Sábado 25 de agosto de 2012
Bermeo tuvo su obispo, un hijo del pueblo: monseñor Carlos Anasagasti Zulueta, nacido en la barrio de Demiku. La vocación antipublicitaria de monseñor y su actividad en las selvas de El Beni (Bolivia), son causas de que su figura no sea suficientemente bien conocida. El acto íntimo que le ofrendó su pueblo en 1978, al día siguiente de su fiesta patronal de Santa Eufemia, consiguió resaltar su figura en cuanto lo merecía.
Nacido en 4 de noviembre de 1919 ingresó niño en el Seminario de Aránzazu, profesó en la Orden Franciscana y se ordenó sacerdote en 1934. Durante la guerra, sirvió de capellán al ejército vasco en campaña. Tras unos meses entre rejas, pasó a fines de 1939 a Paraguay. Actividades parroquiales, con distancias hasta de 80 kilómetros a caballo para llegar a tiempo a sus ministerios; actividades sociales, con el corazón siempre inclinado a todas las miserias humanas; actividades constructivas de edificios, de carreteras, de puentes, en una región subdesarrollada. Su nombre no pasó desapercibido a la Santa Sede.
Fue nombrado administrador apostólico en Beni (Bolivia), una misión de la selva evangelizada por los Franciscanos. El 13 de setiembre de 1953 fue consagrado obispo.
Con una veintena de misioneros franciscanos -la mayoría vascos- verificó una acción sorprendente en la formación de grupos humanos (un nuevo pueblo, nacido bajo su dirección, se llama Bermeo de los Moxos, por deseo. expreso de los mismos indios moxos, en señal de gratitud a su Prelado); se empeñaron en la formación de profesores de religión para maestros y educadores, en la creación de muchos y buenos líderes seglares que realizaran su papel de apóstoles entre los suyos, edificaran templos y capillas (en la actualidad son cinco los proyectados y comenzamos en la misión), se preocupan de la culturización de todos los estamentos, sobre todo de los niños, para los que crean escuelas erigidas y pagadas por la misión. Todo ello muy lejos de la civilización casi en pleno anonimato, pero con un éxito apostólico arrollador.
Bermeo, pueblo siempre entusiasta para los homenajes cordiales, acudió en masa al acto principal, de hace treinta años, en una solemne misa concelebrada y presidida por monseñor Carlos Anasagasti. Bien merecía un Prelado así el homenaje de su pueblo.
Pero han pasado treinta años y monseñor falleció. No está mal recordarlo ahora cuando Bolivia está pasando momentos difíciles.
Pie de foto. 1966. Visita del obispo Carlos Anasagasti al Colegio Santiago Apóstol. Koldo, Jon e Iñaki Anasagasti con el obispo.
