Se olvidan que Ernest Lluch fue portavoz del PSC

Martes 26 de febrero de 2013

El Partido de los socialistas de Catalunya no es el PSOE. Nació de la fusión de dos almas socialistas catalanas pero a diferencia del Partido Socialista de Euzkadi, que es PSOE hasta las cachas. El PSC no lo es, aunque en los últimos años han votado todo lo que el PSOE les ha propuesto. La única diferencia que han tenido ha sido a la hora del reparto de puestos. El PSC siempre tiene un cupo en las Mesas, en las Comisiones, en los Ministerios, en los altos Cargos. Un cupo territorial. Únase a esto que el PSOE si quiere gobernar necesita a los socialistas catalanes. Si ocurre lo contrario siempre va a ser un partido de oposición.

Y la gente olvida que tanto el PSE vasco como el PSC catalán tuvieron Grupo propio en el Congreso en 1977. Ernest Lluch lo fue del catalán y Solchaga del vasco. Luego los subsumieron y anularon pero ese debate y reivindicación siempre ha estado encima de la mesa.

El PSC no puede desligarse de la opinión pública catalana y se desmarca con buen criterio del PSOE que es un rodillo al que se le va la fuerza por la boca hablando de federalismo pero nunca asumiéndolo. Tiene ahora un problema Rubalcaba por no haber liderado él este planteamiento democrático que jamás asumirá el PP porque es un partido centralista. Lo asumió de mala manera con UPN en Navarra pero cuando ésta se desmadró juega ahora de nuevo con su propia sigla en el viejo Reino.

El problema es que el PSOE no termina de asumir la pluralidad del estado español y el que no puede seguir tratando a Navarro como si fuera un paria. Le reconvino por lo que dijo sobre el rey. En el fondo Rubalcaba y Chacón solo quieren un PSC domesticado. Y así les ha ido.

Jamás haría el PSE vasco lo que está haciendo Pere Navarro. Ellos son muy vascos pero pactaron con el PP, algo que nunca haría el PSC. Y en el Senado, forma parte de la Entesa donde están el PSC e Iniciativa. Viven separados del PSOE aunque en cuartos contiguos.

España tiene efectivamente un problema por haber apostado por irrealidades. Por una corona, manchada por el dictador e impuesta. Por una corrupción que no ha querido atajar. Por un estado que no quiere reconocer que es plural. Por un socialismo de hotel de cinco estrellas.

Si no rectifica, les van a rectificar. Como lo que acaba de hacer el PSC. Con buen criterio. Los partidos se deben a los ciudadanos y no a cúpulas de poder.

 

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