Martes 16 de septiembre de 2023
El domingo, Ricardo Ansotegi, antiguo diputado y secretario del EBB, me regaló la última versión de la pegatina que editamos por primera vez en Euzko Gaztedi del Centro Vasco de Caracas.
La historia es esta.
Cada año viajaba en Navidades a pasarlas con mi ama y hermanos. Siempre hacía escala en Londres donde vivía Alberto Elosegui, el gran cerebro de la propaganda clandestina de EGI. Firmaba como Paul de Garat. De él es el símbolo de EGI. Lo diseñó un catalán, Queralt, que trabajaba en la revista Momento de Caracas. En su casa arreglábamos el mundo. Su trabajo sobre la propaganda clandestina es un clásico. Se titulaba “Una Voz con mil ecos”. Falleció en Donostia en agosto del año pasado.
En uno de esos viajes fui a Picadilly Circus donde había tiendas de souvenirs. A mí me llamó la atención el llamamiento de Lord Kitchener, que era el secretario de estado británico para la guerra. Venía a decir que el Imperio necesitaba a los jóvenes para luchar en la guerra del 14.
Compré una tarjeta y en Caracas le pedí al arquitecto Koldo Ruiz de Agirre, hijo de Sancho de Beurko (Luis Ruiz de Agirre) que me la vasquizara. Y lo hizo muy bien. Ese año hicimos tarjetas de Navidad y calendarios de bolsillo con el llamamiento.
En Donostia, los del GBB, me dijeron que la txapela era enana y había que poner la letra H en bear. Lo de la txapela lo arreglamos pero no pusimos la H. Se vivía toda una guerra absurda por esta palabra. Y quedó así durante años, siendo uno de los carteles más representativos.
Hace relativamente poco tiempo vi que le habían añadido una chica para que el mensaje fuera de dos jóvenes. Me pareció un buen aporte que además lo hemos tenido expuesto en un panel en la Campa donde la gente se hacía fotografías.
Y ahora tenemos el de este joven supermoderno, que me parece muy bien. Lo llevaban algunos y como no sabían la historia completa de la pegatina, aquí la cuento.
Seguramente seguirá evolucionando, pero el origen es militar e inglés. Nosotros lo hemos vasquizado. Y a la gente le gusta.
Pues entre la txapela y la gorra multicultural con la omnipresente palabra «basque» me pasa como con el café. Me gusta fuerte y no descafeinado.
To do lo que ayude a propagar nuestra causa Vasca, me gusta. Pero pienso que la boina, es nuestra y ùnica como identidad, que por cierto, cada vez la veo menos.
Creo que debemos incentivar el uso de la Boina Vasca.
A mi, sinceramente, no me gusta la nueva pegatina. Punto.
Tampoco me gusta la explicación de Bilbo Zaharra. Si querían reflejar la igualdad (por cierto, se meten en un berenjenal con el mundo queer), pues que utilicen otro símbolo.