Jueves 25 de octubre de 2012
Falleció Joshe Mari Otsoa de Txintxertru, un clásico del PNV en el paisaje de los últimos y primeros años de éste partido. Josu Bergara me llamó el jueves para preguntarme cuando era su funeral. Le dije que casi coincidía con el mitin de cierre de la campaña electoral en La Casilla. De haber vivido, allí estaría como estuvo en todos los años trabajando desde lo que entonces se llamaba “mecánica electoral”, es decir, censos, papeletas, apoderados, interventores, impugnaciones, repartos. Él, con un conjunto de veteranos, eran el ejército de voluntarios que llevaba adelante este imprescindible trabajo. Y Bergara me recordó como le llevó en el coche al cementerio de La Herrera en Zalla, donde estuvo enterrado en secreto Sabino Arana, cuando decidieron trasladarlo a Sukarrieta. Para un sabiniano como Joshe Mari aquello fue un hito en su vida.
Urkullu lo mencionó en el mitin de cierre de la campaña electoral en La Casilla. Recordó aquel asesinato colectivo de 14 jóvenes en Santoña y la memoria que supone. Cuando mencionó a Joshe Mari el recinto se cayó en aplausos.
Gudari raso como le gustaba presentarse, estuvo encarcelado en Santoña por «auxilio a la rebelión», como así los condenó un franquismo sublevado. Y como joven gudari vivió el ensañamiento de aquel ejército vencedor que un 15 de octubre de 1937, hace ahora 75 años, decidió hacer un escarmiento con aquella juventud y asesinó a 14 representantes de todos los partidos y sindicatos, menos los de la derecha. Y Joshe Mari que había vivido aquello lo recordaba con espanto.
Secretario del BBB, la pareja Uzturre-Otsoa, era un clásico en las inauguraciones, asambleas, descargos, actos del PNV. Presidente y secretario del BBB, aquellos dos ancianos tenían el vigor y la juventud de sus años mozos y no se resignaban a pasar a la retaguardia. Cargados de experiencia, su ejemplo iluminaba el camino a las nuevas generaciones que se iban incorporando. Presidente de una Asociación de gudaris del PNV, «Eusko Gudarostea», iba viendo como lo que no pudo Franco lo iba pudiendo el tiempo al ver que en cada comida y reunión anual iba empequeñeciéndose y a la que últimamente casi acudían solo las viudas.
Tras la muerte de Joshe Mari se impone crear una Asociación de Gudaris pero con el aditamento de amigos y familiares de Gudaris. El ejemplo de esta generación no puede acabar con ellos. Queda la semilla de una generación de oro que tuvo durante toda su vida en sus labios una palabra inconmovible: Euzkadi.