Miércoles 17 de abril de 2013
En defensa de la dialéctica política y del proceso venezolano. Respuesta a Iñaki Anasagasti.
«Muy parcial y sectario el programa de (omito nombre periodista por respeto) sobre las elecciones de Venezuela». Y los comentarios de Iñaki Anasagasti son inclusivos y pura objetividad.
El anterior es el título (entre comillas y negrita) del comentario que el senador publica en su blog de Deia el domingo, día 14 de abril, en relación a un programa de Radio Euskadi sobre el proceso electoral que se vivía en Venezuela. Y para no correr el riesgo de que en algún momento pudiera acusarme nuevamente de manipulación y descontextualización, reproduzco dicho comentario de forma completa. Posteriormente haré algunos comentarios breves a tal cúmulo de insultos y malinterpetraciones que, sin duda, deben tener su razón pero a mí se me escapan y que dejaré por tanto que el lector/a deduzca.
«(…) es una muy buena profesional pero excesivamente parcial. Una vez MÁS lo acabo de comprobar hoy en su programa matutino cuando en lugar de invitar a la presidenta de la Asociación Vasco Venezolana, a vascos que han vivido en Venezuela, al diputado Benegas que nació en Caracas, a mí mismo que me tienen frito en Madrid con este asunto de las elecciones venezolanas, nos ha organizado un programa donde han hablado tres chavistas y un solo representante de Capriles, sabiendo como sabe que en Euzkadi va a ganar Capriles con más del 80 % de los votos. ¿A quién sirve Radio Euzkadi?. ¿A los vascos o a los chavistas?.
Tenía otra imagen de Mugarik Gabe. La he cambiado tras escucharle a un sociólogo chavista y los borro por manipuladores. El golpe de estado lo dio Chávez en 1992 y mató al hijo del delegado del gobierno vasco en Venezuela, Gaizka Etxearte. Capriles no es el candidato de la derecha, sino de la Mesa de la Unidad que abarca desde la derecha a la izquierda. El sociólogo de esta ONG, llamado Jesús, le tilda a Capriles del eterno candidato cuando solo lo fue el pasado 7 de octubre y el chavismo lleva catorce años en el poder. El Pacto de Punto Fijo entre el socialcristiano Rafael Caldera y el socialdemócrata Rómulo Betancourt fue un pacto para consolidar la democracia ante los militares golpistas y no una dictadura como ha explicado este sujeto manipulador. Y todo así, con la llamada a la cónsul de Venezuela Yolanda Rojas que le ha rectificado al venezolano de Capriles que había dicho una verdad como un templo, que es que Chávez solo sembró el odio en el país y rompió su cohesión.
Para colmo otro sociólogo desde Paraguay nos ha metido más veneno en las venas con sus comentarios despectivos contra Capriles al que por cierto Maduro le acusó en la campaña de homosexual con criterios de descalificación y abonando el discurso más machista que (…) jamás permitiría en su programa.
Esta profesional, buena profesional, ha hecho hoy un flaco servicio a la verdad, al equilibrio, al periodismo y a la sensatez. Un programa tan sectario y sucio como la campaña de Maduro, aunque sin pajarito. Menos mal que a pesar de (…) en Euzkadi y en España y en Europa arrasa Capriles porque la gente no es tan manipulada como en Venezuela. Quizás a la Sra. (…) de seguir así le den un trabajo en Telesur. Se lo ha ganado.»
La verdad es que es complicado saber exactamente por dónde empezar esta respuesta sin caer en la tentación de rebajarse al mismo nivel de insultos e improperios que lanza gratuitamente Iñaki Anasagasti. Pero evitaré esto desde el convencimiento de que esa actitud es nada constructiva y, desde luego, poco democrática entendiendo que el diálogo y el respeto es lo que debe primar en la discusión política.
Bueno, olvidé señalar algo importante que creo me da el derecho a este escrito: soy «el sociólogo (…) llamado Jesús», al que se acusa de «sociólogo chavista» y se denomina como «sujeto manipulador». Vaya por delante que la primera acusación no la considero tal, aunque sospecho que esa es la intención. Lo único que tendría que argumentar es que la titulación de sociólogo no la tengo aunque Iñaki me la atribuya. De la segunda parte del mismo aparente insulto, señalar que siempre he huido de esa costumbre de colocar «el cartelito» que define a una persona como adscrito a…, y a partir de ahí quedar automáticamente descalificado para quien no se ubica en ese mismo lado de la barricada. De todas formas una vez más intuyo que el término chavista se usa en este escrito como acusación de algo realmente malo, negativo y casi odioso, en el mismo sentido que los términos «comunista» o «rojo» tanto se usaron en este país y en el estado español durante la guerra y postguerra como señalamiento y que tan dramáticas consecuencias trajo para muchas personas. Pero quiero pensar que no es ese el tono ni intencionalidad y que simplemente todo responde a una escasa superación de los parámetros propios de la guerra fría cuando el mundo simplemente se dividía entre buenos y malos-malos, dependiendo en qué lado (o cercanía ideológica) del llamado telón de acero se ubicaran las personas y organizaciones. Sinceramente, creía que eso estaba superado.
