Viernes 8 de junio de 2012
Bueno, algunos dicen que eso no es Zorrotzaurre sino Deusto. Pero la clínica está ahí y dentro de poco lindará con la ría ya que se abrirá el canal. El caso es que por gestiones del senador Cazalis, el viernes, diputados y senadores visitamosla Clínicadel IMQ. Digo bien el dato en masculino ya que las senadoras Rut y Lore y la diputada Arantza, no pudieron venir. Y fuimos Joseba Zubia, Cazalis, Erkoreka, Azpiazu, Esteban y quien ésto escribe. Somos los que aparecemos en esta simpática foto obtenida en la sala de espera de los chavales. Vimos pintado un elefante en la pared y nos sentamos para posar y que ustedes lo vean.
El caso es que José Andrés Gorritxo, director del Igualatorio y Jon Tarpon, director dela Clínica IMQ, junto con dos colaboradores, nos dieron cuenta previamente de cómo funciona un Igualatorio en un sistema donde la sanidad pública y privada conviven y han de obtener recursos para su funcionamiento. Gorritxo, es hombre de amplísima experiencia en este mundo habiendo trabajado en Catalunya en el Valle de Hebrón y comenzado a trabajar en este mundo con Andoni Monforte en el Consejo General Vasco y siguiendo con los Consejeros Aguirre y Larrañaga.
Desde el copago, hasta aquel informe Abril Martorell (donde Gorritxo se ocupó del sistema hospitalario), a las horas de trabajo de los médicos, la funcionarización de la medicina, la industria médica, el copago en Europa, las leyes sanitarias y muchas más cosas fueron el primer punto de la visita. Gorritxo lo sabe todo de ese mundo. Y luego visitamos la clínica que nos dejó boquiabiertos. IMQ se ha transformado y reorganizado durante más de 75 años para dar la mejor asistencia a sus clientes. Hoy es la aseguradora sanitaria líder con más de 315.000 asociados.
El edificio recién inaugurado el pasado 26 de abril es el buque insignia de un proyecto total sobre una parcela de9.000 m2, con seis pisos de altura y tres de sótanos. Ha costado 85 millones de euros y sus arquitectos han sido Carlos Ferrater y Alfonso Casares. Luis Domínguez ha sido el arquitecto local. Uno se ha ocupado del exterior y otro del interior habida cuenta de su experiencia en organización hospitalaria.
Urgencias, hospital de día, radioterapia, UCI, quirófanos, material sanitario de punta, salón de actos, área infantil, escultura de Larrea, colores blancos y grises y habitaciones individuales con unas vistas inmejorables a Deusto, Olabeaga, San Mamés… Fantásticas. Y por treinta euros al día, una suite.
Me ha gustado que las habitaciones sean todas individuales, con sofá cama para el acompañante, televisión y una mesa de trabajo, como si fuera la habitación de un hotel. También que tratan que el paciente pase el menor tiempo enla Clínicay que esté acompañado siempre por su familia que le quita la angustia de esos momentos de tensión y si en lugar de tumbarlo pueden hacer el trabajo en una especie de sofá, mejor, porque le quita dramatismo a esos momentos de cierta angustia. Y es lógico. Esta clínica está hecha en el 2012 con toda la experiencia hospitalaria acumulada en generaciones. Antes a los acompañantes se les trataba muy mal. Salas de espera inmensas y cargadas de gente y todo órdenes colegiales: «usted no se mueva de aquí».
Le he preguntado a Gorritxo por lo que hicieron en aquel Consejo General Vasco, organismo preautonómico. Y me ha dicho que fundamentalmente prepararlo todo para cuando, puesto en marcha el primer Gobierno Vasco en 1980 poner todo lo programado en funcionamiento pues las cosas estaban ya preparadas, incluso el nombre de Osakidetza que nació entre Gorritxo, Larrañaga y un asesor de Euskaltzandia.
Una visita muy interesante y una buena idea para saludar a quienes trabajan en ella. No tanto para ir como paciente. Pero si pasa algo, nada mejor que ésta Clínica del IMQ.