo en tus manos mi espíritu, para que sea de libertad y justicia. En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu, para que aprenda bien esta dura lección y me conduzca por llanos bondadosos, playas de transparencia, montañas de abundancia y caudalosos ríos de justicia y libertad.

Debería ser leído en todas las misas y en todos los hogares, como una oración.

6 comentarios en «Las siete palabras»

  1. Gracias Iñaki!
    Laureano discípulo del Hermano por decisión Mikel de Viana, da en la diana una vez más. Pero quizás haya que incluir en nuestras prospectivas más inmediatas, especialmente las tres ultimas para recoger los tres mensajes de esperanza que conllevan, acompañado de unos valores ciudadanos reorientados desde el caos, persistentes, comunes y comprometidos de cada uno.

  2. Sermón de las siete palabras, un mensaje de Amor y Paz.
    Gora euskal Eliza katoliko-jeltzalea!.
    ¡Feliz semana santa Iñaki y familia!.

  3. Pues un poco como lo de la telepredicadora esa que da ambientillo de los mitines del PP.

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