A pesar de lo anterior y en relación con esa división maniquea si quiero destacar que hay una cuestión preocupante. La frase «Tenía otra imagen de Mugarik Gabe. La he cambiado tras escucharle a un sociólogo chavista y los borro por manipuladores». Hay que reconocer que dicho por una persona que hoy es senador y que ha ocupado muchos e importantes cargos en su vida, ese «los borro» si es de todo punto inaceptable pues roza la amenaza y el «me la van a pagar». Simplemente, pedirle a Iñaki Anasagasti que considere todas mis intervenciones en el programa aludido de mi entera responsabilidad y libere a Mugarik Gabe de toda ella. Esta organización tiene una larga y honesta historia de trabajo en cooperación y solidaridad con los pueblos empobrecidos y no quisiera que se viera ensuciada por afirmaciones tan gratuitas, que pueden conllevar actuaciones en su contra. Además no fue esa la forma principal en la que se me presentó en el programa de radio aludido.
Una última cuestión como comentario. Tengo que reconocer que no entiendo la acusación hacia el programa de Radio Euskadi de parcialidad y sectarismo por invitar a «tres chavista y un solo representante de Capriles». Señalo esto cuando creo poder afirmar que la línea editorial de EITB no se ha distinguido en estos meses precisamente por su parcialidad hacia la denominada revolución bolivariana. Ese mismo domingo, sin ir más lejos y a modo de ejemplo, los dos teleberris del día mostraron la votación en el Consulado de Venezuela en Bilbao. Bien, esta noticia recogía un corte breve con la Cónsul y tres cortes con votantes de Enrique Capriles, entre ellos el senador Iñaki Anasagasti, quien se permitía ya a esas horas de la mañana extender serias dudas sobre la limpieza de la votación y la actitud del gobierno de Venezuela, haciendo gala de una ausencia total del respeto y ecuanimidad que un cargo público en el senado español y representante de muchos vascos y vascas debería de mostrar por la soberanía de terceros países. Por cierto, hasta la fecha el sistema electoral venezolano ha sido reconocido siempre, en su limpieza y fiabilidad, por instancias internacionales de todo tipo, desde la OEA hasta el Centro Jimmy Carter, ex-presidente de los Estados Unidos. O quizás el señor senador, con sus continuas y tendenciosas declaraciones, además de sembrar dudas antes del hecho, pretende también de alguna forma hacer creer que todos los y las ciudadanas de este país estamos con la oposición venezolana. El día posterior a las elecciones (lunes) nuevamente ha tenido espacio en EITB. Y afirmo con seguridad que la suma de sus apariciones tanto en el ente vasco de radiotelevisión como en otros medios y la de otros opositores al proceso que vive Venezuela, supera con mucho la aparición de lo que él denomina despectivamente como chavistas. Creo que es de honor y personas honestas ser justas en este tipo de apreciaciones y no he leído en el blog de Iñaki Anasagasti ninguna protesta por este evidente e injusto desequilibrio del que han hecho gala muchos medios de comunicación.
Por último, señalo que no quiero entrar en cuestiones concretas de las acusaciones de manipulación que hace en su escrito, ni sobre el proceso de transformaciones políticas, sociales y económicas que se da en Venezuela, y hay una razón para ello. Considero que este medio no es el más indicado para poder mantener una discusión dialéctica sobre la realidad venezolana y su proceso, pues siempre quedarían muchas cuestiones por decir y muchas otras sujetas a interpretaciones subjetivas, haciendo por todo ello baldía la discusión cara a posibles lectores/as o interesados en este proceso. Ahora bien, si Iñaki Anasagasti lo considera oportuno, estaré encantado de poder encontrarnos, pública o privadamente, para poner sobre la mesa nuestras diferencias políticas respecto a este proceso latinoamericano y confrontarlas. Creo que eso si será realmente enriquecedor y no el insulto gratuito en la red.
Jesus González Pazos
2013/04/16
Es curioso que el sr. Anasagasti califique de parcial y sectario ese programa de Almudena Cacho y entonces ¿¿SU BLOG qué es?? Sr. Anasagasti hagaselo mirar!